Una de las revelaciones más trascendentales en la época de José Smith fue la Palabra de Sabiduría. Sin embargo, poco se menciona sobre las condiciones que la originaron.

Todo comenzó en febrero de 1833 mientras José Smith dirigía la Escuela de los Profetas. Durante ese tiempo, José reconoció un problema que, aunque no parecía grave, sí afectaba la reverencia durante las reuniones. 

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El profeta José Smith. Imagen: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días

Los hermanos acostumbraban a masticar tabaco y escupir en el suelo antes de las lecciones, lo que incomodaba a Emma Smith, esposa del profeta, quien tenía la difícil tarea de limpiar todo el desastre. Debido a esta situación, José decidió buscar guía del Señor para saber qué hacer.

En respuesta, el Señor reveló la Palabra de Sabiduría documentada en Doctrina y Convenios 89, no solo como una solución para el problema durante las reuniones de la Escuela de los Profetas, sino también como una manera para proteger nuestros cuerpos.

Un consejo inspirado

palabra de sabiduria
Los Santos de los Últimos Días no consumen alcohol, café y tabaco.

Como parte de esta revelación, el Señor destacó el evitar el alcohol, el tabaco, el café y el té. También aconsejó el consumo moderado de la carne, entre otros consejos más.

Inicialmente, esta revelación fue dada “no por mandamiento ni restricción” (Doctrina y Convenios 89:2), pero actualmente, sí vivimos esta ley como mandamiento.

El presidente Joseph F. Smith aclaró este tema y enseñó que:

“En ese entonces, si [la Palabra de Sabiduría] se hubiera dado como mandamiento, habría condenado a todo hombre; por lo tanto, el Señor fue misericordioso y les dio la oportunidad de vencer, antes de someterlos a la ley”.

Luego de décadas, el presidente Heber J. Grant se sintió inspirado a incluir la obediencia a la Palabra de Sabiduría como requisito para obtener una recomendación para el templo.

Desde entonces, los profetas incluyeron las drogas como sustancias a evitar y siguieron recibiendo revelaciones para adaptar esta ley conforme a nuestras necesidades.

Bendiciones prometidas

hombre mirando al cielo
Imagen: Canva

La obediencia a la Palabra de Sabiduría no se limita a la salud física. Ser fieles a esta ley nos permite demostrar nuestra fe al sacrificar los placeres temporales que el mundo ofrece para destacarnos como el pueblo del Señor, así como sucedió con el pueblo de Israel (Levítico 11:44).

Si obedecemos este mandamiento, la promesa del Señor es:

“Recibirán salud en el ombligo y médula en los huesos… y hallarán sabiduría y grandes tesoros de conocimiento… y correrán sin fatigarse, y andarán sin desmayar”. (Doctrina y Convenios 89:18-20)

ocurre en el templo
Imagen: Midjourney

El presidente Thomas S. Monson también declaró que:

“Recibimos un conocimiento de la verdad y la respuesta a nuestros más grandes interrogantes cuando somos obedientes a los mandamientos de Dios”.

Finalmente, aunque nos sintamos inspirados por las bendiciones, nuestra obediencia a esta ley debe estar fundamentada en la fe.

Al obedecer por fe, le demostramos a Dios nuestra disposición a rechazar al mundo para recibir lo que Él tiene preparado para nosotros.

Fuente: Meridian Magazine

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