La revista ‘People’ ha publicado recientemente una entrevista al conocido artista David Archuleta donde declara que su relación con La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días “es complicada” y que se siente “liberado” al tomar un paso al costado y alejarse de la fe que practicó durante casi toda su vida.
Debemos dejar en claro antes de continuar, que este es un artículo de opinión, y estamos seguros que muchos no estarán de acuerdo con algunas de las ideas que aquí presentaremos, sin embargo, consideramos que lo que expondremos es el sentir de muchos fieles miembros de la Iglesia de Jesucristo y esa voz debe ser escuchada.
Tomamos total responsabilidad sobre nuestras declaraciones pero debemos dejar en claro que este artículo no representa o pretende representar a la Iglesia de Jesucristo como institución, hablamos como miembros de a pie.
No podemos hacernos de la vista corta y pensar que todo está “bien en Sion” cuando un miembro tan popular como David Archuleta decide dar declaraciones tan fuertes, directas y sinceras sobre la relación con su religión, especialmente cuando dicha religión pregona el amor, respeto y entendimiento a todas las personas no importa su credo, raza u orientación sexual.
Sentimos un profundo pesar por lo que pasó David Archuleta
Como cristianos, discípulos imperfectos de Jesucristo sentimos pesar y tristeza por experiencias como las que David Archuleta ha pasado al tratar de vivir los preceptos de Jesús bajo las enseñanzas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y equilibrar su fe con su atracción hacia el mismo sexo.
Nos entristece cuando una persona siente que el evangelio restaurado de Jesucristo es una carga en vez de una ayuda espiritual. Las declaraciones de David a People son desgarradoras, no existen palabras que podamos utilizar para refutar o poner en tela de juicio sus sentimientos y experiencias tal y como él las describe, solo nos queda decir que realmente nos entristece experiencias como las que él ha pasado en la Iglesia.
No hay imparcialidad cuando se presentan historias que incluyen a la Iglesia de Jesucristo
Pero así como nos entristece experiencias como las de David, también nos aflige como Santos de los Últimos Días que muchas veces nuestra religión sea calificada como una organización represiva, homofóbica o insensible a temas como este.
Muchos medios no son imparciales al presentar historias como las de David, consideramos que el periodismo actual no es objetivo cuando presenta información sobre la Iglesia a la que pertenecemos y a la que consideramos como una organización inspirada y ordenada por Dios.
Por ejemplo, ¿cómo reaccionaría el público en general si un medio de comunicación publicara constantemente historias de personas que han tenido malas experiencias con la practica del yoga? o ¿qué pensaría el público si un medio de comunicación solo presentara historias que descalificaran a aquellos que practican la meditación y enumeraran porque dichas practicas son poco eficaces para ayudar a una personas a tener un equilibrio en sus vidas?
Parece que siempre la practica de una religión para muchos medios esta asociada a la poca o nula eficacia en la búsqueda de la felicidad de un ser humano. Más allá de ser objetivos, consideramos que “vende más” el presentar historias aisladas que dar información completa sobre un tema tan sensible como es el entendimiento y respeto entre un creyente que pasa desafíos por su orientación sexual y sus creencias.
La religión en general parece ser siempre presentada como un mal que debe ser erradicado en la sociedad
Como cristianos que vivimos nuestra religión nos parece ofensivo cuando se presenta o generaliza que pertenecemos a una organización que atenta contra la sociedad actual. Entendemos que llama más la atención titulares donde se presente a una religión homofóbica que oprime a sus miembros o que les hace daño y llama aún más la atención cuando uno de esos miembros es una persona popular.
Si bien la historia de David Archuleta es una historia que llama la atención, no es la única sobre una persona con atracción hacia el mismo sexo y su experiencia de fe.
La historia de David Archuleta es personal, sin embargo, su experiencia incluye a una religión que no solo le pertenece a él, dicha fe es vivida por millones y presentarla como únicamente personal es como decir que porque él es una persona conocida, lo que experimentan millones más no importa mucho porque al fin y al cabo aparentemente una historia solo tiene peso cuando el protagonista de la misma es un artista como él.
¿Qué hay de las miles de personas que han encontrado un equilibrio entre su atracción hacia el mismo sexo y su fe?
Lo que hace la Iglesia de Jesucristo por la comunidad LGBTQ+
Debemos ser sinceros y reconocer que lo que hace la Iglesia de Jesucristo por las personas con atracción hacia el mismo sexo no es suficiente, todavía hay mucho por hacer, ya sea como miembros, líderes y doctrinalmente hay mucho que hacer y oramos para que aquellos que lideran nuestra fe puedan ser inspirados para que la Iglesia responda con mayor claridad a las muchas interrogantes sobre este tema.
Reconocemos también que los esfuerzos en cuanto a este tema están aumentando. Como Santos de los Últimos Días, creemos que no podemos aconsejar al Señor y por lo tanto nosotros como seguidores de Jesucristo no podemos tener respuestas a todas las interrogantes sobre este tema, pero algo que diferencia a nuestra fe es la revelación continua y es bajo esa enseñanza que consideramos que debemos pedir al Señor, en oración y humildad, sabiduría por medio de sus líderes escogidos para que pronto se pueda hacer más, consideramos que se debe hacer más.
