Todo está en nuestros labios: el mundo está cada vez más polarizado. Las personas pelean en las redes sociales. Las divisiones familiares se amplían. Las personas hablan ásperamente de política. Las discusiones, la ansiedad y la hostilidad están en aumento.
Parece que los conflictos se están infiltrando en nuestros hogares, escuelas, lugar de trabajo, incluso la iglesia. Con más frecuencia las reuniones familiares comienzan con la súplica de evitar temas delicados.
Satanás quiere que creamos que los conflictos solo son el resultado inevitable de las opiniones diferentes. Satanás no quiere que sepamos cuán destructiva puede ser la contención.
Sin embargo, nuestros líderes han sido muy claros. En primer lugar, Cristo dijo:
“Porque en verdad, en verdad os digo que aquel que tiene el espíritu de contención no es mío, sino es del diablo, que es el padre de la contención, y él irrita los corazones de los hombres, para que contiendan con ira unos con otros. He aquí, esta no es mi doctrina, agitar con ira el corazón de los hombres, el uno contra el otro; antes bien mi doctrina es esta, que se acaben tales cosas” (3 Nefi 11: 29 – 30).
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El Señor dice directamente que Satanás agita con ira el corazón de las personas con respecto a la doctrina (DyC 10: 63) y se nos dice que “la soberbia producirá contienda” (Proverbios 13: 10).
El Presidente Thomas S. Monson dijo:
“El hogar debe ser un refugio lleno de amor. Donde hay amor no hay discusiones. Donde hay amor no hay contención. Donde hay amor también está Dios”.
El Presidente Russell M. Nelson dijo:
“Eviten la contención; busquen la santidad. Reciban la luz de la verdad eterna. Sientan lo mismo que el Señor en amor y únanse a Él con fe”.
¿Hay algún ejemplo en las Escrituras de lo que sucede cuando contendemos? ¡Sí! En 4 Nefi 1: 15 leemos acerca de las grandes bendiciones, el progreso espiritual y la prosperidad: “no había contenciones en la tierra, a causa del amor de Dios que moraba en el corazón del pueblo”.
¿Cómo podemos lograr esto? Puede que no sepa cómo lograr que toda una sociedad viva en paz. Sin embargo, sí tengo una técnica que puede ayudar en casa o en otros entornos sociales. Esto puede mitigar la tensión a nivel personal en esos momentos de conflicto:
Gana tiempo. Hablo en serio. Cuando alguien diga algo que desencadene alguna respuesta de enojo, comienza diciendo, “Me alegra mucho que hayas preguntado eso”. Suena optimista, ¿verdad? Satanás ahora está murmurando, “Esto es demasiado simple. No puede funcionar”. Sin embargo, si lo hace. Te mostraré cómo.
Si alguien dice, o pregunta, algo que te ofende, no respondas de inmediato. Di algo como lo que se mencionó anteriormente, o alguna variación: “Esa es una pregunta interesante. Creo que tengo la respuesta correcta para eso” o, solo puedes decir, “Necesito un momento para ordenar mis pensamientos”.
Ganar solo un par de segundos puede marcar una gran diferencia. Mientras tu boca articule algunas palabras, tu cerebro se apresurará en formular una respuesta considerada, respetuosa, inteligente y amable. Aun puedes mantener tu posición sin ofender ni causar desacuerdos. Después de hablar, puedes tomar aire y te garantizo que las siguientes palabras que salgan de tu boca serán menos inflamables que responder por impulso.
¿Alguna vez has notado lo rápido que piensa tu cerebro cuando dices “bien…” o “este…”? Y, ¡solo es una palabra! Lo hacemos todo el tiempo para ayudarnos a ser más diplomáticos o pensar por un segundo. Ahora, con la frase que ya practicaste, puedes evitar pelear y empeorar las cosas.
¿Qué sucede si tu hijo adolescente te acusa de ser una persona horrible y totalmente injusta? Intenta decir: “Espera un segundo. Así que piensas que las reglas son injustas en esta situación. Estás enojado. Háblame al respecto”.
Esto no significa que estés de acuerdo con la opinión de tu hijo, solo que lo estás escuchando. Reformular el comentario ofensivo te da tiempo para pensar. Por otro lado, en el caso de alguien que dice algo hiriente, le da la oportunidad de darse cuenta de cómo se está comportando y, por lo general, la persona cambiará su actitud.
¿Qué sucede si alguien tiene una opinión política distinta a la tuya? Puedes decir: “Esa es una perspectiva interesante. Cuéntame por qué te sientes de esa manera”.
En realidad, este truco es fácil de dominar, pero debes dejar el orgullo de lado. Si quieres desquitarte, si tienes razón o si quieres demostrar que alguien está equivocado, querrás intervenir y discutir. ¡No hagas eso! ¡Respira! ¡Espera un momento! Reemplaza el orgullo por el amor y el deseo genuino de paz. A las personas les encanta que las escuchen y se preocupen por ellas. Ganar tiempo es una manera poderosa de disminuir la contención.
Esta es una traducción del artículo que fue escrito originalmente por Joni Hilton y fue publicado en latterdaysaintmag.com con el título “One Trick to Help Minimize Contention”.
