Cuando hacemos la obra de historia familiar por nuestros antepasados y nos encontramos con el nombre de un miembro que ha contraído matrimonio con una persona del mismo sexo, ¿registramos ese tipo de información? Teniendo en cuenta también de que quizá haya hijos de estas uniones mediante la adopción o paternidad subrogada.
También te puede interesar: “¿Qué me pasará si no me caso en el templo de la Iglesia de Jesucristo?“
¿Se podrían realizar las ordenanzas del templo por cada individuo de la relación, incluido el bautismo y la confirmación, así como la iniciación y la investidura después del periodo de tiempo requerido? ¿Es posible sellarlos a sus propios padres, hijos biológicos y hermanos?
Respuesta
Cuando hablamos de la obra de “historia familiar”, pienso que es necesario recordar que esto implica mucho más que solo fechas y lugares.
Implica captar y plasmar una parte de la personalidad, los logros y los desafíos de un antepasado, y preservar todo eso para las generaciones futuras.
Con el fin de hacer un registro completo, una familia puede desear registrar una unión legal de personas del mismo sexo en sus propios registros.
Con respecto a los sellamientos en el templo por nuestros antepasados, probablemente hayas notado que FamilySearch no está configurado para registrar un matrimonio entre dos personas del mismo sexo; y los sellamientos entre padres e hijos en el templo se realizan entre un hijo y dos padres de sexos opuestos.
Esto refleja la enseñanza de “La familia: Una Proclamación para el mundo” de que los “hijos merecen nacer dentro de los lazos del matrimonio y ser criados por un padre y una madre que honran sus votos matrimoniales con completa fidelidad”.
Sabemos que la Iglesia de Jesucristo enseña que cualquier conducta sexual inapropiada, especialmente los actos homosexuales, son un pecado grave y un obstáculo importante para el progreso eterno.
El sitio web de la Iglesia dice lo siguiente:
“Los cambios en la ley civil no modifican, ni pueden cambiar la ley moral que Dios ha establecido. Dios espera que defendamos y guardemos Sus mandamientos pese a las opiniones o tendencias divergentes de la sociedad”.
Pero al igual que con otros pecados, existe la perspectiva del arrepentimiento. Todos, como hijos e hijas de Dios, podemos acceder al poder infinito de la expiación de Jesucristo.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días hizo la siguiente declaración:
“Las personas que sienten atracción hacia las personas del mismo sexo o que admiten ser homosexuales, lesbianas o bisexuales pueden hacer y guardar convenios con Dios y participar plena y dignamente en la Iglesia.
El declararse homosexual, lesbiana o bisexual, o sentir atracción hacia personas del mismo sexo, no es un pecado y no prohíbe a nadie participar en la Iglesia, tener llamamientos ni asistir al templo”.
Esto quiere decir que también se deben cumplir los mandamientos, incluida la ley de castidad. La pureza sexual siempre será una parte esencial para el plan de Dios y nuestra salvación, sin importar nuestras debilidades o inclinaciones.
Por otro lado, no tengo conocimiento de ninguna política de la Iglesia que prohíba que una persona homosexual fallecida pueda recibir las ordenanzas del templo incluyendo ser sellado a cualquier cónyuge del sexo opuesto que la persona haya podido tener en vida, y a cualquier hijo nacido de esa unión.
Fuente: askgramp.org
