Me bauticé a la edad de 19 años y he seguido progresando desde entonces, sin embargo, en los dos años siguientes, después de mi bautismo, tomé la decisión en oración de terminar mis estudios universitarios (ingeniería) en lugar de salir a la misión.
Esta decisión me ha dejado pensando en cómo afectará mis oportunidades de casarme con alguien dentro de la Iglesia, incluso si sigo sirviendo diligentemente (actualmente sirviendo como consejero en la presidencia del Cuoróm de Élderes.
Respuesta
Entiendo la dificultad que representan dos años de servicio misional voluntario para un joven adulto soltero que nunca planeó tal cosa antes de conocer la Iglesia.
Admiro la decisión que tomaste de bautizarte en la Iglesia de Jesucristo y lamento la incertidumbre que sientes ahora por la decisión que deseas tomar.
No veo una pregunta clara en lo que escribiste, por lo que formularé ciertas preguntas en base a lo que compartiste:
- ¿Las jóvenes de la Iglesia querrán salir conmigo a pesar de que no serví en una misión?
- ¿Qué puedo hacer para aumentar mis posibilidades?
Esta pregunta tiene una respuesta directa y sencilla: cada jovencita Santo de los Últimos Días es única y tiene preferencias diferentes.
Algunas jóvenes no querrán salir con un joven que se negó a salir a la misión; a otras no les importará mucho ese tema.
Algunas jóvenes no tienen problemas en salir con hombres que no han servido en una misión, sin embargo, cuando se enteran que fue por decisión propia, pierden el interés.
Generalmente, una persona fiel busca a alguien igualmente fiel, pero la forma en que eso se muestra en una persona determinada y en una situación determinada puede variar.
Me gustaría que pensarás en esto: ¿Por qué le importaría a una joven si un muchacho ha servido o no en una misión?
La respuesta puede ser porque servir en una misión de tiempo completo es una forma de medir el sentido de compromiso de un hombre con sus deberes del sacerdocio.
Un joven que sirve en una misión (o desea servir en una misión, pero es eximido por motivos de salud u otros) demuestra que valora los convenios de su sacerdocio y está decidido a cumplir con esas responsabilidades.
Por supuesto, servir en una misión no garantiza la fidelidad al evangelio de una persona, así como negarse a servir en una misión no es una sentencia de muerte espiritual.
Somos el resultado de nuestras elecciones, y las jovencitas sabias se dan cuenta de que un misionero retornado que ha mostrado su decisión de cumplir con sus deberes del sacerdocio, incluso cuando la situación es difícil, tiene más probabilidades de continuar cumpliendo con esas responsabilidades cuando las exigencias del matrimonio y la paternidad vengan a sus vidas.
La segunda pregunta: “¿Qué puedo hacer para aumentar mis posibilidades?” Está respuesta es un poco más compleja.
Puedes mentir u ocultar la verdad, puedes inventar excusas, puedes ofenderte cuando se te pregunte y hacerte la víctima; sin embargo, la mayoría de las mujeres no responden muy bien ante esas cosas.
Podrías simplemente optar por decir la verdad, no fuiste a la misión porque no quisiste. Esta es una respuesta directa, es real y sincera.
La respuesta más obvia a la pregunta anterior es: si no quieres pasar por las consecuencias de una determinada decisión, entonces no tomes dicha decisión.
Correcto o incorrecto, el servicio misional es un indicador común entre las jóvenes Santos de los Últimos Días fieles para medir el compromiso de los jóvenes con quienes salen con el Evangelio. Esa es la realidad.
Cualquier decisión que tomes tendrá consecuencias. Acepta esa realidad y ajusta tus acciones, habla y pensamiento en consecuencia a esto.
Si todavía estás abierto a la posibilidad de servir en una misión, te insto a que le lleves esto al Señor en ayuno y oración. Pregúntale qué es lo que quiere que hagas con tu vida.
También te insto a que converses con tu obispo y que permitas que él te aconseje. Si la edad te lo permite, puedes explorar la decisión de salir a la misión después de terminar la universidad.
Si ya has tomado una decisión y sientes que el Señor ha confirmado dicha decisión, entonces sigue tu camino. Como dijo nuestro difunto y amado profeta, Thomas S. Monson: “Cumple tu deber, eso es lo mejor. Lo demás, déjalo al Señor”.
Fuente: askgramps.org