“Le suplicaba continuamente, pues él me había dicho: Cualquier cosa que pidas con fe, creyendo que recibirás en el nombre de Cristo, la obtendrás”. (Enós 1:15)
Como miembros de la familia de Jesucristo, tenemos el poder de orar en Su nombre, pedir lo que necesitamos a Dios y si es la voluntad del Padre, recibiremos lo que deseamos.
Te explicaré esto con una experiencia personal.
En una oportunidad, me reuní con mis dos hermanos mayores y mientras estaba conversando con mi segundo hermano mayor, le pregunté qué planes tenía para el futuro.
Él estaba a unas pocas semanas de salir del ejército para el cual prestó servicio debido a la ayuda financiera que recibió para estudiar medicina.
Como miembros de la familia de Jesucristo, tenemos el poder de orar en Su nombre, pedir lo que necesitamos a Dios y si es la voluntad del Padre, recibiremos lo que deseamos. Imagen: Shutterstock
“Quería ir a trabajar a una clínica en Dallas, Texas. Pero, llamé y la secretaria se negó a comunicarme con el director. Qué pena, habría sido un gran lugar para practicar”, dijo Larry y mencionó el nombre de la clínica.
De pronto, mi hermano mayor dijo:
“Larry, conozco al hombre que dirige esa clínica. Él y yo somos amigos. Escríbele. Usa mi nombre. Pide una entrevista. Lo llamaré y hablaré sobre nuestro vínculo”.
Entonces, Larry le escribió al director de la clínica utilizando el nombre de nuestro hermano mayor. Posteriormente, tuvo una entrevista y obtuvo la posición que deseaba.
El poder de usar el nombre de Jesucristo
Jesucristo es nuestro intercesor con el Padre Celestial. Imagen: Canva
Esta es una maravillosa bendición para nosotros porque existe una relación única entre el Padre y el Hijo.
En la tierra de Abundancia en el año 34 d.C., el Padre dijo:
“He aquí a mi Hijo Amado, en quien me complazco, en quien he glorificado mi nombre: a él oíd” (3 Nefi 11:7).
¿Notaste el lenguaje del Padre al hablar de Jesucristo?
Él es un hijo “amado”, en quien el alma del Padre “se complace”; un hijo que recibió “de Dios Padre honra y gloria” (2 Pedro 1:17).
Existe una gran conexión entre nuestro Padre Celestial y Jesucristo. Por eso, cuando oramos debemos pedir en nombre de Cristo para que Él pueda interceder por nosotros ante Dios. Imagen: La Iglesia de Jesucristo
En nuestras oraciones es importante, y se nos invita, incluso se nos ordena, que pidamos al Padre en el nombre de Jesucristo, que es nuestro hermano mayor.
“He aquí, os digo que quien crea en Cristo, sin dudar nada, cuanto pida al Padre en el nombre de Cristo, le será concedido; y esta promesa es para todos, aun hasta los extremos de la tierra” (Mormón 9:21).
En efecto, el Salvador nos ha dicho:
“Cuando le pidan al Padre las bendiciones que necesitan, ayuda con las pruebas que enfrentan, revelación, inspiración y consuelo, usen mi nombre. Tienen mi permiso. Usen mi nombre”.
El élder Boyd K. Packer denominó el uso del nombre de Jesucristo en nuestras oraciones como la “última declaración de autoridad”. En un discurso a los maestros de la Iglesia en 1989, dijo:
“Les aseguro que Jesús es el Cristo. Lo conozco. Él preside esta Iglesia. Él no es un extraño para Sus siervos aquí. Invoco Su bendición sobre todos ustedes, todos los que somos maestros, invoco esa máxima declaración de autoridad, en el nombre de Jesucristo. Amén”.
Precauciones al usar el nombre de Jesucristo
Cuando oramos en el nombre de Jesucristo, añadimos poder a nuestras oraciones. Imagen: Canva
Una palabra de precaución es necesaria sobre este asunto. En Doctrina y Convenios 63:61-63, el Señor advierte:
“Por tanto, cuídense todos los hombres de cómo toman mi nombre en sus labios; porque he aquí, de cierto os digo, que hay muchos que están bajo esta condenación, que toman el nombre del Señor y lo usan en vano sin tener autoridad.
Arrepiéntanse, pues, de sus pecados los de la iglesia; y yo, el Señor, los reconoceré…”
En los diez mandamientos no se hace referencia a la blasfemia, sino a este mismo principio:
“No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano” (Éxodo 20:7).
Debemos pronunciar el nombre de Cristo en nuestras oraciones con reverencia y gratitud.
¿De qué manera orar a Dios en nombre de Jesucristo ha bendecido tu vida?
Fuente: Meridian Magazine
