Nota del editor: La imagen de portada de este artículo es una pintura llamada “Heavenly Mother” de la artista Moana Larsen.
En nuestro deseo por conocer más sobre Jesucristo y Su Padre, puede surgir el deseo de querer conocer también a Su Madre Celestial, quien es también Madre nuestra.
Hablar de Ella es algo especial, y aunque no sepamos mucho, sabemos que desempeña un rol especial en el Plan de Salvación.
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Hambre de conocimiento por la Madre Celestial
“Worlds Without Number” por Rose Datoc Dall
Una de las luchas más grandes de mi vida ha sido mi batalla contra la alteración total de mi percepción del Padre Celestial a causa de los actos de las personas. He sido abusada y denigrada física y emocionalmente.
Los diversos traumas, tan claramente resumidos en esa breve oración, abarcaron décadas y han hecho que confiar y abrazar a una deidad masculina sea un desafío aparentemente insuperable para mí.
Si bien reconozco que, en última instancia, esto es una debilidad humana propia y no refleja la verdadera naturaleza de un Padre compasivo y perfecto, tengo compasión por la niña que una vez fui, que recibió una bendición del sacerdocio de las mismas manos que también la golpearon y se preguntó porqué su madre no podía salvarla.
He trabajado incansablemente toda mi vida para cambiar mi comprensión sobre el Padre Celestial. He probado de Su amor y aunque todavía me siento rota de una manera que no siempre me permite sentir Su presencia como deseo, sé que Su amor es real y fortalecedor.
Por otro lado, también sé lo que es identificarse con la seguridad de una Madre Celestial cuando el mundo te presenta un Padre que parece ser malo.
Hay muchas razones por las que una mujer puede anhelar una conexión con su Madre Celestial. Sé que en mi caso, este deseo provino de dos extremos opuestos: Cuando he reconocido mi importancia como mujer y cuando he llegado a sentir el poder que tengo.
El deseo de saber más acerca de la Madre Celestial no es intrínsecamente malo ni algo de lo que debamos avergonzarnos. Pienso que estaríamos más alineados con nuestro Salvador si demostramos cuán poderoso puede ser el amor del Padre en nuestra espera por la verdad que un día se revelará.
Esto no podrá suceder si degradamos, criticamos o acosamos a quienes intentan entender cómo encaja la doctrina de una Madre Celestial con las enseñanzas del Salvador de que “esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3).
Una búsqueda Santa y los “medios que [Dios] ha establecido”
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Sostengo al élder Dale G. Renlund como profeta, vidente y revelador. Él compartió que en nuestra búsqueda por saber más sobre la Madre Celestial debemos ser cuidadosos. Durante su discurso de la Conferencia General, expresó:
“Puede que todavía tengan algunas preguntas y deseen hallar más respuestas. Buscar mayor entendimiento es una parte importante de nuestro crecimiento espiritual, sin embargo, deben ser prudentes.
La razón no puede reemplazar la revelación. La especulación no nos llevará a un mayor conocimiento espiritual, mas puede llevarnos a la decepción y alejar nuestro enfoque de lo que ha sido revelado”.
No podemos dejar que nuestra búsqueda por saber más de Ella nuble nuestro enfoque de lo que sí sabemos y debemos hacer. La búsqueda de la Madre Celestial puede ser una búsqueda santa, pero también es una que se produce con el tiempo.
El élder Renlund enseñó que debemos “esperar que Él revele Sus verdades por los medios que Él ha establecido y en Su tiempo”.
Como sabemos por las enseñanzas modernas de los profetas, esperar en el Señor es todo menos que un acto pasivo. En mi experiencia, si se nos pide que esperemos, también se nos pide que trabajemos.
Como enseñó la hermana Rebecca L. Craven unos minutos antes de que hablara el élder Renlund:
“Si desean saber algo, tienen que hacer algo”.
Después de estudiar las palabras del élder Renlund y de buscar inspiración mediante la oración, me gustaría sugerir algunas formas en las que podrían buscar una mayor comprensión acerca de la Madre Celestial.
Honrando la verdad
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Ha habido momentos en mi vida en los que me he sentido frustrada porque creía que el Señor debería darnos más revelación como Iglesia.
Cuando he tenido estos sentimientos, el Señor ha sido paciente y amoroso conmigo. Él también me ha invitado a convertirme en una participante más activa en Su obra.
En cada ocasión, siempre ha habido algo en lo que puedo mejorar, algo que puedo hacer con más gozo y fervor para edificar Su reino. Esto se refleja en las palabras del élder Neal A. Maxwell_
“Por lo tanto, así como habrá muchos más miembros de la Iglesia, familias, barrios, estacas y templos, más adelante, también habrá más Escrituras enriquecedoras e inspiradoras. Sin embargo, ¡primero debemos deleitarnos dignamente con lo que ya tenemos!”
Aprehender a amar y comprender lo que ya tenemos nos ayudará a estar listos para la revelación que un día vendrá cuando el Señor juzgue prudente.
Podemos vivir de acuerdo con los principios y mandamientos que se nos han dado. Los cielos no permanecerán cerrados si es que vivimos a la altura de nuestros privilegios y participamos de la obra de Dios con ahínco y compromiso.
La revelación personal
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No podemos exigir revelación para la Iglesia, como nos enseñó el élder Renlund. Eso sería arrogante. Sin embargo, podemos buscar revelación personal para expandir nuestro propio entendimiento.
La hermana Sharon Eubank dijo una vez:
“Tengo Padres Divinos y eso significa que pertenezco a la familia de Dios y tengo derechos, privilegios y bendiciones asociadas por ser Su hija.
Uno de esos derechos y bendiciones es que nada me puede separar de mi comunicación con Ellos. No hay intermediarios. Tengo el derecho, como hija Suya, de comunicarme con Ellos mediante la oración y la revelación y el Espíritu Santo. No ponen a nadie de por medio.
Esto significa que me pueden instruir… puedo pedir y Ellos me prometen que recibiré. Soy una hija y tengo hambre de conocimiento, sabiduría, información y progreso. Por eso estoy aquí en la tierra, porque tengo hambre de ese tipo de cosas”.- “This Is a Woman’s Church”
Es importante señalar que la hermana Eubank, al igual que el élder Rasband, no nos invita a orar directamente a nuestra Madre Celestial.
Ella solo nos dice que los cielos están abiertos para nosotros y que nuestros Padres Celestiales y nuestro Salvador están obrando para nuestro bien. Podemos recibir revelación personal para nuestras vidas y una conexión más profunda con Ellos.
Dirige tus preguntas al Padre Celestial en oración. Busca conocer Su naturaleza y especialmente la naturaleza de Cristo. A través de ellos, también entenderemos mejor a nuestra Madre.
También podemos orar en privado al Señor por más comprensión como Iglesia y mayor capacidad como pueblo para recibir más de Su palabra.
Encontrando en nosotros a la Madre Celestial
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En los momentos que más me he preguntado dónde estaba Cristo, lo he encontrado en mí. He descubierto que puedo volverme más como Él y eso me ha hecho sentirme más cerca de Su presencia.
En última instancia, creo que la mejor manera de descubrir a la Madre Celestial es ser más como Su Hijo.
Es mi humilde esperanza que podamos continuar estableciendo Sión juntos y prepararnos humildemente para el día en que todo se revele en majestad y gloria.
Aun en nuestro conocimiento limitado seguimos siendo hijos e hijas de Padres Celestiales.
Estoy segura que un día conoceremos a la Madre Celestial. Hasta ese momento, podemos seguir desarrollando nuestra relación con Cristo y ser parte de esta gran obra.
Fuente: LdsDaily
