Emma Smith y Jane Manning James son nombres familiares para muchos Santos de los Últimos Días, pero pocos saben de la estrecha amistad que compartieron estas dos mujeres. Esto se debe a que su amistad, extraordinaria en un periodo previo a la Guerra Civil, se documenta solo en algunas líneas dispersas de los textos históricos.
La película Jane y Emma, que se estrenó en octubre de 2018, muestra el núcleo emocional de la historia de Jane Manning James y Emma Smith. La película es ambientada en la noche después del martirio del profeta José Smith, explora cómo pudo haber sido la amistad de Jane y Emma en una época de profundo prejuicio racial.
“En gran medida, es una interpretación. Intentamos hacer una representación… buscamos una experiencia emocional”, dijo Melissa Leilani Larson, guionista.
También te puede interesar: “¿No hay una bendición para mí?” La increíble conversión y vida de Jane Elizabeth Manning James
En la película, Emma y Jane permanecen juntas y vigilan el cuerpo de José Smith, preocupadas de que los miembros del populacho, que lo asesinaron, intentaran robar su cuerpo durante la noche.
Si bien no existe documentación histórica de que Jane y Emma se encontraran juntas la noche siguiente al martirio del profeta, es posible que haya sido así. Por eso, Jane y Emma corre con esa posibilidad. La película reconstruye la amistad entre Jane y Emma al mostrar cómo estas mujeres unidas, pero muy diferentes podrían haberse consolado y apoyado mutuamente durante un periodo tan devastador en sus vidas.
Pero, ¿Cómo sabemos que Emma, la amada esposa del Profeta José Smith, y Jane, una mujer negra, conversa y libre, eran amigas cercanas?
La oferta de adopción de Emma
Un punto importante en la descripción de la amistad de Jane y Emma proviene directamente de un párrafo en la autobiografía de Jane, que le dictó a una amiga cuando tenía más de 70 años:
La hermana Emma me preguntó en una oportunidad si me gustaría que me adoptaran como su hija y no le respondí. Ella dijo, “Esperaré un momento y te dejaré considerarlo”. Esperó dos semanas antes de que me volviera a preguntar. Cuando lo hizo, le respondí, “¡No, señora! Porque no entendí ni sé lo que significa… No entendí” (Goldberg, James, “The Autobiography of Jane Manning James”).
Este pasaje genera una gran cantidad de preguntas, incluyendo por qué Emma se ofrecería a adoptar a Jane.
La palabra “adopción” tuvo un significado muy diferente para los Santos de los Últimos Días a principios de la década de 1840 que para nosotros en la actualidad. Hoy en día, asociamos la adopción con hacerse responsable de un niño que no es querido o que ha perdido a sus padres. Sin embargo, Jane, en el tiempo de la oferta de Emma, estaba a principios de sus 20 años, y su madre estaba viva y residía en Nauvoo.
Jenny Reeder, una especialista en la historia de las mujeres del siglo XIX del departamento de historia de la Iglesia y asesora histórica de la película Jane y Emma, explica que la palabra “adopción” era casi un sinónimo de la palabra “sellamiento” en la historia temprana de la Iglesia y que la comprensión de la ordenanza de sellamiento se ha desarrollado con el paso del tiempo a medida que la Restauración continúa desarrollándose.
En la Iglesia primitiva, a menudo, los Santos de los Últimos Días se sellaban como hijos adoptivos a los líderes prominentes de la Iglesia para crear una familia eterna entre todos los miembros fieles de la Iglesia. No fue hasta 1894 que el Presidente Wilford Woodruff recibió la revelación de que los sellamientos solo debían efectuarse entre familias.
Entonces, la oferta de Emma de adoptar a Jane se trataba de una “adopción espiritual”, dijo Reeder. Emma le estaba ofreciendo a Jane un lugar en su familia eterna.
“Debía existir cierta cercanía. Debía existir una profunda amistad para que Emma se acercara a Jane y le dijera, ‘Queremos que te selles a nosotros’”, dijo Larson.
Otra evidencia de la amistad
La amistad de Jane y Emma se desarrolló mientras Jane vivía con los Smith, trabajaba como sirvienta en la mansión.
