De todas las emociones causadas por la pandemia de coronavirus, la soledad puede ser la que más se ha generalizado.
También es una de las más peligrosas.
¿Qué es la soledad?
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La soledad tiene la distinción de ser un sentimiento previo al COVID-19 y que de seguro sobrevivirá una vez que el virus se haya mitigado.
Es una verdadera crisis de salud, cuyos síntomas en su mayoría no se encuentran a simple vista y cuya cura no será creada en un laboratorio.
Aquí entramos nosotros.
Nuestro desafío es identificar y reducir el sentimiento de soledad al establecer y practicar hábitos que nos permitan combatirla en medio de las circunstancias que vivimos actualmente.
¿Benigno o maligno?
Los impactos mentales y físicos de la soledad son muy grandes. Entre los hallazgos de la investigación realizada por la Universidad Brigham Young se encuentra que la soledad crónica puede ser tan peligrosa como el hábito de fumar un paquete de cigarrillos al día.
Puede acortar la vida de alguien a un periodo de cinco años. La investigación también encontró que la calidad de las relaciones sociales tiene el mismo efecto en los factores de riesgo de mortalidad como el tabaco, el alcohol y la obesidad.
En otras palabras.
La soledad es igual de mortal que cualquier otra droga o problema de salud físico.
Un enemigo silencioso
En la actualidad el mundo recibe una buena dosis de lo que es una desconexión social. No conocemos a nadie que no haya tenido sus relaciones interpersonales o rutinas sociales interrumpidas.
Hoy en día, muchos alrededor del mundo saben del enorme vacío que se siente cuando un ser querido muere a causa de un virus mortal.
Incluso antes de que comenzara la pandemia, 3 de cada 5 estadounidenses, según encuestas realizadas por Cigna, informaron sentirse solos.
Las relaciones en los centros de trabajo, uno de los puntos donde hay mayor interacción para las personas, se han visto reducidas debido al trabajo remoto para mitigar la curva de contagio.
Tener un “mejor amigo” en el trabajo, una comunicación frecuente y una cultura organizacional saludable contribuyen a la reducción de la soledad en las personas, aumentan los sentimientos de satisfacción y aumenta la productividad.
Es algo que Zoom, con todas sus ventajas, no puede reemplazar.
¿Cómo podemos combatir la soledad?
Al igual que el hambre, los sentimientos de soledad son solo la forma en que la mente nos comunica que necesita sustento.
“Es este sentimiento inquietante y molesto el que está destinado a motivarte a volver a conectarte [socialmente]”, dijo Julianne Holt-Lunstad de BYU.
En el estudio se sugiere planificar cómo nos relacionaremos con las personas en este tiempo de aislamiento. Una de las sugerencias es hacer una lista de las personas con las que podemos contactarnos por cualquier motivo, alguien con quien podamos hablar cuando nos sintamos solos.
“Espera en Jehová; esfuérzate, y él alentará tu corazón. Sí, espera en Jehová”. -Salmos 27:14
El servicio también puede ser una herramienta invaluable para salir de nuestros propios problemas mientras ayudamos a los demás.
El presidente Thomas S. Monson compartió:
“De vez en cuando, el desaliento puede oscurecer nuestro sendero y la frustración ser una compañera constante… Con fe en el Señor, debemos… asegurarnos de que nuestros pies permanezcan firmes en el sendero del servicio y nuestro corazón y nuestra alma sigan dedicados a seguir el ejemplo del Señor”.
Esta semana, invitamos a todos a hacer tres cosas sencillas para combatir la soledad:
1. Haz una llamada telefónica a alguien que no sea un miembro inmediato de tu familia.
Si bien el modo de comunicación preferido de la pandemia es la videollamada, una llamada telefónica brinda a los participantes su propio espacio sin sentirse obligados a ver una versión tergiversada de sí mismos.
2. Escribe a mano una carta o una nota de agradecimiento para alguien que te haya ayudado.
Puede ser una persona que haya hecho algo por ti o por alguien más, como la persona que recoge la basura, la persona a la que le compras el pan o incluso un maestro del colegio o de la universidad.
3. Participa de pequeñas interacciones.
Cuando tengas que salir, y te encuentres con alguien, mira a esa persona a los ojos y salúdala con la mano, aquí es donde la expresión sonríe con los ojos puede ponerse en práctica.
Estas pequeñas interacciones harán que salgamos de las acciones repetitivas del día a día y nos conecten con los demás, aun con el distanciamiento social.
Piénsalo.
La soledad se puede vencer siempre que las personas estén dispuestas a conectarse con los demás incluso por medios pequeños y sencillos.
Y una pandemia es el momento perfecto para desarrollar esos hábitos.
Fuente: deseret.com