La lucha contra el mal: Así es como puedes frustrar el plan de satanás

satanas hombres

A menudo, Dios comparte poderosos principios en los relatos que encontramos en las Escrituras.

A veces son tan sutiles que no los vemos, no siempre están escritos explícitamente, algo que verdaderamente nos haría las cosas más fácil.

Por ejemplo, la historia de Enoc es maravillosa, no solo por pudo darle gracias a Dios por Su poder, sino también por el propósito de Sus hechos:

“Y tan grande fue la fe de Enoc que dirigió al pueblo de Dios, y sus enemigos salieron a la batalla contra ellos; y él habló la palabra del Señor, y tembló la tierra, y huyeron las montañas, de acuerdo con su mandato; y los ríos de agua se desviaron de su cauce, y se oyó el rugido de los leones en el desierto; y todas las naciones temieron en gran manera, por ser tan poderosa la palabra de Enoc, y tan grande el poder de la palabra que Dios le había dado”.Moisés 7:13

ciudad de Enoc

Enoc buscó frustrar el plan del enemigo antes que conquistarlo o someterlo. Arte: Del Parson.

Aquí, Enoc habló de la palabra del Señor y la tierra tembló, las montañas huyeron y los ríos se desviaron.

Él no lo hizo con el propósito de conquistar a sus enemigos, sino con el fin de frustrar los planes del enemigo, frustrar su malvado intento. 

Actualmente, el mundo está lleno de violencia y cada vez es más normal actuar como la ley del talión lo estipulaba:

“Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie”.Éxodo 21:24

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El presidente Nelson nos invita a solucionar nuestros problemas pacíficamente. Imagen: Iglesia de Jesucristo

No obstante, Dios y Sus siervos nos invitan a solucionar nuestros problemas pacíficamente. 

El presidente Nelson nos aconsejó:

“Ahora es el momento de que entierren sus armas de guerra. La caridad nos impulsa a “llevar las cargas los unos de los otros”.

Esto lo podemos ver también en un matrimonio al momento en que ambos se culpan por los problemas. En lugar de buscar responsabilizar al cónyuge, busquen juntos una solución. 

De lo contrario, ya no se tratará de solucionar el problema, sino de herir e insultar a la otra persona. 

Podemos orar para frustrar al enemigo, para que sus trampas sean descubiertas y su malicia sea destruida. Imagen: Canva

Al ver tal dolor y sufrimiento, podemos orar por aquellos que están en esta guerra con la contención. Podemos orar para que renueven su amor, honren sus convenios y que encuentren una solución que les traiga gozo.

Podemos hacer algo mucho mejor basándonos en el ejemplo de Enoc. Tal vez podemos orar para frustrar al enemigo, para que sus trampas sean descubiertas y su malicia sea destruida. 

Lo mismo sucede en la política cuando nos llenamos de rencor contra los que piensan diferente a nosotros, nos resentimos y los juzgamos. Esto no viene del Señor.

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“Porque en verdad, en verdad os digo que aquel que tiene el espíritu de contención no es mío, sino es del diablo”. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

En cambio, podemos enfocarnos más en buscar puntos en común que simplemente estar en constante desacuerdo. 

Amemos las palabras de Cristo, recordemos Su poderosa proclamación a la paz:

“Porque en verdad, en verdad os digo que aquel que tiene el espíritu de contención no es mío, sino es del diablo, que es el padre de la contención, y él irrita los corazones de los hombres, para que contiendan con ira unos con otros. He aquí, esta no es mi doctrina, agitar con ira el corazón de los hombres, el uno contra el otro; antes bien mi doctrina es esta, que se acaben tales cosas”. – 3 Nefi 11:29-30

Si vemos tanto caos, odio y destrucción en nuestro país o en el mundo, ¿qué debemos hacer? ¿Estamos utilizando las herramientas espirituales que el Señor nos ha dado o estamos más enfocados en tener la razón dejando a Dios de lado?

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Jesús es el príncipe de paz. Arte: Heinrich Hofmann

No soy Enoc, pero sé que Dios cumple con nuestros anhelos y planes cuando buscamos realizarlos por medios pacíficos. Jesús nos está invitando a usar la fe para ser pacificadores.

Seamos más comprensivos y compasivos, tengamos bondad en nuestro corazón para que así la bondad también crezca en los corazones de los demás. 

Si oramos para que Dios traiga más paz en este mundo, nosotros actuaremos como Sus herramientas en estos últimos días.

Fuente: Meridian Magazine

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