Aquí hay cinco preguntas específicas e interesantes que puedes hacerle a un misionero retornado.
Observé el rostro de un joven misionero mientras caminaba por el pasillo del avión en busca de su asiento. Su traje desgastado y su placa negra ligeramente descolorida lo delataron. Regresaba a casa.
Dentro de unas horas, saldrá del avión y se lanzará a los brazos de los miembros de su familia llenos de emoción. Le dará un informe a su Presidente de Estaca y se le quitada su placa distintiva. Discursará en la reunión sacramental.
Todos le darán una palmada en la espalda y le preguntarán: “¿Cómo te fue en la misión?” (Como si uno pudiera describir la experiencia de la misma manera en que uno describire el almuerzo de ayer).
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Los increíbles hombres y mujeres jóvenes que han servido como misioneros de tiempo completo han sacrificado su tiempo, pospuesto sus estudios, retrasado sus carreras y han reservado metas personales para salir a servir.
Han pasado días calurosos, noches frías y enfrentado gente grosera sólo para compartir su testimonio. Luego, cuando regresan a casa, la pregunta más frecuente que solemos hacer es: “¿Cómo te fue en la misión?”
Quizás es hora de que aprendamos a involucrarnos más con estos increíbles guerreros de los Últimos Días, en lugar de conformarnos con las preguntas de siempre. Aquí hay cinco preguntas específicas e interesantes que puedes hacerle a un misionero retornado.
1. ¿Tuviste alguna experiencia donde aprendiste algo especial o fuiste testigo de algún milagro?
Nuestros misioneros son testigos de milagros con regularidad. Esos milagros van desde la sanación hasta el don de lenguas, pero los misioneros no hablan mucho sobre ellos por respeto a las cosas sagradas, y quizás porque nadie pregunta por ellas.
Una vez le hice esta pregunta a una misionera retornada, y ella me contó la historia de un milagro relacionado con el don de lenguas. Mis hijos le prestaron mucha atención a su testimonio. El Espíritu nos testificó mientras hablaba, y todos fuimos edificados.
Elige el momento y lugar que se adecúe con la naturaleza de tu pregunta, pregúntale a los misioneros retornados sobre los milagros o las experiencias de aprendizaje que presenciaron. Prepárate para escuchar respuestas extraordinarias.
2. ¿Cuáles fueron tus mejores compañeros? ¿Por qué?
Los misioneros retornados han estado con otro ser humano las 24 horas del día durante toda su misión. Las lecciones aprendidas por esta constante proximidad les ha dado una gran visión y ayuda en cuanto al matrimonio y las relaciones familiares, por lo que por un tiempo se sentirán perdidos sin un compañero al lado.
Cuando hagas esta pregunta, prepárate para tener los ojos húmedos o morir de la risa. Escucharás historias de bondad, amistad y desafíos. Ofrécele a los misioneros retornados la oportunidad de reflexionar sobre esas relaciones positivas y aprender sobre la importancia de la unidad.
3. ¿Qué investigador te impactó más?
Todos los misioneros retornados tienen a alguien que posee un lugar especial en sus corazones. Tal vez sea alguien a quien encontraron y enseñaron. Quizás sea alguien a quien bautizaron.
Incluso podría ser ese investigador especial que nunca aceptó su mensaje, pero por quien desarrollaron un amor semejante al de Cristo. Los misioneros aprenden a expresar un amor genuino por personas que apenas conocen. Ese amor permanecerá con ellos mucho después de la misión.
Cuando preguntes por esas personas especiales, prepárate para escuchar expresiones de amor y preocupación genuina.
4. ¿Cuál fue el día más difícil de tu misión?
Las misiones requieren un trabajo arduo, y algunos días son más difíciles que otros. Ofrécele a los misioneros retornados la oportunidad de hablar sobre algunos de los desafíos y dificultades que enfrentaron.
Al escuchar cómo superaron aquellos obstáculos difíciles y cómo lidiaron con los días difíciles, comenzarás a verlos desde una nueva perspectiva. Comenzarás a ver cuán capaces se han vuelto.
Sin duda ellos también tendrán días difíciles en el camino, por eso, cuando les preguntes sobre aquellas batallas ganadas como misioneros, les recordarás sus capacidades y los ayudarás a enfrentar sus desafíos futuros.
5. Si pudieras volver y almorzar con una persona que conociste cuando eras misionero, ¿quién sería?
Si se les da la oportunidad, muchos misioneros retornados volverían a su área de misión, no porque no quieran estar en casa, sino porque desarrollaron vínculos muy fuertes con las personas a quienes sirvieron. A menudo dejan muchos cabos sueltos y muchos asuntos pendientes.
Dales la oportunidad de hablar sobre las personas especiales que conocieron y lo que harían por ellos si pudieran regresar. Deja que te digan cómo se llevaría a cabo esa conversación y por qué eligieron a esa persona en particular. Tendrás una perspectiva sobre la profundidad de su compromiso con las personas a las que sirvieron.
Tomarse un tiempo para preguntarle a los misioneros retornados preguntas abiertas e inspiradoras les ayudará a abrirse sobre la experiencia que les cambió la vida. Te sorprenderá lo conmovidos y edificados que estarán ambos al final de la conversación.
Este artículo fue escrito originalmente por Brock Booher y fue publicado originalmente por ldsliving.com bajo el título “5 Questions RMs Will Be Surprised (and Delighted) You Asked”