“La verdad SOLO se puede encontrar en la Iglesia mormona.” – Algo que nunca nadie lo ha dicho.
Sí, creemos que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días nos brinda acceso a la plenitud del evangelio de Cristo y las infinitas verdades que vienen con el mismo. Pero, nosotros, los mormones, no tenemos un monopolio sobre la verdad.
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Si los mormones consideran que los miembros de las otras religiones ignoran completamente todas las verdades, sinceramente, están equivocados. Si aquellos que no son mormones asumen que nosotros, la Iglesia mormona, proclama ser la única abastecedora de la verdad en el mundo, también están equivocados.
La Gran Apostasía y el patrón de verdad
El patrón de verdad y apostasía debe ser familiar para la mayoría de cristianos, incluidos los mormones, ya que la Biblia está repleta de eso. Dios llama a un profeta – Adán, Enoc, Noé, Abraham, Moisés, etc. – para guiar e instruir a las masas. Con el transcurso del tiempo, las personas, por lo general, rechazan/ matan/ ignoran a ese profeta y caen en un estado de iniquidad.
La autoridad otorgada por Dios a ese profeta para predicar el evangelio y establecer la Iglesia de Cristo, la conocemos como sacerdocio, si es rechazada por las masas entonces se retira a este profeta. Sin ese emisario profético, con el tiempo, muchas (pero, no todas) las doctrinas del evangelio se malinterpretaran, tergiversaran y perderán.
Cuando las personas son receptivas, están preparadas nuevamente para las verdades restauradas, Dios llama y envía a otro profeta que otra vez comienza a predicar las doctrinas fundamentales y restauradoras que se perdieron. Por ejemplo, el arrepentimiento.
Dentro del lenguaje de los mormones, “La Gran Apostasía” se refiere a la fractura de la verdad que ocurrió después de la muerte de Jesucristo, que además de ser nuestro Salvador e Hijo de Dios, fue un profeta.
Partes de la verdad
Imagina las enseñanzas y doctrina de Cristo como si fueran un espejo. Cuando Cristo y sus apóstoles fueron asesinados por aquellos que rechazaron sus enseñanzas, ese espejo se cayó de la pared y se rompió en miles de pedazos, y nos referimos a eso como apostasía.
Todo esfuerzo que los creyentes fieles realizaron por salvar tantas piezas de verdad como pudieron, realmente se considera como un esfuerzo noble. Sin embargo, se perdió nuevamente la autoridad del sacerdocio y la guía profética. Las personas bien intencionadas hicieron su mejor esfuerzo con las verdades remanentes. Un grupo de creyente con ideas afines tomó sus fragmentos de verdad y estableció una iglesia. Miles de otros grupos hicieron lo mismo con la verdad a la que tenían acceso. Surgieron muchas iglesias y sistemas de creencia, que prepararon el escenario para nuestros días.
Siguiendo el patrón de los profetas previamente mencionados, los mormones creyeron que a principios de la década de 1800, un joven llamado José Smith fue asignado a ser el siguiente profeta restaurador después de la gran apostasía que siguió a la muerte de Cristo. Por medio de José, Cristo restauró la autoridad del sacerdocio y la plenitud de Su evangelio, el espejo completo.
Cada pedazo es importante
Seguramente, suene presuntuoso de nuestra parte afirmar que tenemos todo el “espejo de la verdad,” pero el objetivo de este artículo es recordarles a los mormones y no mormones que si bien creemos que tenemos acceso a todo el espejo, eso no debe, de ninguna manera, negar la importancia de la verdad a la que todos los demás tienen acceso.
La verdad del evangelio es la verdad del evangelio independientemente de donde venga.
Por ejemplo, el sello distintivo del cristianismo es la creencia firme en Jesucristo y Su función como Redentor. ESE ES UN GRAN PEDAZO DEL ESPEJO. Combina eso con la creencia de que Dios es nuestro Padre Celestial, amar a nuestro prójimo, la Biblia, los dones del Espíritu Santo. Esa es una tonelada de verdad. Además, el cristianismo tampoco tiene el monopolio de la verdad. Diría que cada religión en el mundo tiene pedazos de verdad.
En el 2006, el Presidente James E. Faust afirmó: “Los grandes líderes religiosos del mundo como Mahoma, Confucio y los Reformadores, al igual que los filósofos como Sócrates, Platón y otros, recibieron una porción de la luz de Dios.”
¿De qué se trata toda la obra misional?
Apreciemos la verdad desde cualquier dirección en que venga. Y, a medida que nosotros, los mormones, compartamos nuestras creencias con los demás, recordemos ese espejo. La mayoría de las personas ya están aferradas a verdades preciosas. Nuestro trabajo es mostrarles cómo esos pedazos se ajustan al resto del espejo, cómo sus piezas del rompecabezas encajan con las nuestras. Incluso, si cierta creencia es completamente incorrecta, apuesto a que todavía se basa en un verdadero principio. Tal vez, ese fragmento sólo necesita un poco de limpiador de espejos.
No estamos aquí para destrozar su espejo. Estamos aquí para reconocer sus verdades, pulir los bordes y reorientarlos un poco si es necesario. Como invitó el Presidente Gordon B. Hinckley, “Lleven consigo todo lo bueno y verdadero que hayan recibido de cualquier fuente y vengan y déjennos ver si podemos añadirlo.”
Artículo originalmente escrito por David Snell y publicado en mormonhu.com com el título “Mormons Do Not Have a Monopoly on Truth.”
