Nota: Cuidar de tu salud mental también es un acto de fe y, al solicitar el poder de los cielos y de profesionales, podrás mejorar. No te desanimes, que el más grande está de tu lado.
Los días ajetreados y los desafíos de la vida pueden afectar nuestro estado emocional.
Sin embargo, ser autosuficientes a nivel emocional puede ayudarnos a lidiar con las presiones y también saber cuándo necesitamos ayuda.
Las siguientes sugerencias pueden ser útiles para fortalecer nuestra salud emocional.
1. HAZ LAS COSAS BÁSICAS
Ora, estudia las Escrituras, sirve a los demás, asiste a la Iglesia y enfócate en la gratitud.
2. CUIDA TU SALUD FÍSICA
Asegúrate de comer bien, dormir lo suficiente y hacer ejercicios, ya que nuestra salud física influye en nuestra salud emocional.
3. EVALÚA EL EQUILIBRIO DE TU VIDA
Comprueba cuánto tiempo y energía estás dedicando a tu familia, tu propia vida, servicio, trabajo y ocio.
Cuando una de las áreas le está robando tiempo a las demás; empiezas a perder el sueño, la energía y la concentración.
Esto significa que es hora de revisar tus prioridades y recuperar el equilibrio.
4. NO PROCRASTINES
Huir de los problemas puede resultar en depresión. Divide las tareas grandes en partes más pequeñas.
Comienza a hacer algo y recuerda lo siguiente: “Todo lo que necesito hacer ahora es __”, o “haré esto por unos minutos y, luego, tomaré un descanso si me apetece”.
5. ESCUCHA AL ESPÍRITU, NO AL NEGATIVISMO
Si tienes pensamientos de menosprecio, burla, enojo, sarcasmo, quejas, críticas o maldiciones, no vienen del Señor.
Elimina esos pensamientos.
Canta un himno, recita un pasaje de las Escrituras o haz una oración para traer de vuelta el Espíritu.
Debes saber que no estás solo en esto, que Dios ha instruido a Sus hijos para consolar a aquellos que atraviesan dificultades emocionales y mentales. Puedes consultar la Biblioteca del Evangelio para un mejor soporte con respecto a la salud mental. Ingresa a la sección, “Ayuda para la vida”.
El aprendizaje te conducirá a un mayor entendimiento, a más aceptación, más compasión y más amor; incluso, puede disminuir las tragedias y a la vez ayudarte a desarrollar y establecer expectativas y relaciones sanas.
Así como es importante la ayuda de Dios para sanar de los males que nos aquejan, es imprescindible consultar a profesionales de la salud para nuestra mejora:
“No se espera que quienes no sean profesionales de salud mental diagnostiquen ni brinden tratamiento a las personas que tienen afecciones de este tipo, ni se los alienta a hacerlo.
Cuando las personas no parezcan responder a los intentos normales de los líderes de prestar ayuda, estos no deben ofenderse ante su falta de respuesta; más bien, los líderes deben considerar seriamente alentar a la persona a consultar a un profesional cualificado de salud mental” (Véase Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días).
Fuente: Mais Fe