Con frecuencia, el Presidente Russell M. Nelson enseña poderosa y poéticamente sobre el simbolismo que se encuentra en las Escrituras, el templo, la vida y la expiación de nuestro Salvador Jesucristo. En el libro Teachings of Russell M. Nelson, encontramos muchas ideas sobre el significado del bautismo de Jesucristo, que nos ayudarán con nuestro estudio del manual “Ven, Sígueme” de esta semana.
El Presidente Nelson enseñó:
“El Río Jordán fue el lugar que Jesucristo eligió para que Juan lo bautizara a fin de ‘cumplir toda justicia’ (Mateo 3:15; 2 Nefi 31: 5-6). ¿Es importante que esta ordenanza sagrada se haya realizado en el cuerpo de agua dulce más bajo del planeta? ¿Pudo haber elegido un lugar más bajo para simbolizar las humildes profundidades a las que se dirigió y de las que se levantó? Por ejemplo, Él deseó enseñarnos que literalmente descendió a todas las cosas para elevarse por encima de todas las cosas. Por supuesto, esto significaría que a través de nuestra obediencia y esfuerzo, nosotros también podemos provenir de nuestras profundidades más profundas para ascender a las alturas más altas de nuestro propio destino.”
También te puede interesar: ¿Por qué los mormones efectúan bautismos por los muertos?
Como señala el erudito de las Escrituras, Taylor Halverson:
“Jordán es una palabra hebrea que significa ‘descender.’ Una palabra o nombre relacionado es Jared… ten en cuenta el significado de la palabra ‘Jordán’, podemos ver mucha belleza, significado y simbolismo, todo señalando por qué Jesús eligió ser bautizado en el Jordán.”
Jesucristo, nuestro Salvador, no solo tuvo la humildad de descender (o, condescender, 1 Nefi 11:14; 16-17) a la tierra para ofrecer salvación a cada uno de nosotros, Él tuvo la humildad para descender al Río Jordán para “cumplir con toda justicia” y descender a todo dolor, pecado y sufrimiento en el Getsemaní para que todos podamos ascender a la vida eterna.
La ubicación exacta del bautismo de Jesucristo varía en los evangelios y en el Libro de Mormón. Pero, Richard Neitzel Holzapfel y Thomas A. Wayment explican en el libro Making Sense of the New Testament:
“Según Juan, el lugar donde sucedieron estos eventos fue ‘Betábara’ (Juan 1:28), nombre del lugar que se confirma en el Libro de Mormón (1 Nefi 10:9). Sin embargo, gran parte de los manuscritos antiguos griegos del evangelio de Juan, ubican los eventos en Betania en lugar de Betábara. Algunos críticos vieron en esto una oportunidad para criticar el Libro de Mormón por utilizar una versión menos conocida y comprobada de la historia. La falacia con respecto a esta crítica es que no se ha confirmado una ciudad o un lugar llamado Betania ‘más allá del Jordán’. Por otro lado, Betábara, ‘el cruce’, se menciona en el Talmud.”
El lugar del nacimiento de Cristo y el nombre Betábara, ‘el cruce’ o ‘la casa del cruce’, aumenta en significado cuando consideramos otro evento bíblico importante que sucedió en el Río Jordán. Mientras el profeta Josué estaba cerca del Río Jordán les dijo a los israelitas, “Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros” (Josué 3:5). Esa mañana siguiente, Josué, cuyo nombre se traduce como Jesús en griego, instruyó al pueblo:
He aquí, el arca del convenio del Señor de toda la tierra pasará el Jordán delante de vosotros.
Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno de cada tribu.
Y acontecerá que cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová, Señor de toda la tierra, se asienten sobre las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se dividirán, porque las aguas que vienen de arriba se detendrán como en un muro.
Y aconteció que cuando partió el pueblo de sus tiendas para pasar el Jordán, y los sacerdotes iban delante del pueblo llevando el arca del convenio, (Josué 3:11-13).
No fue hasta que los israelitas se mojaron los pies, cuando dieron el primer paso de fe, que el Señor separó las aguas e hizo posible su paso. En la actualidad, el Señor sigue obrando milagros entre nosotros y cuando avancemos con fe y creamos en Su nombre, Él separará las aguas del caos, la muerte, el infierno y el dolor. Además, hará posible un camino para nuestro progreso futuro.
Fue aquí, donde Jehová separó las aguas para Su pueblo escogido, donde Jesucristo condescendió a ser bautizado y comenzar un ministerio que culminaría en la Expiación, el camino máximo hacia la vida eterna o el cruce a una vida nueva y santificada.
El Presidente Nelson enseñó:
¿Es posible que Cristo eligiera este lugar para bautizarse en el río Jordán en conmemoración silenciosa del cruce de los fieles israelitas bajo la dirección de Josué, muchos años antes? (Josué 3) ¿Y quizás también como un símbolo de que el bautismo es un cruce espiritual para entrar en el reino de Dios? (“In This Holy Land,” Ensign, febrero de 1992).
No es de extrañar que el Presidente Nelson nos haya pedido que “estudiemos la vida de Jesús como nuestro ejemplo”. Continúa:
“Él vino al mundo para mostrarnos una mejor manera… Ahora, sabemos que la perfección no llegará a nosotros, en esta vida, pero cada día podemos esforzarnos por seguir el ejemplo de Jesús: la manera en que amamos, la manera en que nos enfocamos en las ordenanzas, el bautismo, la Santa Cena, las investiduras, los sellamientos, el matrimonio en el templo. Él se enfocó en las ordenanzas. Él nos enseñó por medio de Su ejemplo la importancia del bautismo y la participación de la Santa Cena” (Dedicación del Templo de Louisville, Ketucky, 19 de marzo del 2000.
Este artículo fue escrito originalmente por Danielle B. Wagner y publicado en ldsliving.com con el título “The Symbolism Behind Where Jesus Was Baptized (+ Insights from President Nelson).”