Se podría decir que hay mucho que nos diferencia de nuestros hermanos y hermanas que profesan la fe judía, sin embargo, también hay muchas cosas que nos unen.
Con el fin de comprender, minimizar la brecha que nos separa y promover la fe, en este artículo veremos 5 cosas que tienen en común los judíos y Santos de los Últimos Días.
1. Creemos en Dios
¡Así es! Ambos creemos en Dios.
Como Santos de los Últimos Días creemos que Dios es nuestro Padre Celestial, el Ser Supremo a quien adoramos y que es Creador de todas las cosas.
Los judíos también creen en Dios, el Dios que los sacó de Egipto y quien es Creador del mundo. La Biblia hebrea lo presenta con el nombre de Yahvé.
2. Nos abstenemos del consumo de ciertas cosas
En ambas religiones, los miembros se abstienen de ciertas substancias o alimentos que provienen de un animal o vegetal.
En el caso de los Santos de los Últimos Días, seguimos la Palabra de Sabiduría, una ley de salud revelada por el Señor para el beneficio físico y espiritual de Sus hijos.
Nos abstenemos de las bebidas alcohólicas, el tabaco, el té, el café, las drogas ilícitas y cualquier otra cosa que sea perjudicial para nuestro cuerpo.
Los judíos se adhieren al Kashrut (o Kosher) que, en base a lo que dice el Torá, determina con precisión qué alimentos se consideran puros para su consumo.
Esta ley no está solamente relacionada con el cuerpo físico, sino íntimamente ligada al alma.
Se prohíbe el consumo de insectos, reptiles y gusanos, razón por la cual las verduras y frutas deben ser lavadas meticulosamente y revisadas tal como indica la Ley judía.
Algunas comunidades judías tienen restricciones adicionales sobre los animales que se deben consumir y qué partes en específico.
3. Día de reposo
Al igual que muchas otras religiones, los Santos de los Últimos Días apartamos un día a la semana para el descanso y la adoración.
El domingo es un día dedicado al Señor, de asistencia a los centros de reuniones donde se renuevan las promesas que hicimos con Dios mediante la Santa Cena.
Para los judíos el Shabat, el día de reposo, comienza con la puesta de sol del viernes y termina al anochecer del sábado.
Es el séptimo día de la semana judía y, de acuerdo con el Torá, está dedicado al descanso y no se puede realizar ningún tipo de trabajo.
4. El estudio de las escrituras
El estudio de las escrituras es primordial para nuestro crecimiento temporal y espiritual.
A pesar de que estos textos puedan ser diferentes entre ambas religiones, el mandamiento de aprender de ellas y leerlas de manera constante y en su totalidad es similar.
Los Santos de los Últimos Días estudian la Biblia y el Libro de Mormón, que contienen las enseñanzas de los profetas y la palabra de Dios, así como las enseñanzas de los profetas modernos.
Para los judíos, el estudio de las escrituras también es sumamente importante. El estudio de la Biblia Hebrea, que comprende la Torá (la Ley), los Nevi’im (los Profetas) y los Ketuvim (los Escritos), es esencial así como otros textos adicionales.
5. Un historia de persecución
A diferencia de muchas otras religiones, la historia tanto del pueblo judío como los Santos de los Últimos Días está llena de derramamiento de sangre, discriminación y mártires.
Hay celebraciones que conmemoran la liberación del pueblo judío y haber sobrevivido el maltrato y persecución ya sea con o sin ayuno.
Del mismo modo, hay fechas importantes que marcan la tragedia y las victorias de los pioneros Santos de los Últimos Días y se conmemoran entre los miembros de cada barrio.
Esta similitud debería unirnos para celebrar el sacrificio y la fe de aquellos que nos precedieron, los milagros que recibimos ahora gracias a ellos y las promesas que esperamos recibir de acuerdo con nuestras creencias.
Estas fueron solo algunas de las cosas que compartimos con nuestros hermanos y hermanas judíos, y tú, ¿qué otra cosa agregarías?