Hace un año, hubo personas que protestaron en la sede de la Iglesia con respecto a las entrevistas de los obispos con los jóvenes, a solas, en cuanto a su dignidad.
Entendí totalmente el propósito detrás de esto. Queremos proteger a nuestros hijos de los depredadores. Está muy claro. Todos queremos eso.
Pero… si no pensamos con detenimiento, podríamos terminar haciendo más daño que bien. El hecho es que hay depredadores en todas partes. Maestros de escuela, directores, amigos, padres de amigos, personas que merodean los baños y la lista podría seguir. Sí, por supuesto, habrá algunas manzanas podridas entre los miles y miles de obispos que sirven en todo el mundo.
Sin embargo, afortunadamente, la Iglesia ya ha tomado medidas para garantizar la máxima seguridad de nuestros jóvenes. Ahora, en las entrevistas de los jóvenes debe haber otro adulto. Asimismo, la Iglesia ha proporcionado una serie estandarizada de pautas para las entrevistas de los jóvenes, en las cuales no debe haber preguntas explícitas. Los obispos deben seguir dichos procedimientos.
También te puede interesar: La Iglesia de Jesucristo emite una declaración sobre las entrevistas de los obispos con los jóvenes
Habiendo dicho todo eso, piensa en el efecto de no tener entrevistas con el obispo. Para mí, personalmente, los obispos que tuve durante las edades de 16 y 22, en muchos sentidos, fueron un salvavidas a nivel espiritual y físico.
Odiaba la idea de reunirme con el obispo. Pero, en cada situación, el obispo me trató con el mayor respeto y amor. Nunca hubo nada extraño o problemático.
Literalmente, los obispos que tuve me ayudaron a encontrar un camino hacia la salud y la felicidad, sin culpa ni preocupación. Me ayudaron a evitar los peligros más acuciantes de nuestros días.
No recuerdo haberme reunido con un obispo y haberme ido peor que antes de reunirme con él. Siempre fue una experiencia sanadora en la que el resultado fue una gran efusión de la expiación. Sé que esto no siempre sucede, pero creo que esto sucede la mayoría del tiempo. Me entristece mucho saber que algunos se topan con uno de esos lobos vestidos de oveja.
Por supuesto, si hay obispos por ahí que no cumplen con su llamamiento como deben, deben ser expuestos, expulsados y sancionados de inmediato. La principal preocupación es mantener a salvo a nuestros hijos.
Pero, ¿qué pasa con todo el bien que los obispos hacen cuando se dedican como deben a los jóvenes y JAS? ¿Te imaginas un mundo en el que los hombres y las mujeres mayores, más sabios no puedan reunirse y aconsejar a la generación más joven sobre los peligros que les esperan en el mundo?
En la actualidad, una de las principales preocupaciones que tienen los apóstoles es la plaga de la adicción. Por ejemplo, la adicción a las drogas y similares. Sin embargo, la pornografía es la principal adicción.
¿Te imaginas cuántos obispos han sido responsables de ayudar a los jóvenes y JAS a liberarse de las cadenas de la adicción? ¿Te imaginas cuántos otros adictos a la pornografía podría haber en el mundo sin la intervención y el cuidado de un buen obispo?
Muchas veces, solo el obispo es quien se entera de los problemas que atraviesan los jóvenes. Los padres no tienen idea y la mayoría de los jóvenes quieren mantenerlo así. El problema podría continuar durante años si no se aborda y, por lo general, es una tercera parte de confianza que marca la diferencia. En muchos casos, un obispo.
Mi punto al mencionar eso es que no tenemos idea de cuántos jóvenes se están salvando de una vida de adicción, pedofilia y violencia con solo tener un obispo con quien hablar.
Los buenos obispos superan con creces a los malos. Los jóvenes que podrían haber recorrido el camino de la iniquidad y la miseria, ahora se encuentran en un camino que cambiará sus vidas para siempre.
La prensa nunca cubre las historias de aquellos que cambiaron su vida para siempre gracias al cuidado y la diligencia de un obispo. Solo escuchamos sobre un obispo aquí y un presidente de estaca allá que resultó no ser lo que esperábamos porque eso es lo que vende en los medios.
Hoy en día, vivimos en un mundo en el que desconfiamos de todo y todos. Pero, solo espero que los obispos Santos de los Últimos Días de todo el mundo, que sirven como voluntarios y sacrifican gran parte de su tiempo, no tengan una mala reputación debido a una minoría.
Espero que les demos el crédito y el apoyo que se merecen para que puedan continuar ayudando y defendiendo a los jóvenes de la Iglesia como lo han hecho durante tantos años.
Tomen con seriedad a los infractores, separen a los malos líderes, creen políticas que protejan tanto a los jóvenes como a los obispos. Pero, por favor, no eliminen a los líderes eclesiásticos de la vida de nuestros hijos, en ninguna religión o iglesia. Para mí, esas entrevistas significaron mucho.
Esta es una adaptación del artículo que fue escrito originalmente por Greg Trimble y fue publicado en gregtrimble.com con el título “My Dear Bishops, Our Interviews Meant The World To Me”.