Nota del autor: Este artículo no tiene la intención de respaldar las películas de clasificación R (restringido para menores de 18 años), o criticar a aquellos que ven o se abstienen de éstas.
En una oportunidad, asistí a una reunión de testimonio en la que un hombre se puso de pie y relató una experiencia que tuvo con sus compañeros de trabajo. Un día después del trabajo, varios de ellos lo invitaron a ver una película con el grupo. La película en cuestión era “El lobo de Wall Street,” que fue aclamada por la crítica pero también contenía escenas de consumo de drogas, sexualidad y demás contenido para adultos. En su testimonio, el hombre anunció a la congregación que rechazó la invitación de sus compañeros de trabajo. “Quería ir,” dijo, “pero era [una película de] clasificación R.”
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Desde esa reunión, he pasado mucho tiempo reflexionando sobre la relación entre los Santos de los Últimos Días y las películas de clasificación R.
Muchos de los Santos de los Últimos Días evitan cualquier película con esa clasificación, como a una plaga, ya que creen que va en contra de los mandamientos. De hecho, podría decir que en la cultura de los Santos de los Últimas Días, “R” se ha convertido en la letra escarlata de la ley de clasificación de películas.
Pero, ¿a qué se debe esto? He tenido la experiencia de que si le preguntas a un Santo de los Últimos Días por qué no ve películas de clasificación R, su respuesta será alguna variación de “porque el profeta dijo que no…” Sin embargo, probablemente, otras preguntas como, ¿Qué profeta? ¿Qué es lo que dijo exactamente? ¿En qué contexto? No serán respondidas tan rápido.
Este artículo tratará de proporcionar respuestas a estas preguntas, así como otras que podrían ser útiles cuando selecciones qué materiales consumir.
¿Quién lo dijo?
Con tanto énfasis cultural en las clasificaciones de películas, podría resultar sorprendente que no se haya brindado mucha visión profética al respecto, no necesariamente proporcionada como un mandamiento o doctrina específicos, en un contexto formal. De hecho, todo el firmamento de los antiguos profetas solo ha mencionado las películas de clasificación R, en una conferencia general, una vez. Hace tres décadas, en 1986, Ezra Taft Benson compartió un discurso titulado “To the ‘Youth of the Noble Birthright” (Para la “juventud de noble linaje”).
Como puedes deducirlo a partir del título, el mensaje del Presidente Benson fue dirigido a los jóvenes de La Iglesia. Específicamente, a los hombres jóvenes que asistieron a la sesión del sacerdocio en la que se compartió este mensaje. “Esta noche, me gustaría dirigirme directamente a ustedes, hombres jóvenes, poseedores del sacerdocio Aarónico,” comenzó su mensaje. Luego, al darse cuenta de que otras personas estaban presentes, agregó que le gustaría que también los padres y los líderes del sacerdocio escucharan con atención su mensaje.
Muchas de las palabras del Presidente Benson (exhortaciones a asistir a seminario, ganar un premio Eagle Scout, prepararse para una misión, etc.) no se dirigieron a los adultos, pero se instó a los padres y los líderes presentes a ayudar a los jóvenes a vivir este consejo. Con eso en mente, echa un vistazo a toda la cita del mensaje del Presidente Benson:
Tengan en cuenta, con mucho cuidado, las palabras del profeta Alma sobre su hijo descarriado, Coriantón, “abandona tus pecados, y no te dejes llevar más por las concupiscencias de tus ojos.”
“Las concupiscencias de tus ojos.” En nuestro tiempo, ¿Qué significa esa expresión?
Las películas, los programas de televisión y los videos que son sugestivos y lascivos.
Las revistas y los libros que son obscenos y pornográficos.
Les aconsejamos, hombres jóvenes, que no contaminen sus mentes con dicho material degradante, porque la mente por la cual pasa esta inmundicia nunca volverá a ser la misma. No vean películas de clasificación R o videos vulgares o participen de cualquier entretenimiento que sea inmoral, sugestivo o pornográfico (énfasis añadido).”
Me resulta interesante que el consejo para evitar las películas de clasificación R se dirigiera específicamente a los jóvenes (seis meses después, el Presidente Benson dio un consejo casi similar a las mujeres jóvenes), que a menudo necesitan más pautas específicas que les ayude a tomar decisiones. Además, también me resultó interesante que este consejo sea mencionado bajo el escudo de evitar los materiales que promuevan la inmoralidad.
Con esta información adicional proporcionada, sabemos que este consejo sensato y recto se dirigió especialmente a los jóvenes, pero también se aplicó a sus líderes y todos aquellos que escucharon el mensaje.
Sin embargo, en lugar de ser quisquillosos respecto a estas declaraciones y a quienes se dirigió en un intento de condenar o justificar sus decisiones, es mejor centrarnos en la razón que se encuentra detrás de esto y asegurarnos de no juzgar a los demás fundamentándonos en nuestras maneras específicas de vivir el evangelio. Como el Presidente Uchtdorf dijo en su mensaje de la conferencia general de 2009, “El amor de Dios:”
A veces, las bienintencionadas aclaraciones de principios divinos… complican la situación aún más, al disminuir la pureza de la verdad divina con explicaciones de los hombres. Una buena idea de una persona, algo que quizás a ella le dé resultado, echa raíz y se convierte en una expectativa; y gradualmente, los principios eternos se pierden en un laberinto de “buenas ideas.
