Pregunta
Soy hombre y tengo 26 años. No deseo tener una esposa. No peco de ninguna manera sexual en absoluto. ¿Es un pecado simplemente ir por la vida sin una pareja? Soy muy independiente y la idea de tener la compañía constante de otra persona me deprime. No se trata de encontrar a la mujer perfecta para mí. Si eres una persona fuerte, no existe una razón inteligente para el matrimonio, todo es emocional y espiritual. No puedo superarlo, ¿Qué debería hacer?
Respuesta
Una razón inteligente para el matrimonio, especialmente entre los hombres y las mujeres en la iglesia mormona, es que ¡Es un mandamiento de Dios! Si no perteneces a la iglesia mormona y tienes inclinaciones religiosas en otras direcciones. Entonces, las razones inteligentes para el matrimonio son menos convincentes.
La razón es esta. Como dijo el Salvador en Juan 14: 2
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
Después de la restauración del evangelio original de Jesucristo por medio del Profeta José Smith en 1830, esa declaración del Salvador se repitió en estas palabras – No se turbe vuestro corazón, porque en la casa de mi Padre muchas moradas hay, y he preparado lugar para vosotros; y donde mi Padre y yo estamos, allí también estaréis vosotros. (DyC 98 :18)
La verdad es que no solo hay un cielo y un infierno imprecisos, como generalmente se predica en el mundo sectario, después de la muerte y la resurrección. Además, luego del fin del Milenio, con su juicio final, los hijos de los hombres serán enviados a los diferentes grados de gloria, según su obediencia a las leyes y las ordenanzas del evangelio de Jesucristo durante su estadía mortal. Estos grados de gloria son definidos detalladamente en las secciones 76 y 132 de Doctrina y Convenios.
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En síntesis, los inicuos de la tierra, aquellos que en general han estado bajo el dominio del adversario, no resucitarán al inicio del Milenio, sino que serán enviados al reino de Satanás hasta el final del Milenio. Luego, resucitarán y heredarán el menor de los tres grados generales de gloria, llamado el reino telestial. Este reino existirá bajo las leyes naturales que se obtienen en el mundo que ahora habitamos. Sin embargo, se dice que la gloria de ese reino telestial sobrepuja a toda comprensión (D y C 76:89).
Aquellos que son las personas buenas de la tierra, de los que se podría decir que obedecen la Ley de Moisés, pero que no han participado de las ordenanzas salvadoras del evangelio de Jesucristo, resucitarán en la primera resurrección y heredarán un reino terrestre. Ese reino terrestre existirá bajo las leyes naturales que se obtuvieron en el Jardín del Edén antes de la caída de Adán.
Aquellos que aceptaron el evangelio de Jesucristo a lo largo de la historia del mundo y se bautizaron por la remisión de los pecados de los que se arrepintieron completamente y mantuvieron sus convenios de obediencia con el evangelio, heredarán el reino celestial, donde habitan Dios y Cristo, como se señala en DyC 76: 51 – 52
Estos son los que recibieron el testimonio de Jesús, y creyeron en su nombre, y fueron bautizados según la manera de su sepultura, siendo sepultados en el agua en su nombre; y esto de acuerdo con el mandamiento que él ha dado, para que, guardando los mandamientos, fuesen lavados y limpiados de todos sus pecados, y recibiesen el Santo Espíritu por la imposición de las manos del que es ordenado y sellado para ejercer este poder
No obstante, en este reino celestial, también existen tres grados como se registra en DyC 131:1-4
En la gloria celestial hay tres cielos o grados; y para alcanzar el más alto, el hombre tiene que entrar en este orden del sacerdocio [es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio]; y si no lo hace, no puede alcanzarlo. Podrá entrar en el otro, pero ese es el límite de su reino; no puede tener aumento.
La palabra “aumento” se refiere a una posteridad eterna. Esta es la clave de la doctrina del matrimonio eterno en la iglesia mormona. En los recintos sagrados del santo templo un hombre y una mujer pueden sellarse el uno al otro como esposo y esposa por el poder del santo sacerdocio ¡por toda la eternidad! Como se revela en la sección 132 de Doctrina y Convenios.
Y además, de cierto te digo, si un hombre se casa con una mujer por mi palabra, la cual es mi ley, y por el nuevo y sempiterno convenio, y les es sellado por el Santo Espíritu de la promesa, por conducto del que es ungido, a quien he otorgado este poder y las llaves de este sacerdocio, y se les dice: Saldréis en la primera resurrección, y si fuere después de la primera, en la siguiente resurrección, y heredaréis tronos, reinos, principados, potestades y dominios, toda altura y toda profundidad, entonces se escribirá en el Libro de la Vida del Cordero que no cometerán homicidio para derramar sangre inocente; y si cumplen mi convenio y no cometen homicidio, vertiendo sangre inocente, les será cumplido en todo cuanto mi siervo haya declarado sobre ellos, por el tiempo y por toda la eternidad; y estará en pleno vigor cuando ya no estén en el mundo; y los ángeles y los dioses que están allí les dejarán pasar a su exaltación y gloria en todas las cosas, según lo que haya sido sellado sobre su cabeza, y esta gloria será una plenitud y continuación de las simientes por siempre jamás.
Entonces serán dioses, porque no tendrán fin; por consiguiente, existirán de eternidad en eternidad, porque continuarán; entonces estarán sobre todo, porque todas las cosas les estarán sujetas. Entonces serán dioses, porque tendrán todo poder, y los ángeles estarán sujetos a ellos. (D y C 132: 19 – 20)
Si uno no cumple con el mandamiento del matrimonio en el terreno mortal de probación, se abstiene de las mayores bendiciones que el Padre tiene reservadas para Sus hijos: gobernar y reinar con Él en los reinos de gloria.
Fuente: askgramps.org
