La autora de la serie “Harry Potter”, J. K. Rowling realizó un tuit el jueves 29 de septiembre sobre José Smith, el primer profeta de la Iglesia de Jesucristo, y las “planchas de oro” que causó controversia entre los Santos de los Últimos Días.
It's like when Joseph Smith found the golden plates and nobody else was allowed to look at them. pic.twitter.com/kLMkmIIgsZ
— J.K. Rowling (@jk_rowling) September 29, 2022
“Como cuando José Smith encontró las planchas de oro y nadie más tenía permitido verlas”.
“Es desconcertante que las personas se sigan escondiendo detrás de [la frase]: “¿Puedes nombrar una cosa que ella haya dicho que sea transfóbica?”. De verdad, lo siento, pero no estoy llevando la cuenta, no estoy tomando notas, yo solo veo los [comentarios], supe que eran transfóbicos y actué de acuerdo a ello. ¿Por qué es tan difícil que puedan creernos?”
Rowling expresó que además de José Smith, “nadie más tenía permitido ver [las planchas de oro]”, sin saber que este tipo de declaraciones no son algo nuevo entre las personas que critican la Iglesia.
La autora trató de enmendar su declaración expresando que 11 personas vieron las planchas después de que “buscó información” al respecto, pero sus comentarios ya habían generado incomodidad en muchos.
El musical “El Libro de Mormón” también hizo esta afirmación errónea. En la canción “All-American Prophet”, el ángel Moroni expresa:
“Pero no dejes que nadie vea estas planchas, solo tú puedes verlas”.
Más adelante en el musical, cuando Smith estaba a punto de morir, él declara:
“Oh, Dios, ¿por qué me dejas morir sin que le muestre las planchas a las personas? No tendrán ninguna prueba de si estaba diciendo la verdad o no”.
Esta afirmación, sin embargo, no es históricamente correcta. Según el exeditor de los Documentos de José Smith y autor publicado en Oxford, Larry E. Morris, “diecisiete personas vieron o tocaron las planchas (o ambas cosas)”.
Testigos Oficiales
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días comparte en cada edición del Libro de Mormón las palabras de los testigos oficiales.
El “Testimonio de Tres Testigos” fue escrito por Oliver Cowdery, David Whitmer y Martin Harris. Ellos afirmaron:
“Declaramos con palabras solemnes que un ángel de Dios bajó del cielo, y que trajo las planchas y las puso ante nuestros ojos, de manera que las vimos y las contemplamos, así como los grabados que contenían; y sabemos que es por la gracia de Dios el Padre, y de nuestro Señor Jesucristo, que vimos y testificamos que estas cosas son verdaderas”.
El “Testimonio de Ocho Testigos” contiene las palabras de Christian Whitmer, Jacob Whitmer,
Peter Whitmer (hijo), John Whitmer, Hiram Page, Joseph Smith (padre de José), Hyrum Smith y Samuel H. Smith. Ellos proclamaron:
“José Smith, hijo, el traductor de ella, nos ha mostrado las planchas de que se ha hablado, las que tienen la apariencia del oro; y hemos palpado con nuestras manos cuantas hojas el referido Smith ha traducido; y también vimos los grabados que contenían, todo lo cual tiene la apariencia de una obra antigua y de hechura exquisita”.
Testigos no oficiales
Además de los testigos oficiales, se encuentran registros sobre William Smith, hermano de José. Él describió que no se les permitió ver las planchas, pero dijo:
“Sostuvimos [las planchas] y pudimos tener una idea de cómo eran. No eran tan grandes como esta Biblia. Se podía decir si eran redondas o cuadradas, se podían levantar las hojas de esta manera (dijo levantando algunas de las páginas de la Biblia delante de él).
Uno podía reconocer con facilidad que no estaban hechas de piedra o incluso de un trozo de madera talladas con el fin de engañar. [Las planchas] eran una mezcla de oro y cobre. Eran mucho más pesadas que la piedra y mucho más pesadas que la madera”. -William Smith, “Sermon in the Saints’ Chapel”, 8 de junio de 1884
Emma Smith, quien también fue escriba de su esposo José, expresó en más de una ocasión:
“Las planchas con frecuencia yacían sobre la mesa sin ningún intento de ocultarlas, envueltas en una pequeña tela de lino que yo le había dado para cubrirlas. Una vez toqué las planchas mientras estaban sobre la mesa, trazando su contorno y forma.
Parecían ser tan flexibles como un papel grueso, y emitían un sonido metálico cuando los bordes eran trazados con el pulgar, de la misma forma en que uno a veces traza los bordes de un libro con el pulgar”. -“The last testimony of sister Emma”, Saint’s Herald, 1 de octubre de 1879
Mary Whitmer, otra testigo, recibió en su casa a José Smith junto a Olvier Cowdery, su escriba, cuando trasladaron sus esfuerzos de la traducción del Libro de Mormón a Fayette.
“Cuando la mano de Oliver y los ojos de José quedaban exhaustos, se dirigían al bosque a descansar. Allí solían lanzar piedras al estanque.
Mary Whitmer, quien atendía a sus cinco hijos adultos, a su esposo y a las personas que visitaban su casa, con frecuencia terminaba agotada. Ella pensaba que podrían haberla ayudado a llevar cubetas con agua o cortar trozos de madera en lugar de tirar piedras a un estanque. [Mary] estaba a punto de ordenarles que se marcharan de su casa.
Una mañana, justo al amanecer, salió del establo de sus vacas con dos cubetas llenas de leche en las manos, cuando un hombre bajo, corpulento, de cabello gris, se acercó a ella y le dijo: “Mi nombre es Moroni. Estás demasiado cansada por el aumento de las tareas que tienes que hacer. El Señor me ha dado permiso para mostrarte este registro”. ¡Él procedió a voltear las hojas doradas una por una!” -Testimonio de Elvira Pamela Mills Cox, nieta de Mary Whitmer, registrado por Oliver Cox Day
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días también cuenta con el registro de los testimonios de Lucy Mack Smith (la madre de José Smith), Katherine Smith (hermana de José), Josiah Stowell, Alvah Beaman y Joseph McKune, padre.
¿El Libro de Mormón es verdadero?
La única manera de saber si el Libro de Mormón es verdadero, es leyendo sus páginas. La página web de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días comparte:
“Invitamos a toda persona, dondequiera que se encuentre, a leer el Libro de Mormón, a meditar en su corazón el mensaje que contiene y luego a preguntar a Dios, el Padre Eterno, en el nombre de Cristo, si el libro es verdadero. Quienes así lo hagan y pidan con fe lograrán un testimonio de la veracidad y la divinidad del libro por el poder del Espíritu Santo”.
*Imagen de portada: Samir Hussein, Getty Images
Fuente: Deseret News