“Nació libre. Hizo el mismo trabajo que en Connecticut, donde trabajó como empleada doméstica para una familia blanca”, dijo Reeder.
En 1843, un año después de su conversión a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Jane dejó su puesto en la casa de los señores Joseph Fitch y llevó a su familia a 800 millas para unirse a los Santos en Nauvoo.
“Caminamos hasta que nuestros zapatos se desgastaron, nuestros pies resultaron heridos y empezaron a sangrar hasta que podías ver las huellas de sangre de nuestros pies en el suelo”, relató Jane en su autobiografía.
A pesar de las muchas pruebas, Jane y su familia siguieron adelante y presenciaron milagros durante su viaje. Cuando finalmente llegaron a Nauvoo, Jane y su familia se dirigieron a la mansión, donde Emma y José administraban su casa como un hotel para los visitantes. Todos los que llegaban eran recibidos con mucho cariño.
“Fueron muy amables con Jane y su familia, cosa a la que no estaban acostumbrados ya que eran negros en la década de 1840”, dijo Larson.
“Cuando encontramos la mansión, la hermana Emma estaba parada en la puerta y dijo muy amablemente: ‘Entren, entren’”, registró Jane en su autobiografía.
Mientras los miembros de la familia de Jane se quedaron en la mansión por una semana, ya que después encontraron alojamiento permanente en otro lado, Jane siguió viviendo con los Smith y les ayudó a administrar el hotel. “Es posible que haya tenido mucha cercanía, diariamente, con José y Emma”, dijo Larson.
Sellarse a los Smith
Si Jane y Emma realmente desarrollaron tal cercanía, ¿Por qué Jane rechazaría la oportunidad de sellarse a la familia Smith?
“No se negó a la oferta de Emma inmediatamente porque estaba confundida con respecto a lo que significaba”, dijo Reeder. Sin embargo, más tarde en su vida, Jane pidió con frecuencia a través de cartas a la Primera Presidencia poder sellarse a la familia Smith como su hija.
Pero, los líderes de la Iglesia rechazaron continuamente las peticiones de Jane. La restricción anunciada en 1852 impedía que los miembros negros de la Iglesia poseyeran el sacerdocio y, luego, tampoco se les permitió participar en las ordenanzas del templo.
A pesar de que a Jane se le permitía realizar bautismos por sus amigos y familiares fallecidos, se le prohibía realizar otras ordenanzas en el templo (Véase “La Raza y el Sacerdocio”).
Sin embargo, en 1894, cuando Jane todavía estaba viva, Zina D.H. Young se mantuvo como su apoderada cuando se selló a los Smith como su sirvienta, en lugar de como su hija. Esto es lo único que se sabe de esa ceremonia, se sabe poco al respecto.
Jane y Emma
Se aborda el tema de los sellamientos en Jane y Emma, pero las complicaciones que rodean el sellamiento de Jane a los Smith no son el enfoque de la película. En cambio, Jane y Emma se centra en la belleza de una amistad interracial que floreció durante un tiempo de gran malentendido racial.
“La amistad entre Jane y Emma es hermosa e inesperada, es algo que no pensarías que sucedería en los Estados Unidos en la década de 1840”, dijo Larson.
A lo largo de la película, Jane y Emma conversan acerca de sus diferencias. “Hablan acerca de la raza, el lugar de Jane, su lugar como una mujer negra en Nauvoo y como una mujer negra en la amistad con Emma. Además, discuten otros temas como el lugar de la mujer en la Iglesia, en la frontera estadounidense”, dijo Larson.
A pesar de sus diferencias, las dos mujeres se unen cada vez más a través de sus conversaciones. La coproductora, Jenn Lee Smith, dice que esa es una de las razones por las que se involucró en la película. Larson estuvo de acuerdo y dijo, “Creo que uno de los grandes mensajes de la película es apreciar a las personas que son diferentes a nosotros. Las diferencias pueden acercarnos más de lo que pensamos”.
Este artículo fue escrito originalmente por Alexandra Mortenson y fue publicado en ldsliving.com con el título “Jane Manning James and Emma Smith: A Remarkable Friendship Amid Deep Racial Prejudice”.