Los escépticos a veces han comparado el Libro de Mormón con las obras literarias de J.R.R. Tolkien, incluida su épica trilogía “El señor de los anillos”.
Ellos piensan que si Tolkien pudo crear un mundo imaginario completo, con una geografía extensa y detallada y una historia compleja que involucra a múltiples grupos étnicos, guerras y tramas intrincados, seguramente no es imposible imaginar que José Smith pudo haber hecho lo mismo.
También te puede interesar: “Gratitud en todas las circunstancias + Los sentidos ejemplos de José Smith y otros miembros ”
Por supuesto, hay algunas diferencias entre ambos. Por ejemplo, José Smith era un granjero con poca instrucción que dictó el Libro de Mormón en menos de tres meses y siempre insistió en que representaba una historia verdaderamente antigua.
Por el contrario, Tolkien, quien creó su Tierra Media a lo largo de muchas décadas, nunca afirmó que fuera otra cosa más que ficción, él fue un filólogo y traductor consumado. Enseñó en la Universidad de Oxford como Cátedra Rawlinsoniana de Anglosajón y luego como profesor de Lengua y Literatura Inglesa en Merton.
Así mismo, vale la pena considerar la nueva comparación del Libro de Mormón con las obras literarias de Tolkien realizada por cuatro profesores de la Universidad Brigham Young, Brad Wilcox (Escritura antigua), Wendy Baker-Smemoe (Lingüística), Bruce L. Brown (Psicología, con especialización en psicología del lenguaje) y Sharon Black (Educación, con un enfoque en la escritura y edición).
En el artículo titulado “Comparando los nombres de los libros de Mormón con los encontrados en las obras de J.R.R. Tolkien: un estudio exploratorio”, se observaron específicamente los nombres inusuales que se encuentran tanto en los libros de Tolkien como en el Libro de Mormón.
Se enfocaron en los “fonemas”, las unidades más pequeñas de sonido, utilizando una construcción hipotética que llamaron “huella de sonido” o “phonohuella”.
Este es un patrón de sonido que, al igual que la “huella de la palabra”, parece caracterizar a los diferentes escritores al igual que las huellas dactilares que se utilizan para identificar y especificar a los autores de actos delictivos, puede ser una característica distintiva personal entre los autores y, por lo tanto, podría servir para diferenciar a un escritor de otro.
Los autores de este nuevo estudio dijeron:
“Tradicionalmente las palabras han sido vistas como los bloques de construcción más pequeños sobre los cuales los autores tienen cierta libertad para elegir.
Esta nueva línea de investigación expande la unidad fundamental de texto en fonemas y propone la posibilidad de que podamos producir una huella fonográfica que difiera de un autor a otro.
A pesar de que los autores tienen menos sonidos para crear palabras que para crear prosa y poesía, existe cierta evidencia de que los autores prefieren ciertos sonidos sobre otros al elegir o inventar nombres.”
Usando este enfoque de investigación nuevo e inusual en una forma “exploratoria”, los autores examinaron los nombres de los enanos, elfos, hobbits y humanos creados por Tolkien, así como los nombres Jareditas, Nefitas, Mulekitas y Lamanitas encontrados en el Libro de Mormón.
Aunque José Smith siempre sostuvo que había traducido el Libro de Mormón de un registro antiguo, sus críticos han afirmado con frecuencia que él mismo lo escribió, al igual que cualquier escritor común crea una narrativa de ficción.
Si suponemos que esos críticos tienen razón, José Smith habría escogido los nombres para su mundo imaginario, o los habría creado, tal como lo hacen otros escritores de ficción.
Vale la pena citar su resumen de sus hallazgos:
“Los resultados sugieren que Tolkien tuvo una huella fonética de la que no pudo escapar por completo al crear nombres de personajes, aún cuando afirmó que los basaba en distintos idiomas. Por el contrario, en los nombres del Libro de Mormón, no surgió la huella fonética de un solo autor.
Los nombres variaban según el grupo de la forma en que uno esperaría que los nombres auténticos de diferentes culturas variaran… Por lo tanto, los grupos de nombres del Libro de Mormón eran significativamente más diversos que los de Tolkien…
Si los nombres del Libro de Mormón fueron creados por un individuo, se crearon mediante un proceso muy diferente o basados en lenguajes más diferentes entre sí y consistentes dentro de ellos mismos que los que fueron creados por Tolkien.”
Para Tolkien, la invención de los lenguajes ficticios fue un pasatiempo de toda la vida que contribuyó sustancialmente a su creación de la Tierra Media. Por ejemplo, Tolkien comenzó a desarrollar el idioma “Élfico” a finales de su adolescencia y trabajando en su historia y gramática hasta los 81 años cuando murió en 1973.
Es muy poco probable que José Smith fuera mejor inventando lenguajes ficticios que Tolkien.
Este artículo fue escrito originalmente por Daniel Peterson y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “What J.R.R. Tolkien’s Works Can Teach Us About the Book of Mormon: New Study Reveals”