Las lecciones que nos da el Padre Celestial son recordatorios de Su amor

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Si hay de lo que podemos estar seguros en este mundo es que Dios nos ama. Él nos ama a pesar de nuestras debilidades y defectos. Pero, con este amor vienen grandes expectativas, nuestro Padre Celestial desea que lleguemos a ser como Él.

Como todo padre amoroso, el Señor nos corrige para fortalecernos. Esas lecciones que nos da el Padre Celestial son inspiradas y siguen los patrones de nuestras necesidades. Pero, en este mundo acelerado y bullicioso, ¿realmente nos detenemos y prestamos atención al Padre Celestial cuando nos corrige?

Experiencia personal

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Aprendí una lección muy valiosa cuando viajaba con mi hijo y me preparaba para una cita en la noche. Me quejaba silenciosamente del estrés que conlleva ser madre y de no tener dinero suficiente a pesar de trabajar tanto. Pensaba, “Si tan solo pudiera ganar más dinero para comprar un auto, ¡la vida sería mucho mejor!”

En ese momento, un grupo de 3 personas se subieron al bus de transporte público con unos polos en los que decía “barrenderos de Tandang Sora”. Estas personas se reían juntas y disfrutaban de la compañía de la otra.

Escuché que una de ellas dijo, “Solo me queda $ 7 de mi salario de hoy, pero ¡está bien!”

Después de escuchar eso, me sentí agradecida por mis circunstancias y mal por la forma en que había reaccionado ante ellas. Estaba a punto de ir a comer a un restaurante costoso y seguía siendo malagradecida. Me centré tanto en las cosas que me faltaban que no me tomé el tiempo de expresar gratitud por las cosas que tenía.

Sentí que había recibido una lección del cielo solo para mí, un recordatorio para siempre estar agradecida.

Las lecciones de Dios

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Podemos aprender grandes lecciones cuando prestamos atención a las impresiones del Señor, que nos guían a lo largo de nuestro viaje terrenal. A continuación, mencionaré algunas maneras en que podemos recibir y escuchar estas lecciones:

1. Aparta un tiempo para hacer evaluaciones silenciosas

En este mundo ajetreado, podemos estar abrumados con los diferentes compromisos y pendientes que tenemos. No hace falta decir que nuestro mundo es tan bullicioso que a veces es difícil sentarnos a disfrutar de un tiempo de paz y hacer evaluaciones personales.

Cuando nos tomemos el tiempo adecuado para reflexionar en cómo vivimos nuestra vida, el Espíritu Santo estará ahí para ayudarnos a saber lo que debemos hacer mejor.

Nuestro Padre Celestial sabe, más que nadie, lo que necesitamos. Cuando nos tomamos el tiempo de escuchar y ser receptivos a las lecciones que Él nos da, podemos comprenderlas.

2. Cuando tengas dudas, recurre a las Escrituras

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Es difícil olvidar un pasaje de las Escrituras que una vez nos enseñó una lección o hizo que nos diéramos cuenta de que podemos hacer más. Una de las formas en que el Señor habla a sus hijos en estos últimos días es a través de las Escrituras.

Haz que tu estudio de las Escrituras sea más significativo al formular una pregunta antes de estudiar. En 1 Nefi 19:23, Nefi reconoció que comparar las Escrituras con nuestras vidas puede ser para nuestro “beneficio y aprendizaje”.

Haz preguntas sobre qué más puedes hacer y busca respuestas, o lecciones, en las Escrituras.

3. Pregunta, “¿qué más me falta?”

Durante la Conferencia de octubre de 2015, el Élder Larry R. Lawrence invitó a todos a hacer esta pregunta: “¿Qué más me falta?” dijo:

“El Espíritu Santo es el compañero de viaje ideal. Si somos humildes y nos dejamos enseñar, Él nos tomará de la mano y nos guiará a casa. No obstante, a lo largo del camino necesitamos pedir instrucciones al Señor. Tenemos que hacer algunas preguntas difíciles, como: ‘¿Qué debo cambiar?’, ‘¿Cómo puedo mejorar?’, ‘¿Qué debilidad debo fortalecer?’”.

Tómate el tiempo de preguntar al Señor qué más necesitas hacer para ser mejor. Algunas respuestas podrían llegar instantáneamente mientras que otras podrían tomar más tiempo. Pero, debemos escuchar la respuesta y comprometernos a trabajar en ella.

4. Desarrollar una mayor sensibilidad a las impresiones del Espíritu

Ser sensible a las impresiones del Espíritu es útil cuando navegamos por la vida. Sin embargo, desarrollar un interés por las impresiones del Espíritu Santo requiere esfuerzo, al igual que aprender un nuevo idioma.

Una de las mejores maneras de desarrollar un corazón que sepa cuándo una impresión proviene del Señor es vivir una vida digna de la compañía del Espíritu y actuar siempre según las impresiones espirituales que recibimos.

Al hacer esto, nos volvemos más sensibles a la guía del Espíritu y podemos desarrollar el entusiasmo de obedecer y trabajar en esas impresiones.

Pensamiento final

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Las lecciones que nos da el Padre Celestial son recordatorios del amor que tiene por nosotros. Él desea que seamos mejores y más felices en la vida. No temamos a las lecciones de Dios, ¡recibámoslas con entusiasmo y aprendamos de ellas!

Fuente: faith.ph

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