Con demasiada frecuencia, aquellos que padecen problemas de salud mental se enfrentan a la discriminación y la vergüenza. Los miembros de la Iglesia no son la excepción.
Afortunadamente, los profetas y los apóstoles modernos han hablado acerca de las enfermedades mentales, y han compartido mensajes de esperanza y consuelo a los que sufren.
Es por eso, que a continuación te mostramos algunas de sus enseñanzas sobre el tema:
Preocuparse por uno mismo
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Uno de los discursos más emblemáticos sobre el tema de las enfermedades mentales fue el del élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles. Su discurso se titula, “Como una vasija quebrada”.
El élder Holland aconseja que no consideremos nuestra salud mental de manera diferente a como tenemos que “lidiar con la presión arterial alta o la aparición repentina de un tumor maligno”. Continúa:
Al prevenir cualquier enfermedad cuando sea posible, estén pendientes de los indicadores de estrés en ustedes mismos y en otras personas a las que puedan ayudar.
Al igual que con su automóvil, estén alertas a las temperaturas elevadas, a la velocidad excesiva o al bajo nivel de combustible.
Cuando afronten una “depresión por agotamiento”, hagan los ajustes necesarios.
La fatiga es un enemigo común para todos nosotros, así que disminuyan el ritmo, descansen, repongan energías y recobren fuerzas.
Los médicos nos aconsejan que si no nos tomamos el tiempo para cuidarnos, lo más seguro es que después lo tomaremos cuando estemos enfermos.
Si las cosas continúan debilitándolos, busquen el consejo de personas certificadas y con buena reputación, aptitud profesional y buenos valores.
Sean sinceros con ellos acerca de su historial y sus dificultades.
Consideren con espíritu de oración y de manera responsable el consejo que les brinden y las soluciones que les prescriban.
Si tuvieran apendicitis, Dios esperaría que pidieran una bendición del sacerdocio y que obtuvieran la mejor atención médica disponible; lo mismo se aplica a los trastornos emocionales.
Nuestro Padre en los Cielos espera que usemos todos los maravillosos dones que Él nos ha proporcionado en esta gloriosa dispensación.
No te turbes, esto también pasará
Si bien recientemente se han realizado mayores esfuerzos para concientizar con respecto a este tema, las enfermedades mentales no son nada nuevo.
En la Conferencia General de 1974, el presidente Ezra Taft Benson dio un discurso lleno de consejos inspiradores para nosotros mismos o para alguien que amamos y sufre de depresión.
Además de ese consejo profético, el presidente Benson también reconoció que, a veces, simplemente tenemos que perseverar hasta el fin.
En su discurso, el presidente Benson enseña:
Hay veces en las que sencillamente hay que soportar en rectitud y perseverar más que el enemigo hasta que su espíritu deprimente nos deje. Como le dijo el Señor a José Smith:
“…tu adversidad y tus aflicciones no serán más que por un breve momento; y entonces, si lo sobrellevas bien, Dios te exaltará”. (DyC 121:7–8)
La esperanza nos ayuda a superar la desesperación
El élder Dieter F. Uchtdorf también ha compartido palabras de sabiduría a quienes luchan con dificultades mentales.
En su discurso de 2008, “El poder infinito de la esperanza”, el presidente Uchtdorf explica cómo la esperanza puede ayudarnos a superar la desesperación.
El élder Uchtdorf continúa:
El adversario se vale de la desesperación para atar el corazón y la mente en una obscuridad agobiante.
La desesperación nos despoja de todo lo que es conmovedor y alegre, y deja atrás los restos vacíos de lo que la vida debió haber sido.
La desesperación mata la aspiración, acelera la enfermedad, contamina el alma y desfallece el corazón.
La desesperación es como una escalera que lleva, únicamente y para siempre, hacia abajo.
Por otro lado, la esperanza es como los rayos del sol que se elevan por encima del horizonte de nuestras circunstancias presentes.
Penetra en la obscuridad con un brillante amanecer y nos alienta e inspira a poner nuestra confianza en el cuidado amoroso de nuestro eterno Padre Celestial, quien ha preparado el camino para aquellos que buscan la verdad eterna en un mundo de relativismo, de confusión y temor.
Confiar en el Espíritu Santo
Si bien el presidente Henry B. Eyring no habla exactamente de las enfermedades mentales en su discurso de 2015, “El Consolador”, comparte palabras de sabiduría que pueden ayudar a quienes luchan con los diferentes tipos de dolencias mentales, físicas o espirituales.
El presidente Eyring nos recuerda:
Cuando estaba a punto de ser crucificado, el Salvador describió la forma en que Él aligera las cargas y da fortaleza para soportarlas.
Él sabía que Sus discípulos se apenarían; sabía que temerían el futuro; sabía que dudarían de su capacidad para seguir adelante.
De modo que les dio la promesa que Él nos hace a nosotros y a todos Sus verdaderos discípulos:
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”.
Como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, somos bendecidos con la revelación continua de los profetas, videntes y reveladores de la actualidad que pueden guiarnos y dirigirnos en asuntos de importancia, como las enfermedades mentales.
Los líderes de la Iglesia nos brindan consejos directos de nuestro Padre Celestial.
¿Cómo los líderes te han inspirado cuando tú, un familiar o un amigo han luchado contra alguna prueba muy difícil? ¡Háznoslo saber en los comentarios!
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Michelle Knabe y fue publicado en thirdhour.org con el título “Church Leaders on Mental Health”.