Si un día tu hijo te dice que ha estado viendo pornografía, como padre o madre, ¿cómo responderías? Puedes sentirte tentado a gritarle, quitarle el teléfono, castigarlo o hacer todo lo anterior.
Es fácil sentir cierto descontrol de tus emociones cuando descubres que tu hijo ha estado viendo pornografía. Lo que debes recordar es que lo más probable es que tu hijo se haya sentido muy nervioso y preocupado por tener que decírtelo. Tomó valor de su parte y eso demuestra que desea recibir ayuda.
Cuando reaccionamos con enojo, el resultado será que deje de ser honesto contigo en el futuro. Es importante que tu reacción esté libre de ira, juicio y críticas.
Hay muchas razones por las que un padre podría no manejar bien este tipo de conversaciones. Aquí veremos tres razones por las que podrías sentirte abrumado cuando tu hijo admite que ha estado viendo pornografía.
1. Falta de preparación
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Todos usamos la ira o el enojo para encubrir sentimientos que no queremos sentir. La mayoría de los padres de hoy no han tenido una referencia previa de sus padres sobre lo que se debería hacer en este caso.
A veces, los padres reaccionan con ira para ocultar el sentimiento de que no tienen idea de cómo hablar sobre este tema con su propio hijo. Tal vez se sientan avergonzados o desprevenidos.
Si sospechas que este es un factor en tu reacción, piensa qué tan preparado estás para abordar el tema de la pornografía.
Dile a tu hijo que pueden hablar de eso juntos y que solo quieres ayudarlo, así mismo, puedes compartir que esto también es algo “nuevo” para ti y que juntos aprenderán y saldrán de eso.
2. Tu pasado
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Muchas personas han quedado atrapadas en la pornografía cuando eran niños o adolescentes. Con frecuencia, ese desafío ha continuado años después de la adolescencia y, a veces, ha persistido hasta el matrimonio.
Cuando este tipo de desafíos no ha sido resuelto con Dios y los líderes de la Iglesia o con ayuda profesional, es altamente probable que te cause vergüenza descubrir que tu hijo empieza a ir por el mismo camino.
Si es que tu vida está en orden y cumples la ley de castidad a pesar de tus desafíos previos con la pornografía, al enterarte de lo que pasa tu hijo puedes sentir temor.
En ambos casos, un padre sabe lo que la pornografía puede hacerle a la mente y espíritu de su hijo, no querrá que sus hijos pasen por lo mismo que pasaron ellos.
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Otros padres pueden haber tenido experiencias traumáticas en el pasado, como abuso sexual. Quizá fueron testigos del dolor que causa el uso de la pornografía en un amigo o familiar. Tal vez tu cónyuge tuvo problemas con la pornografía.
En cualquiera de estos casos, aprender sobre la situación de tu hijo puede reintroducir este trauma y causarte pánico. El pánico a veces se manifiesta como ira, que a menudo es una forma de defensa propia.
No te dejes llevar por estas emociones, recuerda que la Iglesia y sus líderes cuentan con muchos recursos que pueden ayudarte. No todo está perdido, el Señor también está tu lado.
3. Miedo al fracaso
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Uno de los sentimientos más difíciles de manejar es sentir de que fracasaste como padre. Descubrir que tu hijo está haciendo uso de la pornografía puede hacerte sentir que has fallado o que no le enseñaste bien los principios del Evangelio ni la ley de castidad.
No puedes dejarte llevar por la auto compasión, la duda, el miedo y la ansiedad. Ningún padre quiere fallarle a sus hijos, que tu enfoque sea ayudar los, centrarte en ellos y en sus necesidades.
¿Qué sigue después?
Ahora que ya te enteraste, puedes hablar con tu hijo sobre como puedes ayudarlo a evitar que la pornografía se convierta en algo recurrente.
Puedes conversar con él sobre la expiación y el perdón, puedes hablarle sobre como el obispo puede ayudarlo a despojarse de la carga del pecado, pero por sobre todo, debes desarrollar empatía.
Es probable que tu hijo se sienta solo en su lucha con la pornografía, como padre, incluso si nunca has pasado por este desafío, es importante que le recuerdes constantemente que comprendes sus sentimientos y lo difícil que debe ser para ellos, pero que no es el fin de todo.
Gracias al evangelio y el sacrificio de Jesucristo, todos podemos volver a empezar, podemos ser perdonados.
Como padre, puedes buscar consejo en el obispo sobre lo que puedes hacer para ayudar a tu hijo. A veces por temor no hacemos uso de los recursos que están disponibles para nosotros. Debes recordar que nadie te va juzgar, ni a ti ni a tu hijo.
Nuevos comienzos
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Luchar contra la pornografía y cualquier tipo de pensamiento es un esfuerzo diario, ayuda a tus hijos a desarrollar la fuerza que necesitan para vencer cada momento de tentación.
Pueden recordar juntos que el Salvador los ama y que Él tiene el poder de ayudar y sanar. Él dio Su vida a fin de pagar por los pecados de todos los que se arrepientan y lo sigan.
Pueden recurrir al poder de Su expiación para tener esperanza y fortaleza al arrepentirse. También podemos tener presente las palabras del apóstol Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
Toma las decisiones que sean necesarias para el bienestar de tu hijo, ya sea recibiendo ayuda profesional además de las metas y consejos que trace el obispo, y el apoyo emocional que pueda recibir de la familia.
Fuente: Covenant Eyes
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