Muchos jóvenes en La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los últimos días sienten el deseo de servir una misión de tiempo completo, ya sea de 18 meses para mujeres o dos años para varones.
Estos misioneros primero son preparados en el Centro de Capacitación Misional hasta que después de algunas semanas son enviados al lugar donde fueron llamados a servir.
Al final de su tiempo de servicio, cada misionero tiene la oportunidad de compartir su testimonio ya sea en el barrio en el que sirve, en una reunión con su presidente de misión y otros misioneros o en un devocional.
Como parte de la cultura de la Iglesia, existe la costumbre de decir que estos misioneros están “muriendo” solo porque el final de su misión ha llegado.
¿En verdad están muriendo? ¿Cesarán de compartir sus testimonios desde ese momento en adelante? ¿Dejarán de compartir el Evangelio?
Sabemos a lo qué se refieren, sin embargo, el uso de esta jerga misional le resta significado al testimonio que los misioneros obtienen después de su tiempo de servicio al Señor.
Tal vez sea necesario recordar la historia de los hijos de Mosíah cuando ellos se reunieron con el hijo de Alma después de su misión de 14 años con los lamanitas.
El Libro de Mormón nos enseña:
“Se habían fortalecido en el conocimiento de la verdad; porque eran hombres de sano entendimiento, y habían escudriñado diligentemente las Escrituras para conocer la palabra de Dios.
Mas esto no es todo; se habían dedicado a mucha oración y ayuno; por tanto, tenían el espíritu de profecía y el espíritu de revelación, y cuando enseñaban, lo hacían con poder y autoridad de Dios”. -Alma 17:2-3
Sus experiencias y su testimonio centrado en Jesucristo y Su Evangelio no sólo es una prueba de su servicio sino que sirve para fortalecer la fe de aquellos que tienen la oportunidad de escucharlos.
Tal vez en lugar de decir que este misionero “está muriendo” podamos decir que tiene un “testimonio vivo”, que saldrá nuevamente al mundo para compartir aquello por lo que Jesús dio Su vida.
Las jergas misionales
Esto me lleva al uso de otras palabras que se emplean como jerga en la misión.
Si bien las frases y jergas misionales son muy pegajosas en el campo, debemos tener cuidado con lo que empiezan a menoscabar o inferir no solo en los misioneros si no también en los miembros y amigos de la Iglesia.
Hablando de esto en un artículo, Scott Taylor compartió:
“Un ejemplo es cuando se transfiere un compañerismo fuera de un área asignada y se asigna uno nuevo. Por muchas razones por las que eso haya podido suceder… las palabras de jerga comunes que se usan para describir dicho cambio incluyen “blanquear” o “limpiar”.
Los desafíos comienzan cuando los miembros, los amigos y las familias de los misioneros aprenden y comienzan a usar, a sabiendas o no, tales palabras y frases”.
Una solución para esto es recordar la recomendación en el manual misional en “Normas misionales para los discípulos de Jesucristo”:
“Utilice un lenguaje digno y evite el uso de jergas”.
Las jergas pueden parecer inofensivas y divertidas, pero también pueden ser informales inapropiadas o degradantes para el llamamiento que tienen como representantes del Señor Jesucristo.
Las advertencias sobre el uso de este tipo de lenguaje se dan con frecuencia no sólo en el manual misional sino por parte de los líderes de misión empezando desde el CCM.
Quizás sea momento de recordar el lenguaje que usaríamos si estuviéramos en presencia de un apóstol, un profeta o el mismo Salvador.
Esforcémonos por tener la compañía del Espíritu Santo; nuestras palabras, nuestros hechos y pensamientos nos ayudarán a lograrlo.
Entonces, ¿he escuchado el testimonio de un misionero que ya está ‘muriendo’? No, nunca he sido testigo de las últimas palabras de un misionero.
Lo que sí he escuchado y que brinda gozo a mi corazón es el testimonio de misioneros “vivos”, que pueden sostener a los Santos de los Últimos Días cuando regresan a casa de su servicio.
Éste es el testimonio de un misionero que ha madurado y ha aprendido lo necesario para ayudar a los miembros y amigos de su barrio a acercarse más al Señor Jesucristo y es momento de empezar a verlo como tal.
*Imagen de portada: Jeffrey D. Allred, Deseret News
Fuente: Church News