Hace poco perdí a mi bebé, tenía tan solo 3 meses de nacido, y esa es una perdida que no le desearía a ningún padre ni madre.
Crecí con las creencias de que los bebés que mueren sin ser bautizados van a limbo o al infierno y eso me entristece mucho.
Hace poco conocí a los misioneros que me hablaron de las familias y que podemos estar juntos por siempre, pero quiero saber más sobre mi bebé, ¿qué pasa con los niños que fallecen y no están bautizados?
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Respuesta
Lamentamos mucho su pérdida y podemos sentir su dolor. Por otro lado me alegra que con los misioneros pueda conocer un poco más sobre el tema.
Primero empezaré compartiendo que los Santos de los Últimos Días tienen una creencia más amplia de lo que le suceden a las personas cuando fallecen.
No creemos en el limbo, eso es parte de la teología católica y representa la condición de aquellos que fallecen con el pecado original, ya sea que se trate de un niño o un adulto.
Para los miembros de la Iglesia de Jesucristo, que Adán y Eva comieran del fruto no es algo que condene a la humanidad. Esta fue solo una separación necesaria de la presencia de Dios, que luego los llevó a estar sujetos a la muerte física y les permitió cumplir el mandamiento de traer hijos al mundo.
Esta creencia incluso forma parte de los Artículos de Fe, un listado con las creencias básicas de la Iglesia:
“Creemos que los hombres serán castigados por sus propios pecados y no por la transgresión de Adán”. -Artículo de Fe Nº 2
Esto quiere decir que somos responsables de nuestros propios actos, no por los de Adán y Eva, y esto porque el sacrificio de Jesús por nosotros pagó el precio de aquella transgresión en el Jardín de Edén.
Estamos sujetos al Salvador y esto para darnos la certeza de la resurrección y la promesa de que, de acuerdo con nuestra fidelidad, podremos regresar un día a morar para siempre en la presencia de nuestro Padre Celestial.
Toda persona desde los 8 años, la edad de responsabilidad, posee cierto conocimiento de lo que es bueno y malo. Como personas imperfectas, lamentablemente pecaremos y es por eso que necesitamos ser bautizados.
El bautismo nos limpia de todo pecado, nos hace puros nuevamente, nos permite volver a empezar. Pero, ¿en dónde deja esto a los niños pequeños?
Bien, en el caso de los niños pequeños, la verdad es una sola: Jesús ama a todos los niños. Estos niños pequeños poseen un estado de inocencia.
El espíritu que habita en su pequeño cuerpo recientemente estuvo en la presencia de Dios, donde vivieron antes de nacer en la tierra.
Debido a su inocencia, la práctica de bautizar a los bebés y a los niños pequeños antes de que lleguen a la edad de responsabilidad es innecesaria.
¿Cómo podríamos bautizar a alguien que no ha podido pecar? Eso sería una burla para Dios (Moroni 8:4–23).
Los bebés y los niños pequeños no necesitan eso. Los Santos de los Últimos Días creen que “al nacer, los niños son inocentes y libres de pecado, y Satanás no tiene poder para tentarlos hasta que comiencen a ser responsables” (DyC 29: 46-47).
Entonces, ¿eso quiere decir que todos los bebés o niños que fallecen antes de cumplir los 8 años irán directamente al reino celestial?
Sí, son salvos porque están libres de pecado y gracias a la expiación de Jesucristo, es decir, Su sacrificio por nosotros.
Queda en nosotros que podamos esforzarnos para poder un día recibir la misma recompensa.
“Dejad a los niños venir a mí y no les impidáis hacerlo, porque de los tales es el reino de los cielos”. –Mateo 19: 14
Fuente: Iglesia de Jesucristo