Cierra los ojos e imagina la Navidad perfecta. El olor a pastel recién horneado. El árbol de Navidad con luces brillantes. Los niños jugando con sus juguetes nuevos.
Comenzamos diciembre con grandes expectativas. Sin embargo, con mucha frecuencia, nuestra búsqueda del día perfecto nos deja agotados y estresados.
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La temporada navideña se inunda de todo menos de alegría mientras nos apresuramos por encontrar el regalo perfecto y abrir nuestras casas a familiares, suegros y amigos.
¡Este año puede ser diferente! Sigue estos dos sencillos pasos y, finalmente, podrás tener la mejor Navidad de tu vida.
1. Haz que lo principal sea lo principal
Representación de Jesús de bebé. Foto: La Iglesia de Jesucristo
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La mejor manera de evitar convertirte en el Grinch esta Navidad es recordar el motivo de la festividad. La Navidad no es una tarea que se debe cumplir ni una carga que se debe soportar, es una celebración de la venida de Jesús a la Tierra.
Juan 3:16 dice que Dios nos amó tanto que envió a Su Hijo para formar un camino para que tuviéramos una relación con Él.
María cargando a Jesús. Foto: La Iglesia de Jesucristo
De la misma manera que una boda sigue siendo una boda sin lujos, la Navidad sigue siendo Navidad así no abramos regalos o coloquemos luces en el árbol. En ambos casos, la persona, no la fiesta, hace el día especial.
Así que, no permitas que el estrés de hacer una lista y revisarla dos veces, te distraiga de lo que realmente se trata este día. Jesús es el regalo perfecto.
2. Elige la paz sobre el caos
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En una carta a la iglesia en Colosas, el apóstol Pablo escribió sobre qué significa estar vivo en Jesús. Él instruye a los colosenses:
“Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos” (Colosenses 3:15).
Esta instrucción es válida para nosotros hoy. Estamos llamados a vivir en paz, a ver nuestra vida con agradecimiento por lo que tenemos en lugar de quejarnos por lo que no tenemos.
Cuando recordamos quién es nuestro Padre Celestial, nos damos cuenta de que no tenemos nada que temer.
El mismo Dios que hizo los cielos y la tierra nos dice que lo llamemos “Papá”. Es un buen padre que no deja que sus hijos se queden sin Él.
Nacimiento de Jesús. Imagen: La Iglesia de Jesucristo
“Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan ni juntan en alfolíes; y vuestro Padre Celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas? Mas, ¿quién de vosotros podrá, afanándose, añadir a su estatura un codo?”, les dice Jesús a Sus seguidores (Mateo 6: 25-34).
La paz verdadera y duradera proviene de saber de quiénes somos. Al pasar tiempo con Dios y recordar el sacrificio que Jesús hizo por nosotros, el estrés de la vida se desvanece lentamente. El caos de las fiestas se pone en contexto.
Así que deja los cortadores de galletas, aléjate del papel de regalo y descansa en la paz de Dios. Es posible que tu casa no huela a pastel recién horneado y que tu árbol no brille. No obstante, buscar a Jesús y Su paz en estas fiestas, te asegurará que tengas la mejor Navidad de tu vida.
Fuente: Newspring.cc
