¿Quién no se ha sentido inseguro de sí alguna vez?
Quizás conociste a personas más inteligentes, exitosas o más atractivas que tú, y comenzaste a dudar de quién eres.
Yo también me sentí insegura de mí.
Sentía que me podían engañar, que jugarían conmigo, que no me darían el lugar que merecía. Incluso, sentía que en mí no había nada bueno.
Vivía una vida que no me correspondía, porque cuando somos inseguros, no explotamos nuestro potencial y tampoco sacamos lo mejor que tenemos dentro.
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Cuando me acerqué a Dios, pude expresarle todos mis miedos, dudas y le entregué mi corazón para que sanara todo de mí.
Ese proceso de sanidad, no dura un día. Es algo que necesitamos trabajar a diario con nuestro Padre Celestial.
1. Necesitas reconocer que tus inseguridades son producto de heridas que aún no has sanado.
2. Necesitas exponer tus heridas delante de Dios para que Él sane todo lo que está en tu alma.
3. Necesitarás descubrir tu identidad. Si no tienes claro quién eres, siempre dudarás de ti porque aún no has conocido la grandeza que llevas dentro.
4. Cuando Dios sane tus heridas y reconozcas tu identidad como hija o hijo de Dios, comenzarás a llenarte de seguridad. No tendrás la necesidad de perseguir a nadie ni rogar que estén a tu lado.
5. Entenderás que tu seguridad está en Cristo, no en tu realidad o en las personas que estén en tu vida.
6. ¡Confía en Dios y Él te dará seguridad!
Cuando Dios sane tu corazón y te revele quién eres en Él, sabrás:
⚡️ Que no mereces poco
⚡️ Que en ti hay grandeza
⚡️ Que con Dios puedes lograrlo todo
⚡️ Que no necesitas rogar amor o atención
⚡️ Que eres tu principal proyecto
⚡️ Que si tienes a Dios, lo tienes todo
¡Tu seguridad está en Cristo! ¡Confía en Dios y Él te revelará el poder que hay en ti!
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Fuente: Instagram (eres_escogida)