Pregunta

En el Libro de Mormón, la Liahona apareció como un “compás divino” que también mostraba mensajes escritos de Dios. ¿Cómo hacían Lehi y su familia para recibir esas instrucciones o advertencias?

Aunque la historia parezca antigua, su enseñanza es vigente: Dios nos habla de distintas maneras hoy, y nuestra actitud determina si escuchamos y aplicamos sus indicaciones.

Respuesta

La Liahona no solo mostraba el camino físico, sino también espiritual, recordándonos que Dios puede comunicarse de manera tangible. Así como los antiguos usaban el Urim y Thummim, necesitamos discernimiento y atención para reconocer Su guía, y podemos crear momentos diarios de oración y reflexión como nuestro propio “momento de Liahona”.Arte: Lehi and the Liahona, por Joseph Brickey

Cuando Lehi y su familia salieron de Jerusalén, encontraron una esfera de bronce frente a su tienda, con dos agujas. Una indicaba el camino físico y la otra mostraba mensajes de Dios según su fidelidad. 

Si confiaban y eran obedientes, recibían dirección; si dudaban o murmuraban, dejaba de funcionar

«Vi las agujas que estaban en la esfera, y que funcionaban de acuerdo con la fe, diligencia y atención que nosotros les dábamos… Y así vemos que por pequeños medios el Señor puede realizar grandes cosas». 1 Nefi 16:28-29.

Esto nos enseña que la guía de Dios no es automática, depende de nuestra disposición. Hoy, la Liahona se puede comparar con la oración, el estudio de las Escrituras y la conciencia espiritual

Por ejemplo, si sentimos un impulso para ayudar a alguien, es como si Dios nos mostrara “la flecha del camino correcto”. Ignorarla es como tapar los ojos a nuestra propia brújula.

Un puente entre lo físico y lo espiritual

Lehí y su familia leyendo las planchas de bronce. Así como los antiguos usaban el Urim y Thummim, necesitamos discernimiento y atención para reconocer Su guía, y podemos crear momentos diarios de oración y reflexión como nuestro propio “momento de Liahona”. Imagen: Captura de pantalla de los Videos del Libro de Mormón

La Liahona tiene paralelos con los objetos sagrados antiguos, como el Urim y Thummim que los sacerdotes de Israel usaban para recibir revelación (Éxodo 28:30). Dios puede comunicarse de manera tangible, pero requiere atención y fe.

Nefi escribió: 

Y aconteció que yo, Nefi, ascendí hasta la cima de la montaña conforme a las indicaciones dadas sobre la esfera. – 1 Nefi 16:30

Esto nos recuerda que la revelación y las advertencias divinas suelen ser claras, pero también es importante considerar que necesitamos discernimiento para reconocerlas.

Una idea práctica es tomar un momento al día para revisar nuestras decisiones o pensamientos con oración breve y sincera puede ser nuestro propio “momento de Liahona”, donde pedimos claridad y dirección.

Cómo aplicarlo hoy

Más allá de su función práctica, la Liahona simboliza la guía espiritual que recibimos si buscamos a Dios con fe. Decisiones cotidianas como decir la verdad, servir sin esperar recompensa o elegir pensamientos amorosos son oportunidades para mirar nuestra propia “Liahona” y mantenernos en el camino que Dios ha preparado. Imagen: Canva

Más allá de su función práctica, la Liahona nos recuerda que Dios nos guía espiritualmente si buscamos con fe y perseverancia. Alma, un profeta del Libro de Mormón, comparó la Liahona con las “palabras de Cristo”: 

“La vía está preparada, y si queremos mirar, podremos vivir para siempre”.Alma 37:46.

En la vida diaria, esto se traduce en decisiones como:

  • Escoger decir la verdad aunque sea difícil
  • Servir a alguien sin esperar reconocimiento
  • Escoger pensamientos y actitudes que reflejen paciencia y amor

Estas acciones son como mirar la Liahona: nos mantienen en el camino que Dios ha preparado para nosotros.

Pequeñas decisiones, gran diferencia

La Liahona nos recuerda que cada acción, por pequeña que parezca, puede marcar la diferencia en nuestro camino espiritual. Obedecer las inspiraciones del Señor fortalece nuestras relaciones, nos protege de dificultades y nos acerca a la redención que Él promete. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la iglesia verdadera. Imagen: Masfe.org

 

Hoy, la Liahona nos invita a preguntarnos: ¿estamos atentos a las indicaciones de Dios en nuestra vida diaria? Cada oración, cada estudio de las Escrituras, cada momento de servicio puede ser una oportunidad de recibir guía. 

“Sí, y estáis dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo, y ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, para que seáis redimidos por Dios.” – Mosíah 18:9-10.

Por ejemplo, si sentimos un impulso para ayudar a un compañero en problemas, obedecerlo puede evitar conflictos mayores y fortalecer relaciones. Ignorarlo puede traer dificultades, pero la lección es que Dios nos guía constantemente, y nuestra disposición define el resultado.

La historia de Lehi y su familia no es solo historia antigua. Es un recordatorio de que Dios quiere guiarnos, y que nuestra fe y constancia determinan cómo avanzamos en nuestro camino espiritual.

Fuente: Ask Gramps 

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