Vivir tiempos difíciles no es algo nuevo para nosotros. La humanidad se ha enfrentado a diferentes desafíos, en muchos grados y formas.
El Libro de Mormón contiene relatos históricos de muchos de estos y también las formas en que ciertos grupos de personas han prosperado en tiempos difíciles, formas en las que podemos aprender en medio de las tribulaciones que enfrentamos ahora.
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Favorecidos del Señor
El profeta Nefi pasó por muchas aflicciones, pero pudo prosperar porque “[fue] altamente favorecido del Señor en todos [sus] días”.
Algunos podrían pensar que tener el favor del Ser más poderoso debe ser algo muy difícil de lograr. Después de todo, es al profeta Nefi a quien estamos tratando de emular. La historia de Nefi nos proporciona una guía sobre cómo podemos obtener el favor del Señor.
Uno de los pasajes más referidos en el Libro de Mormón es la respuesta de Nefi a la solicitud de su padre de que regrese a Jerusalén para obtener unos registros importantes. Él dijo: “Iré y haré lo que el Señor ha mandado…” (1 Ne 3:7).
En muchas ocasiones, se le mandó a Nefi que hiciera algo que parecía imposible de lograr, pero en todas esas ocasiones, el Señor proporcionó una manera para que Nefi lograra las cosas que el Señor le había mandado.
Pero no fue algo fácil para Nefi. Para que el Señor le proporcionara un camino, Nefi primero tuvo que ejercer su fe y luego hacer lo que el Señor le había pedido.
Cuando Nefi y sus hermanos regresaron a Jerusalén para obtener las planchas de bronce, sus primeros 2 intentos no fueron exitosos. Sus hermanos querían darse por vencidos, pero Nefi, creyendo que Dios les proporcionaría una forma de obtener las planchas, entró en la casa de Labán y logró regresar con las planchas.
Aprendemos de la historia de Nefi que el Señor favorece a aquellos que tienen fe en Él y buscan hacer Su voluntad, incluso en tiempos difíciles cuando las pruebas pesan grandemente en nuestras almas.
Favorece a quienes buscan a Dios y desean conocer Su voluntad. Él favorece a aquellos que se deciden a a actuar y se dedican a hacer la obra del Señor.
El Señor ha prometido: “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré y me manifestaré a él” (Juan 14: 21).
Además agregó: “Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor” (Juan 15: 10).
Responde con tacto y gracia
En una de las guerras registradas en El Libro de Mormón, Moroni, un comandante del ejército, escribió al gobernador nefita, Pahorán, reprendiéndolo por no enviar suministros y refuerzos a sus ejércitos que estaban en extrema necesidad.
Moroni escribió esto sin saber que Pahorán estaba en problemas y había sido expulsado por un grupo rebelde de su propio pueblo.
Dadas las circunstancias, Pahorán podría haber respondido con enojo, pero en cambio, él respondió con consideración y tacto, explicando sus circunstancias y asegurándole a Moroni que todavía estaban luchando por la misma causa.
En tiempos difíciles, necesitamos responder con tacto, gracia y perdón más que nunca. La respuesta de Pahorán a Moroni evitó que dos hombres justos se convirtieran en enemigos y fortaleció su relación aún más.
Nosotros también podemos optar por responder con gracia y tacto como Pahorán y tratar de comprender cuando hemos sido mal entendidos, hablar con compasión cuando se nos habla severamente, tener paciencia cuando otros están perdiendo la suya y continuar amando a nuestro prójimo incluso cuando quede poco por amar.
Los tiempos difíciles pueden unirnos o separarnos. Cuando la elección se nos presente, podemos elegir permanecer unidos.
Persevera hasta el fin
En el Libro de Mormón, leemos sobre la magnitud de las dificultades que Lehi enfrentó en su viaje a la Tierra Prometida: el hambre, la fatiga, la rebelión de sus hijos mayores y las acusaciones de ser un hombre visionario que estaba llevando a su familia a perecer en el desierto, entre muchos otros.
Lehi describió su angustia y dolor al describir su viaje como sus “días de gran aflicción”. En medio de las dificultades que enfrentó, podría haberse alejado fácilmente de Dios. Por el contrario, él continuó confiando en el Señor con una fe tan resuelta y sobrellevó los desafíos que enfrentó hasta el final de sus días.
Aprendemos de la experiencia de Lehi que no podemos simplemente sentarnos y descansar y esperar un final feliz. Su vida nos enseña que la perseverancia no significa simplemente “aguantar” hasta el final de nuestras vidas.
Significa ver nuestras pruebas como una manera de probarnos, moldearnos y purificarnos en el horno de la adversidad para ayudarnos a ser tan refinados como el acero fino.
Significa hacer crecer nuestra fe y esforzarnos por guardar los mandamientos de Dios. Significa “perseverar en hacer el bien” (Rom 2: 7).
Significa desear compartir el evangelio de Jesucristo y actuar de acuerdo con ese deseo. Significa confiar y creer en que Su amor y gracia nos sostendrá en tiempos difíciles.
Y cuando hayamos llegado al final de nuestros días, podremos repetir lo que Lehi escribió poco antes de su muerte:
“El Señor ha redimido a mi alma del infierno; he visto su gloria, y estoy para siempre envuelto entre los brazos de su amor.” – 2 Ne 1: 15
Los tiempos difíciles son inevitables, son necesarios para nuestro crecimiento y progreso. Hemos recibido orientación a través de las Escrituras, sobre cómo enfrentar estos desafíos y perseverar en medio de ellos.
El Libro de Mormón es una de las muchas escrituras que Dios ha preparado para guiarnos. Recurramos a él para buscar el consejo del Señor no sólo durante los tiempos difíciles de nuestras vidas, sino todos los días al buscar conocer Su voluntad.
Este artículo fue escrito originalmente por Chona Galletes y fue publicado originalmente por Faith.ph bajo el título “What Can The Book Of Mormon Teach Us About Thriving In Difficult Times?”