Gracias al evangelio de Jesucristo, cuando nuestra intención es todo lo que podemos ofrecer, eso se vuelve suficiente, Él no nos dejará.
Tal vez hayas escuchado la frase “las pequeñas cosas generan grandes resultados”.
Estoy tratando de aplicar eso en mi vida, pero no es tan fácil.
El COVID-19 ha afectado a millones de personas. A este punto, miles están infectados y la pandemia está causando muerte y sufrimiento en todo el mundo. El aislamiento voluntario, el miedo, la desesperación y las críticas injustificadas son solo algunas de las realidades de nuestros días.
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Tengo algo que admitir. Me es realmente difícil quedarme en casa por un período prolongado de tiempo. Estamos bien, pero las circunstancias son difíciles. Es como una historia de misterio sin un final inmediato a la vista.
La situación es similar al gran rompecabezas que yace en la mesa de mi comedor. No puedo distinguir las numerosas piezas que parecen no tener relación alguna. Tomo las piezas, pero luego vuelvo a dejar la mayoría de ellas después de darme cuenta de que no puedo encontrar dónde colocarlas.
También uso los colores para guiarme, pero no sirve de mucho. No puedo hacer nada al respecto. La caja muestra una imagen de cómo se supone que se verá el rompecabezas. Pero aún así, solo puedo esperar que podamos alcanzar ese resultado porque nadie en mi familia puede verlo todavía.
Los bordes y las esquinas naturalmente encuentran su lugar primero, pero después de eso me cuesta encontrar el lugar de las otras piezas. Miro y miro pero nada. A veces pienso que quizás algunas piezas se han perdido o las puse en otro lugar.
Si es así, ¡no es de extrañar que me cuesta completarlo! Pero luego encuentro un pequeño color o fragmento de la imagen y con alegría coloco la pieza en su lugar correcto.
Se siente bien hacer la conexión. Ese pequeño progreso me conduce al éxito que estoy buscando. Puede ser un pequeño cambio de color o una sección casi imperceptible de la imagen lo que me proporciona los detalles necesarios para encontrar el lugar de cada pieza. Todas las piezas tienen un propósito.
Cada pequeña pista proporciona los detalles suficientes para poder avanzar hacia el objetivo. El rompecabezas sigue siendo desafiante.
La mayor parte de este no tiene mucho sentido para mí, pero de alguna manera sé que si persisto y obtengo ayuda cuando sea necesario, la solución será posible y una gran alegría y satisfacción me esperarán cuando termine. Puedo hacerlo, una pieza a la vez.
En el momento y lugar correcto, todo encajará.
Por lo tanto, los rompecabezas son una buena manera de pasar el tiempo y participar de actividades en familia en este tiempo de cuarentena. Pero para mí, la mayor comprensión es que los rompecabezas prevalentes de la vida también se pueden resolver.
Así como esperamos un futuro mejor y entendemos el caos que nos rodea, anhelamos una solución y ansiamos días mejores, cuando todos las piezas del rompecabezas aparentemente desconcertante de la vida encajen perfectamente.
Este artículo no habla específicamente sobre los juegos de mesa o rompecabezas que nos ayudan a pasar el tiempo. A cambio, el mejor mensaje que puedo compartir es la esperanza, en una forma que nos asegura que el éxito y la paz en medio de nuestros desafíos y dificultades vendrán a nuestras vidas.
Cuando nos enfrentamos a obstáculos que parecen abrumadores en ese momento, nuestros esfuerzos son lo que realmente importa. Gracias al evangelio de Jesucristo, cuando nuestra intención es todo lo que podemos ofrecer, se vuelve suficiente.
Cada experiencia tiene un propósito, y aunque no podemos ver el resultado final, y nuestros desafíos no tienen sentido para nosotros en ese momento, debemos seguir perseverando y avanzando con valor y con la esperanza de que al final todo estará bien.
Mientras tanto, aquí hay algunas cosas que puedes hacer:
1. Escribe como te sientes durante este tiempo, registra los sentimientos y emociones que tengas.
2. Tus palabras se convertirán en un registro para tu posteridad y te ayudarán a meditar sobre estos acontecimientos permitiéndote encontrar el significado en cada una de ellas.
Recuerda, sólo tenemos control sobre ciertos aspectos de nuestra vida y algunos resultados están fuera de tu control. ¿Pero tus decisiones? Tienes dominio total sobre ellas para bien o para mal, y lo que decidas hacer hoy hará la diferencia mañana.
No estamos solos, incluso nuestros esfuerzos más sencillos tienen un gran valor porque nos conducen a un cambio de corazón y mente, y están unidos a la obra sublime de Dios, y eso nunca fallará.
Todos volveremos a vivir gracias a Él.
Tú decides el significado de tus elecciones. Recuerda eso.
Fuente: ldsblogs.com