¿Luchar o huir?
Luchar o huir. Son acciones naturales del ser humano. Cuando suceden cosas malas, levantas el puño o empiezas a correr.
Como periodista, huir rara vez se siente como una opción.
No me malinterpretes, se supone que no debo golpear a la gente. Sin embargo, tampoco debo esconderme cuando aumentan las tensiones.
No obstante, en mayo, en medio de una serie de tiroteos masivos, comencé a sentir que mis días de lucha estaban contados.
Ya no podía seguir leyendo las noticias y mucho menos encontrar formas de escribir sobre los últimos acontecimientos.
Fue durante este período difícil, un tiempo en el que todo lo que quería era esconderme con mi hijo pequeño en un lugar seguro, que recibí un libro de inspiración para cambiar mi vida.
Un momento de luz
Empecé a leerlo para prepararme para entrevistar al autor y pronto me di cuenta de que no podía haber llegado en mejor momento.
En el libro, Simran Jeet Singh describe la lucha contra la discriminación basada en la fe y la raza a lo largo de su vida, dónde encontró esperanza y fortaleza en los momentos en que quería esconderse.
Escribe sobre redescubrir el poder de la conexión humana y superar el impulso de odiar lo que no puedes entender.
Quizás, la mejor parte es que Singh hace todo esto mientras reconoce libremente sus imperfecciones.
Él deja en claro que no es necesario ser un superhéroe para desarrollar las mejores formas de lidiar con el dolor y el estrés.
Cuando me reuní con Singh a fines de mayo, le dije que estaba luchando por sacar de mi mente los últimos tiroteos. Luego, le pregunté qué hacer la próxima vez que las noticias rompieran mi corazón.
Dos acciones que debes tomar cuando las noticias te afecten mucho
Primero, necesitas honrar tus sentimientos
Me di cuenta de que validar mis sentimientos estaba bien. Incluso, vi que no había nada malo en abrazar a mi hijo y llorar después de leer sobre un tiroteo en alguna escuela. Especialmente, cuando la alternativa es fingir que todo está bien.
Pero, entonces, necesito levantarme y hacer un plan.
Tengo que volver a entrar al mundo en lugar de esconderme en el sofá.
“Interactúa con (las noticias) de una manera que exprese lo mejor de tus valores”, dijo Singh.
Para mí, ese compromiso se parece mucho a hacer mi trabajo.
Valoro la honestidad y la consideración. Además, tengo la suerte de trabajar para una empresa que alienta a sus escritores a encontrar formas matizadas de escribir sobre eventos actuales.
Segundo, debes desarrollar compasión
Finalmente, dijo Singh, tengo que desarrollar y expresar intencionalmente compasión por los demás, y por mí mismo.
En medio de tiempos difíciles, el mundo necesita bondad y corazones abiertos, no más ira ni evitación.
“Nunca vamos a llegar a un lugar en el que todos estemos de acuerdo con todos en nuestra política, cosmovisión y en cómo nos comportamos. Lo que podemos hacer es intentar y al menos ver de dónde proviene la gente”, dijo.
Si tú también has tenido problemas para digerir todas las noticias este verano, te animo a que puedas seguir los dos pasos que mencioné. Pero, en especial, el paso más importante que debes dar es la fe.
El paso más importante
“Cuando te abrumen penas y dolor… No te desanimes do el mal está y si no desmayas, Dios te guardará”.
Sé que es difícil pedirte que tengas fe cuando todo el mundo parece estar derrumbándose. Pero, en estos momentos es cuando necesitas confiar más en Dios.
“Porque el Señor ama la justicia y no abandona a quienes le son fieles. El Señor los protegerá para siempre, pero acabará con la descendencia de los malvados”. (Salmo 37: 28)
Como dicen las Escrituras, es necesaria la oposición en todas las cosas para que aprendamos a valorar lo bueno. No sabemos con exactitud por qué suceden tantas desgracias. Pero, pienso que se debe en gran medida, al don del albedrío que Dios nos dio y muchas personas no lo han utilizado de la mejor forma.
No creo que estas lamentables noticias se deban a que Dios desea hacernos sufrir, sino que son los resultados de acciones.
Pienso que lo mejor que podemos hacer para contrarrestar estos tristes hechos es comenzar con pequeños actos de bondad y amor a nuestro prójimo.
No sabemos qué luchas estén atravesando quienes nos rodean y que tan solo una palabra hiriente pueda detonar las peores actitudes en ellos.
Enfrentemos el mal con amor.
Mayormente, las personas que cometen actos atroces, tienen una carencia afectiva y buscan hacer sufrir a los demás como ellos.
Entonces, si deseamos cambiar esto, seamos más empáticos con nuestros semejantes.
En lugar de juzgar, pensemos en por qué esas personas actúan de ese modo y enfoquémonos en las acciones que podemos tomar para convertir el mundo en el lugar donde deseamos vivir.
Fuente: Deseret News