La pandemia actual que vivimos ha cambiado la rutina de todos, nos ha brindado un tiempo para meditar, reflexionar, fortalecernos espiritualmente y compartir en familia. Si bien este podría ser un tiempo de desesperanza y lamentos, sabemos que en el Señor hay mucho más, hay mucho por lo que podemos estar agradecidos.
De manera personal, sé que he aprendido muchas cosas de esta experiencia. Preguntando, me di cuenta que no soy el único que piensa así, esto es lo que algunos miembros compartieron con nosotros.
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Es reconfortante saber que, debido al plan del Padre Celestial, que nos permite regresar a casa con Él, limpios y redimidos mediante la expiación de Cristo, podemos avanzar con fe.
La duda y la preocupación disminuyen. La humanidad se vuelve a la humildad. Las puertas del templo no estarán cerradas para siempre; hay mucho trabajo por hacer. -Debbie
Escucha las noticias, no te obsesiones con ellas. Asimílalas, pero no dejes que te controlen. Me he esforzado por alejarme de las noticias y encontrar “lo divertido” con mis hijos en las cosas del día a día. –Ámbar
He aprendido a ser agradecida por tener un hogar. –Catherine
He meditado en las muchas bendiciones que provienen de la obediencia. Estoy agradecida por las escrituras. Estoy agradecida por el almacenamiento de alimentos y la preparación personal. Estoy agradecida por nuestro profeta y la guía del Señor. Enfocarme en todas mis bendiciones me ayuda a sobrellevar los momentos de incertidumbre. -Connie
He aprendido a lavarme las manos con más frecuencia. Ayer salí a ministrar, [mi compañera y yo] usamos máscaras hechas en casa. No entramos a ninguna casa, solo dejamos un regalo en la puerta… Creo que estoy aprendiendo espiritualmente. -Shelly
He aprendido que este desafío es un vistazo a lo que vendrá antes de la Segunda Venida de Nuestro Señor y que debemos estar preparados y listos. –Luis
Cuando nuestro obispo nos dio permiso para bendecir la Santa Cena en nuestros hogares, cuestioné en mi mente cómo sería esto. Mi esposo es discapacitado y no puede arrodillarse, y muy a menudo por problemas de salud se le debe llevar la Santa Cena.
El primer domingo de cuarentena, uno de los élderes de nuestro barrio nos llamó y preguntó si necesitábamos ayuda con la Santa Cena y le dije que sí, él trajo consigo un espíritu muy especial. También aconsejó a mi esposo diciéndole no tenía que arrodillarse para bendecir la Santa Cena, y que él podría bendecirla según su salud lo permitiese…
Al domingo siguiente, temprano en la mañana, puse lo que necesitábamos para la Santa Cena en un pequeño plato blanco y lo cubrí con una tela blanca, preparándome para el día, lista para recibir la Santa Cena…
Nuestro primer intento no fue como lo haría un diácono o un líder de nuestro barrio, fue algo torpe, pero la segunda semana fue mucho más fluido y más espiritual, fue en un domingo de ayuno y compartimos nuestros testimonios entre nosotros.
Eso fue muy especial para mí, ya que como [mi esposo] es discapacitado, nuestro barrio no está preparado para ello en la reunión de testimonios. Han pasado 15 años desde que lo escuché brindar su testimonio verbalmente, me siento muy agradecida y bendecida al poder tener la Santa Cena en nuestro hogar durante estos tiempos difíciles… -Rhea
¡Aprendí que vale la pena escuchar al Profeta! Incluso después de compartir con otros, tengo suficiente comida como para que dure más de un año y suficiente papel higiénico para algunos meses. -Sharon
He tenido algunas experiencias de aprendizaje muy grandes. Una de ellas es que este no es un tiempo para preocuparse por la fe de los demás, es un tiempo para fortalecer nuestras bases y fundamentos del evangelio y de Jesucristo.
No sabíamos exactamente cómo sería la crisis mundial y cómo responderían algunos. Estoy muy agradecida de tener un Profeta viviente que nos ha estado preparando para estos momentos durante mucho tiempo, especialmente en los últimos dos años.
La Iglesia centrada en el hogar, ministrar de una manera diferente y los sellamientos del Templo que no requieren un período de espera de un año después de contraer matrimonio civil, parecían realmente asombrosos antes, pero ahora veo la mano del Señor, y sé que Él nos ama. –Shelley
Presta atención al consejo que te brindan. Nada se aprende hasta que realmente HACEMOS algo. No ganamos nada quedándonos de brazos cruzados. -Tim
He aprendido que ya pasó el tiempo de llenar de aceite mi lámpara para esta crisis.
Si no hubiera estudiado las escrituras ni orado ni me hubiera acercado al Señor antes de que estallara la crisis, no hubiera sido lo suficientemente fuerte como para seguir espiritualmente firme y testificar en donde me sea posible… Actualmente es solo vía online, pero aún así… tener y compartir esperanza es muy necesario en estos momentos.
Me alegra haber pensado en reservar aceite para mi lámpara, y saber que Cristo es misericordioso en mi debilidad. –Bekah
Aprendí del COVID-19 a acercarme más al Señor. Ser agradecida por lo que tengo y especialmente por lo que Jesucristo ha hecho por todos nosotros. También aprendí a confiar más en Dios.
Mi mamá es enfermera. Nos enseñó a lavarnos las manos, taparnos la boca al toser y estornudar, y a quedarnos en casa cuando estamos enfermos. Estoy tratando de hacer mi mejor esfuerzo cada día. Sé que estos son los últimos días. –Katie
Aprendí que estar en casa con mi familia es una alegría sin medida, en lugar de correr de un lugar a otro. La familia es central en el plan del Creador. Soy una persona extrovertida, por lo que permanecer en un solo lugar es un desafío para mí, pero he aprendido a tomarme las cosas con calma y disfrutar de las cosas simples de la vida. –Karin
Pienso en las 10 vírgenes y su aceite. No tenía nada que ver con el almacén de alimentos, el aceite es nuestro testimonio, que no podemos darle a otros porque tienen que obtener el suyo.
Muchas personas de diferentes religiones, incluida la nuestra, han dicho y compartido esta extraña creencia de que si tienes fe no vas a contraer el virus. No me parece un principio correcto.
Las personas que se enferman no son menos fieles que las personas que no se han enfermado. La lluvia cae sobre los justos e injustos. El Señor nos ama y Sus seguidores no son librados de las pruebas. –Lin y Jayanna
Fuente: askgramps.org