Nuestra fe en Jesucristo nos hace tener esperanza de que pronto nuestros líderes podrán tener la inspiración adecuada para abordar este tema con mayor eficacia, para ellos mismos tal vez es desafiante abordar los conceptos doctrinales y la atracción hacia el mismo sexo, nuestros lideres no son perfectos pero consideramos que son inspirados y tienen la autoridad para actuar por y a favor de todos los que quieren acercarse más a Dios.
Qué debemos aprender sobre la historia y experiencia de David Archuleta
Hay mucho que aprender pero vamos a enumerar algunos puntos:
Respeto y entendimiento: No podemos negar que lo que pasó David Archuleta es una historia triste que no debería pasarla nadie más, un verdadero cristiano no podría tener pensamientos que vayan en contra de los sentimientos que él tiene.
El presidente Thomas S. Monson declaró que “no debemos permitir que resolver un problema sea más importante que amar o ayudar a una persona” y en ese sentido no podemos admitir declaraciones como las de afirmar que su forma de vida no es la correcta porque ninguno de nosotros tiene la autoridad para descalificar las desiciones de una persona aun cuando dichas decisiones vayan en contra de nuestras propias creencias, es el amor, el amor puro de Cristo, la mejor respuesta ante estas situaciones.
No debemos crear ni imponer modelos a seguir: Hubo un tiempo en el que David Archuleta fue una figura utilizada por muchos como un modelo a seguir para describir a un discípulo de Jesucristo, especialmente entre los jóvenes.
David Archuleta fue un modelo de lo que debería ser un joven miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y no consideramos que estuvo mal hacerlo por algo personal en contra de David Archuleta, estamos seguros que él sigue siendo un buen ejemplo en muchos aspectos pero ponerle el peso de “modelo a seguir” es un atributo que solo debería ser utilizado para el Salvador, ni siquiera deberíamos considerar modelos a seguir a los líderes inspirados de la Iglesia, no es una manera adecuada de mostrar respeto y sostenimiento a los ungidos del Señor.
La homosexualidad esta presente en la Iglesia de Jesucristo y debe ser un tema abordado entre la membresía con respeto y consideración: Evitar un tema no es la mejor manera de resolverlo, y sería poco apropiado considerar que la homosexualidad es un tema tabú o poco frecuente entre los creyentes, lo que esta experiencia nos esta diciendo es que necesitamos abordarla mas y tratarla con el respeto que merece.
No debemos tratar de responder a todas las dudas que surjan sobre el tema porque dicha tarea racae solo a los líderes escogidos del Señor pero podemos ayudar en la obra al evitar dar juicios y mostrar amor cuando este tema se trate.
No debemos tener miedo al decir que no sabemos que hacer o que no tenemos todas las respuestas cuando algún amigo, ser querido o tal vez nosotros mismos afrontamos este tema, lo mejor que podemos hacer ahora es ejercer nuestra fe por medio de la oración para que pronto el Señor nos de más luz y entendimiento sobre este tema.
Muchos decidirán dejar de creen en el Señor y en Su Iglesia pero eso no debería representar temor o asombro entre los que escogen creer y permanecer en la fe: Una de las creencias que diferencia a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días de otras religiones es el albedrío, si bien todos son invitados a conocer y vivir las maravillosas bendiciones que trae el evangelio restaurado de Jesucristo lo cierto es que muchos decidirán no creer, alejarse y, en algunos casos, hasta atacar nuestras creencias.
Es necesaria la oposición en todas las cosas, aun con la Iglesia del Señor. Decidir seguir a Jesucristo es una decisión personal y sea cual sea nuestra elección debemos mostrar respeto por quienes han escogido creer diferente a nosotros.
Conclusiones:
No podemos afirmar que tenemos todas las respuestas a todas las experiencias penosas que vivió David Archuleta y aquellos con atracción hacia el mismo sexo dentro y fuera de la Iglesia .
Podemos mostrar amor real, impotencia tal vez por no tener todas las respuestas en este momento pero también podemos declarar con firmeza y esperanza que por medio del Señor pronto tendremos luz y entendimiento para abordar este tema con mas eficacia.
El no conocer todos los misterios del Señor no invalida nuestra seguridad de que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la Iglesia del Señor en la tierra, es la religión que nos da esperanza de trascender en esta vida y por medio de Él, llegar a tener la felicidad que sabemos que podemos encontrar en Sus enseñanzas.
Nada ni nadie cambia nuestra fe en el Señor y como discípulos de Cristo nos queda esperar por algún día tener el conocimiento y entendimiento perfecto de todos los temas que aquejan al ser humano, por ahora nos queda tal y como dijo el apóstol Pablo, sufrir muchas cosas y esperar sufrir todas las cosas pero teniendo la esperanza de que llegará el día en que el Señor nos de la paz y el conocimiento para afrontar todos los desafíos de esta vida mortal.