El nuevo volumen de la serie “Santos”, que cuenta la historia de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, muy pronto estará disponible y muchos están emocionados por leerla.
En su tercer tomo, “Santos: Valerosa, noble e independiente”, la serie abarcará los sucesos de 1893 a 1955 y estará disponible el 22 de abril de 2022. Este tomo también destacará un período poco estudiado de la historia de la Iglesia que condujo a la dedicación del Templo de Berna, Suiza, en 1955.
Gracias a la serie “Santos”, hemos podido conocer más sobre la increíble historia de los Santos de los Últimos Días y la Iglesia y es por eso que daremos un vistazo a algunas de las lecciones interesantes que hemos aprendido del segundo tomo.
El derecho a seguir el consejo de los profetas
En octubre de 2021, la Primera Presidencia emitió un mensaje alentando a los Santos de los Últimos Días a usar mascarillas y a vacunarse debido a la pandemia de Covid-19. La declaración fue recibida con una amplia gama de respuestas, desde aceptación hasta decepción y frustración.
En Santos, encontramos una historia similar en los primeros días de la Iglesia en cuanto a un tema diferente.
Durante la década de 1860, Brigham Young fomentó el “movimiento cooperativo” para los Santos de los Últimos Días en un intento por edificar Sión.
El movimiento disuadió a los comerciantes de vender productos orientales para uso personal y alentó a los santos a trabajar en la economía de Sión y volverse autosuficientes haciendo cosas como cultivar sus propios alimentos o confeccionar su propia ropa.
Si bien muchos prestaron atención a su mensaje, otros comerciantes y hombres de negocios se sintieron frustrados y sintieron que Brigham Young “era anticuado y ejercía demasiada influencia en la vida de los santos”.
Dos hombres comenzaron a hablar abiertamente en contra de Brigham Young. La serie “Santos” comparte la respuesta del profeta:
Después que los dos hombres hablaron, Brigham se dirigió al sumo consejo. “Nunca he buscado más que una sola cosa en este reino”, dijo, “y ha sido lograr que hombres y mujeres obedezcan al Señor Jesucristo en todo”….
Él continuaría predicando y practicando el cooperativismo, independientemente de lo que ellos o los comerciantes de afuera hicieran o dijeran. “Dejaré que las personas hagan lo que deseen”, dijo. “Tengo derecho a aconsejarles y ellos tienen derecho a aceptar mi consejo o dejarlo pasar”.
La revelación personal
A medida que se comenzó a enseñar y aclarar el principio del matrimonio plural, Brigham Young compartió con los santos su propia lucha para aceptar la revelación de José Smith al respecto.
Terminó su mensaje alentando algo que el presidente Nelson ha enfatizado en la actualidad y es la importancia de la revelación personal.
Brigham dio su testimonio de la revelación del Señor a José Smith acerca del matrimonio eterno y testificó que Dios aún revelaba Sus palabras a la Iglesia.
“Si fuese necesario escribirlas, estaríamos escribiendo todo el tiempo”, dijo él. “Pero preferiríamos que el pueblo viviera de tal forma que recibieran revelaciones para ellos mismos y luego hicieran la obra que hemos sido llamados a hacer. Eso es suficiente para nosotros”.
No asumir cuál es designio de Dios
Aunque la serie entra en más detalles sobre los sucesos, oraciones y decisiones que condujeron al Manifiesto, para los santos que lo escucharon por primera vez, las razones de su creación no estaban claras, y muchos comenzaron a especular sobre su propósito y duración:
Heber oyó a varios Apóstoles decir que el Manifiesto era una medida temporaria, que suspendía el matrimonio plural hasta que los santos pudieran practicarlo de manera legal. Lorenzo Snow, el Presidente del Cuórum, creía que era un paso necesario para ganarse la buena voluntad de otras personas.
“El Manifiesto hará volver los corazones de muchas personas sinceras con un sentimiento de amistad y respeto hacia nosotros”, dijo él. “Puedo ver claramente lo bueno del Manifiesto y estoy agradecido por ello”.
Si bien es tentador, incluso hoy en día, tratar de dar explicación a algo que parece confuso o contradictorio, la historia de la Iglesia nos enseña a poner nuestra confianza en Dios.
George Q. Cannon, quien era miembro de la Primera Presidencia en ese momento, compartió la siguiente perspectiva sobre cómo todas las personas, incluidos los líderes de la Iglesia, buscan revelación. Sus palabras siguen vigentes en la actualidad:
“La Presidencia de la Iglesia tiene que caminar al igual que ustedes caminan”, había dicho George. “Ellos tienen que dar pasos, tal como ustedes los dan; y tienen que depender de las revelaciones de Dios conforme las van recibiendo. Ellos no pueden ver el fin desde el principio, como lo ve el Señor”.
“Todo lo que podemos hacer”, había continuado, “es procurar conocer la mente y la voluntad de Dios, y cuando la recibimos, aunque pueda entrar en contradicción con cada sentimiento que habíamos albergado previamente, no tenemos otra opción que dar el paso que nos señala Dios y confiar en Él”.
Diversidad política
Para 1892, gran parte de la contienda en la Iglesia de Jesucristo se debía a la política. Hasta ese momento, los santos habían elegido votar principalmente por candidatos del partido político de la Iglesia, el Partido Popular.
Después de que se disolvió el partido, se alentó a los Santos de los Últimos Días a unirse a otros partidos, en parte como un intento por crear una mayor diversidad política.
Sin embargo, al surgir nuevos desacuerdos sobre puntos de vista políticos diferentes, el presidente Woodruff compartió la siguiente declaración en la Conferencia General de abril de 1892:
“Todo hombre tiene tanto derecho —profetas, apóstoles, santos y pecadores— a sus convicciones políticas como a sus opiniones religiosas”, declaró Wilford. “No se lancen suciedad, inmundicia ni tonterías el uno al otro por cualquier diferencia en asuntos políticos”.
En la actualidad, la Primera Presidencia les recuerda a los miembros que la Iglesia como institución es neutral y alienta a los Santos de los Últimos Días a participar en la política y desarrollar sus propios puntos de vista.
Es esperanzador saber que algunos de los desafíos y contenciones que enfrentamos hoy han sido, de cierta forma, los mismos que los primeros santos sobrellevaron.
Así como podemos encontrar estas lecciones en último tomo, esperamos con ansías las lecciones que vendrán en el nuevo volumen de la serie “Santos”.
Fuente: LdsLiving