¿Acaso no es interesante saber que la primera historia en todas las escrituras canónicas también sea la más romántica? Mientras que celebramos el Día de San Valentín, así como algunos ofrecen chocolates y rosas, tomémonos un momento para recordar a nuestros primeros padres y el increíble ejemplo de amor que nos dieron.
Todos sabemos que Dios creó la tierra y al hombre a Su propia imagen. También sabemos que Dios le dio a Adán una compañera, Eva, como ayuda idónea para él. Sin embargo no todos se dan cuenta de que ayuda idónea no es una “compañera que ayuda”, o una simple “ayudante”.
En realidad, significa “defensora”, “salvadora”. Ayuda idónea proviene de dos palabras hebreas, “ezer” (ayuda, rescate, salvador) y “k’enegdo” (que totalmente corresponde a). En su libro, Eva y la Decisión que tomó en Edén, Beverly Campbell dijo que desea que todos podamos entender Génesis 2:18 como algo parecido a: “No es bueno que el hombre esté solo. Lo convertiré en un compañero de fuerza y poder que tiene a un poder salvador [ayuda idónea] que es igual a él.“
Se nos dice que un hombre “dejará a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24, Moisés 3:24). Qué hermosa instrucción para recordarnos de aquella relación tan trascendental. Esa línea también deja en claro que Adán tuvo una madre y un padre a quienes dejó.
Somos tan bendecidos de tener escrituras adicionales y de tener una comprensión más completa de los eventos sucedidos en el Jardín del Edén. En lugar de ver la acción de comer del fruto de la manera en que el mundo la representa, la veamos como una sabia elección, llena de sacrificio. Una decisión que hizo posible que toda la humanidad pudiera nacer.
A lo largo de la historia, hemos visto las vidas de parejas enamoradas que han sido separadas por las circunstancias. Se aman, sí, pero no lo suficiente como para superar los obstáculos. La literatura romántica y las películas están llenas de parejas que carecen de valor, de humildad y de devoción desinteresada los cuales podrían haberlos mantenido juntos.
El amor de Eva por Adán es sorprendente. Cuando ella consideró la elección ofrecida por Satanás, Eva supo que tendría que experimentar tristeza, dolor y todo el sufrimiento de la mortalidad. Sin embargo, Eva amaba a Adán lo suficiente como para pasar por ello. Así que de forma sabia e inteligente, ella elige, con Adán como su compañero, traer la humanidad a la vida.
Ella sabía que se les había ordenado que se multipliquen e hinchen la tierra y, de manera voluntaria, se adentró en la oscuridad desconocida, con el tipo de fe absoluta que trae la luz. Eva tomó la delantera, pero se aferró a Adán con feroz devoción.
Para aquellos que se emocionan por las escenas románticas, nunca encontrarán una que conmueva tanto el corazón como cuando Adán, sabiendo lo que su esposa hizo, elige comer del fruto y quedarse con Eva. Él también dejará para siempre aquel hermoso jardín, el mundo de inocencia y su propia inmortalidad.
Él sufrirá, conocerá la enfermedad, experimentará la agonía de los hijos que se alejarán de la verdad e incluso morirá. No obstante, Adán está de acuerdo con todo eso, con Eva. Él la mira a los ojos y ve la eternidad. Todas las mujeres del mundo quieren un hombre que las ame de tal manera.
Ellos también aman a Dios, y cuando Adán alaba a Dios (Moisés 5:10), Eva se alegra y responde: “De no haber sido por nuestra transgresión, nunca habríamos tenido posteridad, ni hubiéramos conocido jamás el bien y el mal, ni el gozo de nuestra redención, ni la vida eterna que Dios concede a todos los obedientes. ” (Moisés 5:11). Ellos verdaderamente entendieron el Plan de Salvación, y el poder y el gozo de la expiación de Cristo.
Su determinación de permanecer juntos a pesar de los enormes obstáculos es un buen ejemplo para las parejas en la actualidad, que han crecido en la generación de problemas superfluos. De hecho, durante varias generaciones, las novias y novios han sido agobiados con el mensaje de que si algo se rompe, o simplemente te cansas de ello, puedes desecharlo. Tiramos lapiceros, electrodomésticos, botellas, lo que sea, cosas que en años anteriores habrían sido reparadas o recargadas.
Los estudiantes abandonan las clases difíciles en lugar de ser valientes y hacerle frente. Y, desde luego, sólo nos quedamos con un video en las redes sociales durante unos segundos antes de aburrirnos y pasar al siguiente. Esta mentalidad, alienta a las personas a renunciar cuando las cosas se ponen difíciles y pronto eso se convierte en la forma en que nos comportamos en nuestras relaciones amorosas.
Las Sagradas Escrituras están llenas de historias de amor. Aprendemos del amor de Nuestro Padre Celestial por sus hijos y del amor que Cristo demostró mediante la expiación de nuestros pecados. Vemos profetas que aman a sus semejantes, padres que aman a sus hijos y líderes de todo tipo que aman al Señor.
Es por eso, que la más grande historia de amor es la de Adán y Eva. Los héroes románticos, también admirables líderes espirituales, ellos lo hicieron bien y dejaron un claro ejemplo, permanente, sobre cuán devotos debemos ser con nuestros cónyuges.
Este día de San Valentín, celebremos a nuestros compañeros especiales, pero también recordemos dónde comenzó todo.
Este artículo fue escrito originalmente por Joni Hilton y fue publicado por ldsliving.com, con el título: “The Greatest Love Story in all of Scriptures.”