Este es un artículo escrito por el Dr. Brian Willoughby, especialista en matrimonio y familia.
Con frecuencia, la intimidad sexual es un tema tabú incluso entre las parejas casadas.
Las investigaciones demuestran que la mayoría de las parejas eventualmente tendrán algún conflicto con respecto a la intimidad sexual.
Esta insatisfacción puede causar problemas de comunicación, falta de conexión emocional e inestabilidad general en la relación.
Entonces, ¿cómo contrarrestar esa negatividad? ¿Cuál es la cantidad correcta de intimidad sexual que se debe tener en un matrimonio?
Aquí, hay algunos pensamientos generales para ayudar a que este problema no socave las otras partes de tu matrimonio.
¿Cuánta intimidad sexual debe tener una pareja?
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La respuesta correcta a esta pregunta es que no existe una “cantidad correcta”.
Cada pareja es diferente y, lo que es más importante, cada persona se enfrenta a circunstancias de vida que cambian debido a enfermedades, carreras e hijos – entre muchas otras cosas – que interactuarán con el deseo sexual y la disponibilidad.
Puede haber momentos en la vida de un matrimonio en los que tener relaciones sexuales todos los días sería perfectamente posible, mientras que en otros momentos sería una imposibilidad logística.
Las investigaciones muestran que una pareja “promedio” generalmente tiene relaciones sexuales entre 2 y 3 veces por semana.
Sin embargo, si te preocupa estar por debajo de este promedio, te animo a que pienses en tu intimidad sexual en el transcurso de varias semanas o incluso meses.
Una vez más, cada pareja tendrá buenas y malas semanas con respecto a la intimidad sexual. No existe un número mágico que un matrimonio deba alcanzar para ser “saludable”.
¿Cómo evitas los conflictos negativos sobre la intimidad sexual?
Para el integrante del matrimonio que desea más intimidad sexual:
Primero, debemos comprender que la intimidad sexual es una calle de dos vías.
Las relaciones sexuales involucran a dos personas.
A partir de las investigaciones sabemos que las relaciones íntimas son más satisfactorias y placenteras si ambos miembros de la pareja desean esa intimidad.
Si tú eres el integrante del matrimonio que desea tener relaciones sexuales con más frecuencia, debes considerar que tener relaciones sexuales todos los días puede no ser la experiencia agradable que esperas si el deseo de tu pareja no coincide con el tuyo.
Acepta retrasar la intimidad sexual si tu pareja no está de humor y evita tomar esto como un rechazo personal.
Para el integrante del matrimonio que desea menos intimidad sexual:
Comprende que es probable que tu pareja busque una conexión, no una gratificación física.
Con frecuencia, la persona que tiene un menor deseo de intimidad sexual, puede pensar que su pareja se centra demasiado en el elemento físico de su relación.
Puedes sentir que esto es todo lo que le importa a tu pareja.
Es importante que la persona que desea menos intimidad sexual se dé cuenta de que los intentos de tener relaciones sexuales son una de las mejores señales de una relación sana y que, con frecuencia, provienen de un deseo de conexión tanto física como emocional.
En nuestro mundo moderno, hay muchos lugares a los que las personas pueden acudir, en línea o de otro modo, si solo buscan satisfacción personal.
Es probable que los intentos de tu cónyuge de tener intimidad sexual provengan del amor y del deseo de tener intimidad sexual contigo.
Aborda esos intentos como se mencionó anteriormente y ten cuidado con la forma en que reaccionas. Ya que, tu reacción podría ser demasiado negativa o tu cónyuge podría sentirse rechazado.
Para ambos integrantes del matrimonio:
Habla del tabú.
Incluso entre las parejas casadas que han tenido intimidad sexual durante muchos años, el sexo puede ser un tema tabú.
Con el fin de entablar una comunicación sana, es vital que estas parejas saquen a la luz los problemas relacionados con la intimidad sexual.
Si uno de los miembros de la pareja desea tener intimidad sexual y el otro no, se debe ser honesto en la comunicación y pedir al cónyuge que explique claramente por qué no está de humor.
Si bien puede que no suene romántico, programar la intimidad sexual puede ser algo muy práctico y útil para muchos matrimonios, especialmente para aquellos que tienen hijos pequeños.
Prográmense y, luego, pasen el día coqueteando y bromeando entre sí.
Conviertan ese momento en algo que ambos esperan.
Otra opción puede ser turnarse para estar “a cargo” de planificar e iniciar la intimidad. Primordialmente, hablen sobre la intimidad sexual.
Fuente: familytoday.com