Todas las bendiciones patriarcales provienen de Dios. Son revelaciones del Padre, y el patriarca es la persona que el Cuórum de los Doce Apóstoles asignó para recibir esa revelación.
En consecuencia, un patriarca debe ser un hombre espiritual que conoce la doctrina y el Evangelio, y vive una vida honorable.
Es un hombre que, a lo largo de años de fiel servicio en los llamamientos del sacerdocio, ha aprendido a recibir revelación y ha desarrollado en su vida personal el don de reconocer los susurros del Espíritu Santo.
Es sabio, digno y maduro. Debido a que ha sido ordenado al oficio de patriarca (en el Sacerdocio de Melquisedec), tiene derecho, en virtud de su oficio, a recibir revelación en nombre de los demás, siempre que viva su vida de tal manera que sea receptivo al Espíritu Santo de Dios.
La preparación de un patriarca
Debes saber que, en los días previos a darte tu bendición, el patriarca oró específicamente por ti y para ti en muchas ocasiones, procurando verte como te ve el Padre Celestial y conocerte de formas en las que solo puede hacerlo por revelación.
Algunos patriarcas ayunan antes de dar bendiciones. Tu patriarca estudió cuidadosamente sus escrituras y fue muy prudente sobre lo que ve o escucha para tener el Espíritu plenamente con él. Él hará sacrificios significativos en su propia vida para estar listo para bendecirte.
Estos sacrificios le permitirán escuchar la voz del Señor a través del Espíritu Santo de Dios. Estos sacrificios le permitirán recibir revelación para ti incluso antes de que ponga sus manos sobre tu cabeza.
El presidente Harold B. Lee (1899–1973), compartió una experiencia que tuvo cuando ordenó a un hombre para ser patriarca de estaca:
“Me enviaron hace años a Nueva York para llamar a un patriarca. Cierto hombre fue escogido y me dirigí a su casa junto con el presidente de estaca. Él había estado trabajando con sus hijos en la granja de bienestar todo el día y estaba totalmente cansado.
Después de que se cambió de ropa y entró, lo hice sentirse aún más cansado cuando le dije para qué había venido, que iba a ser llamado patriarca de esa estaca.
A la mañana siguiente, en una conferencia, dio un notable testimonio. Luego, nos dirigimos al Barrio Manhattan, donde el hermano iba a ser ordenado.
La oficina está en el sótano donde no hay luz natural [porque no había una ventana]. Esta es la historia contada por la esposa del presidente de estaca que estuvo presente en aquel momento:
“Cuando puso las manos sobre la cabeza de DeWitt Paul, pensé: “Es un hombre con el que socializamos. Hemos salido en paseos con él, hemos ido a bailes y ha estado en nuestro grupo de amigos. Ahora parte de su responsabilidad es declarar el linaje de cada persona a la que dé una bendición. Él no ha estudiado lenguas antiguas, ¿cómo sabrá todo esto?”
Con estos pensamientos en mi mente, vi que se acercó y le puso las manos sobre la cabeza, y una luz vino detrás, pasó a través de usted hacia él.
Y yo pensé: “Qué extraña coincidencia que un rayo de sol haya entrado precisamente en ese momento. Pero después me di cuenta de que no había [ventana alguna], ni nada por donde entrase un rayo de sol”.
Había presenciado la respuesta a mi pregunta… Esa luz provino de algún lugar más allá del hermano Lee, pasó a través del hermano Lee y llegó al patriarca. Entonces supe de dónde iba él a obtener esa información: por medio de las revelaciones de Dios Todopoderoso””. -“The Teachings of Harold B. Lee”
De esta experiencia, el presidente Boyd K. Packer (1924–2015), presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo:
“Cada vez que un patriarca es ordenado o que pronuncia una bendición, esa misma luz, aunque no se vea, está presente. Confiere poder a un patriarca para declarar el linaje y dar una bendición profética, a pesar de que él mismo sea un hombre de capacidad muy ordinaria”.
Como he señalado, Dios es quien da la bendición; no el patriarca de la estaca. Por lo tanto, mientras el patriarca y el que recibe la bendición sean dignos y estén preparados, Dios derramará la luz de la revelación, inspirando al patriarca a decir exactamente lo que debe decirse.
Revelación a la medida
Cada patriarca recibe revelación a su manera. Algunos pueden ver las palabras mientras que algunos pueden escucharlas. Otros pueden tener impresiones y sentimientos en cuanto a lo que deben decir.
Independientemente de cuál sea la situación de tu patriarca, lo cierto es que Dios los inspira, porque son hombres buenos y porque Él te ama tanto que no dejará el contenido de tu bendición al azar.
Si el patriarca hace promesas bajo la inspiración del Espíritu Santo, y por la autoridad a la que fue ordenado, puedes estar seguro de que esas promesas se cumplirán.
Dios inspira a los patriarcas de estaca e incluso ellos, a veces, pueden sorprenderse por las promesas que Él hace a Sus hijos. Dios siempre cumplirá las promesas hechas a través de Sus siervos designados.
Con respecto al contenido de una bendición, un patriarca de estaca explicó:
“Muchas [bendiciones patriarcales] van acompañadas del sentimiento de que hemos escuchado previamente [su contenido]… Es posible que tengan sentimientos similares cuando reciban su bendición. [Este sentimiento de familiaridad] es a menudo un recuerdo del conocimiento preterrenal entretejido dentro del vocabulario del patriarca”. – Garry H. Boyle, “A Loving Letter from God: Your Patriarchal Blessing”
En otras palabras, si lo que el patriarca dice te parece extrañamente familiar, puede ser porque tu espíritu reconoce estas promesas de cuando estabas en la vida preterrenal, cuando esas mismas promesas te las hizo tu Padre Celestial.
¿Un patriarca diferente te daría la misma bendición?
No hay dos patriarcas que den, palabra por palabra, la misma bendición, sin embargo, hay una razón para ello. El élder John A. Widtsoe (1872–1952), del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó:
“Puesto que los patriarcas son solo hombres… su manera de hablar y de pensar se refleja en sus bendiciones. Cada hombre puede expresar la misma idea con palabras diferentes. El Señor no les dicta bendiciones palabra por palabra… Sin embargo, si el patriarca vive dignamente, es sostenido por el poder y la autoridad de su llamamiento, pronunciará las bendiciones destinadas a nosotros”. – “Evidences and Reconciliations”, vol. 1
En otras palabras, sin importar cuántos patriarcas te den una bendición, es probable que escuches temas similares en cada una. Dios le da al patriarca las verdades que debe hablar, pero con frecuencia deja que el patriarca articule esas verdades, lo mejor que pueda, en su propio idioma.
En consecuencia, si tres patriarcas diferentes te dieran una bendición patriarcal, cada uno podría bendecirte con el don de lenguas, sin embargo, uno podría decir: “Tendrás un don para los idiomas”; otro podría decir: “Serás dotado con el don de transmitir las verdades del evangelio a las personas de una manera que puedan entenderlas claramente”; y otro simplemente podría decir: “Tendrás el don de lenguas”.
La bendición es la misma, pero la forma en que un patriarca la expresará variará de acuerdo con la persona.
Además, la edad a la que recibes tu bendición también influye en lo que te diría un patriarca. Lo que un patriarca te diga a los 16 probablemente no sea lo mismo si tuvieras 66.
Por lo tanto, la etapa de la vida en la que te encuentras influye en las bendiciones que el Señor elige revelar. El contenido variaría porque tus necesidades en cada etapa de tu vida son diferentes.
Fuente: LdsLiving