El sábado 21 de enero, el presidente M. Russell Ballard dedicó unas sensibles palabras durante el funeral de la hermana Mary Hales, que falleció a los 90 años.
“Gracias Mary.
Las contribuciones que Robert [Hales] y Mary Hales hicieron al reino de Dios son muy difíciles de resumir en unas pocas palabras”, dijo el presidente Ballard.
Presidente M. Russell Ballard. Foto: Jeffrey D. Allred, Deseret News
El funeral se llevó a cabo en North Salt Lake y asistieron cientos de familiares, vecinos, amigos y líderes de la Iglesia.
El presidente Ballard presidió el funeral, al que asistieron el élder David A. Bednar, el élder Quentin L. Cook y el élder Gerrit W. Gong y representantes de la presidencia de los Setenta, el Obispado Presidente y otras autoridades generales y oficiales de la Iglesia; y varias autoridades generales eméritas.
Hna. Cook, élder Cook y hermana Oaks. Foto: Jeffrey D. Allred, Deseret News
Asimismo, asistieron la hermana Kristen Oaks, esposa del presidente Oaks; la hermana Mary Cook, la hermana Kathy Andersen; la hermana Ruth Renlund y la hermana Susan Gong.
La Primera Presidencia de la Iglesia, el presidente Russell M. Nelson y sus consejeros, el presidente Dallin H. Oaks y el presidente Henry B. Eyring, se unieron a los élderes D. Todd Christofferson, el élder Ronald A. Rasband y Ulisses Soares el viernes por la noche en el velatorio de la hermana Hales. Allí se reunieron con la familia y hablaron con ellos.
Élder David A. Bednar. Foto: Jeffrey D. Allred, Deseret News
El élder Bednar también compartió algunas palabras durante el funeral de la hermana Hales:
“Mi esposa y yo tenemos un amor profundo y duradero por la hermana Hales.
Como apóstol del Señor Jesucristo, doy testimonio de que Dios, el Padre Eterno, es nuestro Padre.
Él es el Padre de nuestros espíritus. Somos Sus hijos e hijas y Él es el autor del plan de felicidad”.
Además, el apóstol compartió los sentimientos que todo Santo de los Últimos Días tiene durante un funeral debido a su conocimiento de que la muerte mortal no es el final de la vida ni la felicidad:
“Precisamente porque sabemos quiénes somos y de dónde venimos y por qué estamos aquí, no hay nada triste en esta ocasión”, dijo el élder Bednar.
La hermana Hales siendo llevada a los servicios fúnebres. Foto: Jeffrey D. Allred, Deseret News
El élder Bednar dijo que la expiación del Salvador “hace posible que venzamos la muerte”:
“Al vivir esta vida, mediante Su expiación, somos bendecidos con una capacidad y una fortaleza superiores a las nuestras”.
El presidente Ballard invitó al élder Bednar a leer una carta de la Primera Presidencia dirigida a la familia de la hermana Hales.
“Nos regocijamos con ustedes en la vida de servicio devoto [de la hermana Hales].
La hermana Hales siempre puso las necesidades de los demás por encima de las suyas y fue una luz para todos los que la rodeaban. Ella inspiró a otros a encontrar gozo al vivir el evangelio de Jesucristo…
Esperamos que encuentren consuelo en los recuerdos que comparten del amor permanente de su madre por cada uno de ustedes y encuentren paz al saber que ella está nuevamente unida a su querido padre”.
Finalmente, el obispo Kim Bertin, obispo de la hermana Hales del Barrio Fox Hills, dirigió los servicios fúnebres.
Fuente: Church News
