La Perla de Gran Precio contiene dos registros sobre la Creación de la Tierra relatados a Moisés (Moisés 2:1-3:25) y a Abraham (Abraham 3:22-5:21).
Ambos registros responden importantes incógnitas sobre la Creación del mundo y del hombre que ayudan a comprenderla mejor.
En este artículo veremos 6 preguntas complejas e importantes que la Perla de Gran Precio responde.
1. ¿Quién creó la Tierra y por qué?
En una visión, Dios le mostró a Moisés muchos mundos que Él había creado (Moisés 1:1-2,29). Luego, en el siguiente versículo, Moisés le hizo 2 preguntas: “¿por qué son estas cosas, y por cuál medio las hiciste?”
Dios le respondió a Moisés que fue para su propio fin (Moisés 1:31), mientras que para la segunda pregunta Dios le respondió que fue por medio de Su Hijo Unigénito, lleno de gracia y de verdad (Moisés 1:32).
Asimismo, Abraham relata en la visión que tuvo, que un Ser semejante a Dios dijo a los que se hallaban con Él que descendieran, tomaran materiales y crearan un mundo sobre los cuales “estos”, los hijos e hijas del Padre, pudieran morar, para después probar si harían todo lo que el Señor su Dios les mandara (Abraham 3:24-25).
Estos versículos evidencian que más de un Dios trabajó en la Creación registrada en Génesis, es decir, el Padre, Jesucristo y aquellos que se hallaban con Él.
2. ¿Qué crearon los Dioses?
Al igual que en Génesis, la narrativa de la Creación en Moisés y Abraham se describe en términos generales.
La lista incluye la luz para dispersar la oscuridad, la expansión del firmamento para dividir las aguas de abajo con las de arriba, la tierra seca y la vegetación, toda clase de animal, y al hombre y la mujer.
3. ¿Cuándo fue creada la Tierra y cuánto tiempo tomó hacerla?
Tanto en Moisés como en Abraham, no se identifica un tiempo exacto, sino que ocurrió en el “principio” (Moisés 2:1; Abraham 4:1).
En cuanto al tiempo que tomó hacer, al igual que en Génesis, Moisés divide la Creación en “días”, pero como el sol no aparece hasta el cuarto “día”, este término parece referirse a otra cosa que no se relaciona con un “amanecer” ni un “anochecer”.
Por lo visto, proveer información sobre el tiempo que tomó en crearse la Tierra no era el propósito de las narrativas de la Creación.
4. ¿Cómo se creó la Tierra?
Según Moisés, Dios simplemente habló y algunas cosas se hicieron (Moisés 2:3, 6, 20, 24); mientras que en otras instancias Él “plantó”, “formó” e “hizo” varias formas de vida (Moisés 3:7-9, 19-22).
En cambio, Abraham relata que Dios organizó y formó los cielos y la Tierra de “materia existente” (Abraham 3:24; 4:1). Seguidamente, “preparó” y “organizó” luces, plantas y vida animal para la Tierra (Abraham 4:11-25) y formó al hombre y a la mujer a Su “imagen” y “semejanza” (Abraham 4:26-27).
Esto deja a entender que la Creación fue un proceso en vez de un evento inmediatamente realizado.
5. ¿Qué aclaraciones da el registro de la Creación en la Perla de Gran Precio?
En Génesis 1, el hombre y la mujer son creados juntos, después de los animales, pero en Génesis 2 el hombre es creado del polvo de la tierra, luego los animales y finalmente la mujer (Génesis 1:26-27; 2:7, 19-25).
El registro de Abraham aclara esto al relatar que primero los Dioses “harían todo lo que habían acordado y lo organizarían” (Abraham 4:31), y luego “descendieron” para realizar Su plan (Abraham 5:4).
Esto sugiere que las narrativas de la Creación en Génesis 1 y 2 no se contradicen, sino que representan etapas diferentes de la Creación: la primera, la organización y planificación; y la segunda, la realización del plan.
Igualmente, Moisés explica que Dios primero creó las cosas espiritualmente en los cielos antes de crearlas físicamente sobre la faz de la Tierra (Moisés 3:5).
De esta forma se podría decir que también la Creación se dividió en 2 etapas: la primera, la creación espiritual; y la segunda, la creación física.
6. ¿Qué aclaraciones da la Perla de Gran Precio en cuanto al registro bíblico de la creación del hombre?
En Génesis se relata que Dios creó al hombre a Su imagen, mientras que en Moisés se explica que Dios creó al hombre y a la mujer a Su imagen y semejanza, a la imagen de SU PROPIO CUERPO (Génesis 1:27; Moisés 6:8-9).
Esto quiere decir que Dios no solo creó figurativamente a Su imagen al hombre, sino que también física y literalmente a Su imagen. Esto podría concluir que Dios es “antropomórfico”, o sea, que tiene forma de ser humano.
Esto puede parecer algo simple, sin embargo, esta distinción es fundamental porque da a entender que tanto Dios como el hombre son teomórficos.
El hombre es una especie de Dios y tiene el potencial de llegar a ser como Él.
Proveer una manera para que la humanidad alcance ese potencial, incluso la inmortalidad y la vida eterna, constituye la obra y la gloria de Dios (Moisés 1:39).
Fuente: LDS Living