El cáncer cerebral es motivo de pesadillas. Sin embargo, para la familia Dory, una frase convirtió esa pesadilla en un sueño hecho realidad: “Kyle, tus tomografías están limpias”.
En un instante, el diagnóstico terminal que Kyle recibió seis meses antes ya no era su realidad.
“Al principio, me preguntaba si habían visto la resonancia magnética equivocada. No lo creíamos. Estábamos impactados. Realmente sin palabras. Esperábamos malas noticias, pero fue lo contrario. ¡Recibimos buenas noticias!”, dijo Kyle.
En enero, la familia Dory recibió malas noticias, las peores noticias a decir verdad. El cáncer que la familia imaginaba que se había eliminado hace dos años, regresó, y se diagnosticó como cáncer terminal.
Kyle no pudo presentarse a su misión en Nueva York como lo planificó y, en cambio, sirvió una minimisión durante 8 días y la familia comenzó a evaluar como pasar mejor los dos años de vida que le quedaban a Kyle. Sus doctores le recetaron una ronda final de radiación para reducir los tumores y darle más tiempo de vida, pero el diagnóstico era desalentador.
Seis meses después de los diagnósticos iniciales, la familia se preparó para la fatídica cita que evaluaría qué tan bien resultó la radiación. La noche anterior a la cita, su presidente de estaca fue la casa de Kyle a ofrecer un consejo y una bendición del sacerdocio.
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De camino a casa de los Dory, el presidente de estaca sintió la impresión de que Kyle le diera una bendición a su madre.
“Fue absolutamente asombroso. Fue la primera vez en que di una bendición del sacerdocio y todos estábamos muy nerviosos por lo que sucedería al siguiente día”, dijo Kyle.
Uno solo puede imaginar lo ansiosa que debe haber estado su madre al escuchar el destino de su hijo. Sin embargo, recibir una bendición del sacerdocio bajo sus manos, le trajo la paz que sobrepasa todo entendimiento.
“Sabes que las bendiciones provienen del Padre Celestial, pero la madurez y lo que dijo [Kyle] basándose en lo que sentía en mi corazón, las preocupaciones, no solo por mí sino por él, fue asombroso. Fue un gran consuelo y me ayudó a prepararme para el jueves. Sentía paz y calma con respecto a lo que el Señor deseaba que sucediera”, dijo Kris, la madre de Kyle.
Nadie esperaba lo que sucedió después: Una resonancia sin signos de enfermedad. El doctor explicó que la radiación acabó con todos los tumores existentes y cualquier otra célula de cáncer hasta el punto que se volvieron indetectables en la tomografía. Este es el mejor de los casos y, ciertamente, es un sueño hecho realidad. Especialmente, para Kris que se había estado preparando para lo peor.
“A lo largo de todo esto, realmente tuve que aceptar lo que el Señor tenía reservado para él. De hecho, en un momento, finalmente tuve que decirle al Padre Celestial que estaba bien si tenía que llevarse a mi hijo temprano. Me había resignado a eso”, dijo Kris entre lágrimas.
Mantenerse en armonía espiritual fue una batalla importante para Kris y su esposo, Kirk. Mientras Kyle estuvo sirviendo en su misión de 8 días, sus padres utilizaron ese tiempo para comprender su situación y prepararse emocionalmente para apoyar a Kyle. “Tener una madre triste durante el resto de su vida no era justo para él”, dijo Kris.
Pero, ¿es posible que una madre sienta paz incluso ante la pérdida de su hijo de 19 años? Kris encontró su respuesta a través de su testimonio de Jesucristo y Su plan.
“Si pudiera compartir una cosa que aprendí de esta experiencia es que no debemos subestimar el conocimiento que tenemos del Evangelio. Cuando lleguen las tormentas de la vida, aférrate al Evangelio y deja que te lleve a través de lo que estés pasando. No hay una mejor manera. Hay paz en Cristo”, dice Kris.
Es posible que el cáncer de su hijo regrese algún día. Pero, por ahora, Kris planea vivir deliberadamente, una práctica en la que ha confiado durante toda su travesía.
“Desde este diagnóstico, realmente he intentado disfrutar cada día al máximo. No sé si solo sea este año o por nuestras circunstancias. Pero, hemos tenido las puestas de sol más hermosas. Me encantan las puestas de sol. Es una de mis cosas favoritas de lo que el Padre Celestial ha creado en esta tierra. Solo detenerme y disfrutar las cosas que el Padre Celestial nos ha dado, ha sido la clave para mí”, dijo Kris.
Además, ha descubierto que la obra misional es una forma de ayudar a su familia a lo largo de esta experiencia. Cuando las enfermeras de Kyle le preguntaron acerca de su optimismo en medio de tanto dolor, la familia testificó que independientemente del resultado, saben que son una familia eterna.
Kyle ha compartido su testimonio en varios devocionales, campamentos de jóvenes y reuniones de la Iglesia. Además, Kris está aprendiendo a abrir la boca siempre que es posible.
“He tratado de no tener miedo de compartir el Evangelio a lo largo de esta experiencia. Kirk y yo hemos hablado de cómo la última vez [en que Kyle luchó contra el cáncer], debimos haber abierto nuestras bocas un poco más y dijimos que esta vez lo estamos haciendo. He tratado de compartir el Evangelio a lo largo de la experiencia de Kyle con todos. Testifico de las cosas que sé que son verdad”, dice Kris.
Ahora, Kris puede ver a Kyle avanzar con su vida. Si bien el riesgo de que el cáncer regrese, impide que Kyle vuelva a la misión, Kyle planea asistir a una escuela de la comunidad en el otoño y, luego, transferirse a la Universidad de Wyoming para estudiar ingeniería arquitectónica. Si bien la vida continuará, la familia Dory, y miles de familias que fueron inspiradas gracias a ellos, cambiaron para siempre.
“He podido mirar hacia atrás y ver mi crecimiento espiritual a lo largo de esta prueba de cáncer. Estoy ganando un amor más profundo por mi Salvador y una mejor relación con mi Padre Celestial a medida que me acerco a ellos. ¡Esta es una gran bendición para mí! Realmente he podido sentir paz en las tormentas de la vida a través de Jesucristo”, dice Kris.
En cuanto a Kyle, continua con una perspectiva de vida que la mayoría de personas no gana durante años. Mientras vivía con un diagnóstico de cáncer terminal, uno de sus objetivos, que se inspiraba en una canción de Tim McGraw, fue “amar de manera más profunda y hablar de manera más dulce”. Su madre testifica que se ha convertido en una “persona completamente diferente” al hacer eso y no planea detenerse ahora. Kyle dice:
“Realmente voy a intentar vivir como si estuviera muriendo otra vez. Si bien no tengo cáncer terminal, sigo viviendo como si lo tuviera. Esa canción trata acerca de hablar de manera más profunda y amar de manera más dulce, y realmente he intentado hacer eso durante esto últimos seis meses y me siento mejor conmigo mismo. Me he acercado más a Dios mientras he vivido más en el camino [correcto]. Realmente me he sentido motivado a leer las Escrituras, a orar con más frecuencia. Básicamente, todo esto me ha hecho una mejor persona”.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Emily Abel y fue publicado en ldsliving.com con el título “Teen Diagnosed with Terminal Cancer Weeks Before Mission Receives Miraculous News”.