Dos miembros de mi familia política han contraído coronavirus. Uno ha fallecido. El otro se está recuperando pero nunca será el mismo. Otros miembros de mi familia han perdido sus medios de ingresos económicos.
Otras personas son estudiantes graduados que recién terminaron la secundaria, que vieron cómo sus oportunidades para celebrar tal logro se evaporaban y sus aspiraciones universitarias se desvanecían en el limbo. Quería agregar sus nombres a la lista de oraciones en el templo, pero esa opción no está disponible por ahora.
He encontrado consuelo en una página de Facebook llamada “WorldWide Unified”. Ahora con aproximadamente 600,000 miembros, la página fue iniciada por un misionero Santo de los Últimos Días para el ayuno mundial del Viernes Santo en abril.
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Muchas personas de diferentes religiones y de ninguna fe se unieron en este ayuno alrededor del mundo. Hasta el día de hoy se unen en amor y empatía.
Después de que terminó el ayuno, la página del ayuno mundial pasó a llamarse “Worldwide Unified” y se ha convertido en una página donde las personas piden que se hagan oraciones a favor de ellos y donde también comparten los milagros que han recibido, sus testimonios e incluso talentos musicales.
Leer las peticiones de oraciones a menudo ha sido desgarrador y me ha dado una idea de lo que Dios ve mientras vela por Sus hijos.
La diversidad y la dificultad de las pruebas que enfrentan las personas es sorprendente. Hay personas que realmente pasan momentos difíciles y necesitan sentir el amor de Dios. Hay personas que dieron a luz a un bebé que nació muerto. Hay otras que tienen a toda la familia con COVID. Y otros que acaban de recibir un diagnóstico de cáncer terminal.
Dios ve todo esto todo el tiempo.
Leo sus súplicas y oro por todas ellas. Mi simpatía y empatía se extienden hasta que las lágrimas fluyen diariamente sobre mis mejillas. Si tuviera el poder, ayudaría a cada una de estas personas de maneras muy específicas, que es exactamente lo que Dios hace. Excepto que Él no solo lee o escucha sus historias.
Él los CONOCE por completo.
Él sabe cómo respetar su albedrío mientras busca su crecimiento espiritual. Él sabe exactamente cómo socorrer y consolar a Su pueblo, fortalecer e inspirar. Él sabe exactamente cuándo y cómo será mejor ayudarnos e incluso si es mejor que Sus hijos regresen a Su presencia.
Al leer algunas de estas historias, me las imagino multiplicadas por miles de millones. Con razón el Padre Celestial tiene legiones de ángeles en Su servicio además de la inmensidad del poder del sacerdocio y el Espíritu Santo.
Algunas de las historias compartidas
“Extraño poner los nombres en el templo y lo anónimo que era. Mucha gente necesita nuestras oraciones… sé que esas personas, aún cuando no sabemos sus nombres o los desafíos que están pasando, necesitan de Dios y Él sí las conoce”.
“Me gustaría que pudieran orar por mi preciosa hija, Sofía. Ella es un amor, pero ha sido diagnosticada con COVID-19. Tiene 20 meses de nacida y es un tanto difícil comunicarnos con ella para saber cómo se siente. Por favor, oren por ella, para que sea protegida. ¡Gracias!”.
“Agradezco a todos por las oraciones y el ánimo brindado. MC está con nosotros y vamos a ver el doctor en busca de ayuda y guía. ¡Muchas gracias!”.
“Siento que esto es lo más cerca que puedo tener a la lista de nombres del templo. Mi hijo Michael ha estado muy enfermo. Es su vesícula y no algo tan grave. Él será operado pronto, pero debido al coronavirus él solamente podrá recibir un visitante.
Él quería que su papá lo visitara para que pudiera tomar su mano… podrían por favor orar por él, por su papá, por esta madre que está algo triste por no poder estar al lado de su hijo. Estoy seguro de qué estarán bien, pero me sentiría mejor sabiendo que hay más oraciones a favor de ellos y que recibirán paz”.
Fuente: thirdhour.org