Escoger sabiamente
Entonces, ¿Cuál es el principio eterno detrás de no ver películas de clasificación R? Volvamos a lo que se dijo antes, si bien nunca debemos menospreciar a los demás por no seguir los mandamientos y la doctrina, es especialmente peligroso juzgar cuando la norma es personal y no doctrinal.
Además de no juzgar, tenemos que ser cuidadosos de no poner palabras en la boca de nuestros líderes, a veces, difundiendo una “doctrina falsa” al citar incorrectamente autoridades como la fuente de tabúes culturales que seguimos como doctrina. De hecho, el Élder Lynn G. Robbins ilustró esto en una devocional de BYU en 2013, utilizando las observaciones de Ezra Taft Benson sobre las películas de clasificación R.
En 1986, el Presidente Ezra Taft Benson advirtió a los miembros sobre el peligro de cualquier cosa con “clasificación R” o más. Los miembros pensaron que había puesto un límite. Lo sé porque he escuchado a muchos Santos de los Últimos Días decir, ‘Oh, podemos ver esa película. Solo es clasificación GP-13 (guía paterna, menores de 13 años). El profeta nos dio permiso.’ No dijeron la última parte, pero es lo que piensan, ya que consideraron que [Ezra Taft Benson] había anunciado una restricción, por decirlo de alguna manera.
Luego, ilustró el punto con una analogía:
Supongamos que los dos extremos de la cancha de básquet del Marriott Center representan las películas que produce Hollywood. El área del extremo ubicado a mi derecha representa las películas de clasificación G, para público en general. En el otro extremo, a mi izquierda, se encuentra lo que Hollywood llama “entretenimiento para adultos.” Entre ambos extremos, la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos (MPAA, por sus siglas en inglés) provee las clasificaciones de películas, GP (guía paterna) y GP-13 (guía paterna, menores de 13 años). Este púlpito representará las películas de clasificación R. Luego, tenemos las películas de clasificación NC-17 (prohibido para menores de 17 años) y solo para adultos. Entre ambos extremos, ¿Dónde debemos poner el límite que sería peligroso de cruzar?
Sería arriesgado para La Iglesia poner un límite. Si la velocidad en la carretera es de 105km/h, ¿Qué tan rápido conducirán las personas? Bueno, se sentirán libres de conducir tan rápido como el límite. Si La Iglesia pusiera un límite respecto a las películas, sería como dar permiso a ver todo hasta el límite señalado. El Presidente Gordon B. Hinckley nunca puso un límite. Tampoco el Presidente Thomas S. Monson. No obstante, los profetas nos enseñaron principios.
Juzgar a través de normas inapropiadas
En cierto nivel, es sorprendente que confiemos en los sistemas de clasificación para decidir qué material consumir. Según explicó el Élder Robbins, las películas son clasificadas por una entidad de Hollywood llamada la Asociación Cinematográfica de Estados Unidos, una organización que ha sido muy criticada por su falta de coherencia y valores retorcidos. De hecho, usualmente, los Santos de los Últimos Días son algunos de los primeros en lamentarse de la influencia negativa de Hollywood en el mundo. Entonces, ¿por qué confiamos tanto en lo que dicen?
Si bien los profetas no se han pronunciado terminantemente sobre los subconjuntos específicos de las películas de clasificación R, han dicho fuerte y claro qué tipo de contenido debemos evitar. Además, el contenido de una película es el mismo, sin importar qué letra Hollywood coloque en el anuncio.
MPAA proporciona clasificaciones basadas en el contenido “para adultos,” que no es necesariamente igual a “ofensivo.” Esto significa que a una película edificante e inspiradora probablemente se le pueda dar una clasificación restringida por contener representaciones realistas de guerra, mientras que a una película considerada como inapropiada según las normas de La Iglesia, se le podría clasificar como GP-13.
Así que en lugar de aferrarte a un límite que se basa en una clasificación mundana, ¿No sería más prudente simplemente juzgar una película por su contenido? Esto es más posible que nunca, en la era del Internet. Los sitios web como: IMDb, ScreenIt, Kids-in-Mind y OK.com son solo algunos de los muchos recursos que les permiten a los usuarios saber con anticipación sobre cualquier contenido objetable de alguna película.
Estas soluciones solo son una manera simple de cumplir con tus propias normas personales mientras decides qué material consumir, y Hollywood no tiene nada que ver con esto. Centrarse en el contenido en lugar de clasificar, eliminará un límite peligroso e impuesto culturalmente, y lo reemplazará por un método de discernimiento que vaya de acuerdo con la letra y el espíritu del consejo profético.
A medida que reflexiono sobre este asunto, me doy cuenta de que probablemente fue sabio para el hombre de la reunión de testimonio a la que asistí evitar ver “El lobo de Wall Street,” pero espero que su decisión se haya basado en el contenido de la película y no simplemente en su clasificación.
En una oportunidad, le preguntaron a José Smith cómo podía dirigir efectivamente a tantas personas y el respondió, “Les enseño principios correctos y ellos se gobiernan a sí mismos.” No debemos permitir que un sistema mundano de clasificación nos gobierne, tampoco debemos permitirnos gobernar a los demás. Sin embargo, los profetas enseñaron principios y ahora debemos gobernarnos a nosotros mismos. Como cultura, podemos y debemos desarrollar un mayor sentido de autosuficiencia espiritual.
Artículo originalmente escrito por Elizabeth Summers y publicado en ldsliving.com con el título “R-Rated Movies: What Have the Prophets Actually Said?”