Perdí a mi bebé durante el embarazo y me di cuenta de que hay propósitos más grandes de los que podemos entender

Siempre tuve el sueño de casarme y formar una familia. De hecho, la historia de nuestra familia gira en torno al templo.

La primera vez que nos vimos fue en el templo y ese mismo día nos hicimos novios. Nos casamos 8 meses después. Nuestro sellamiento fue el 19 de agosto de 2017.

Servíamos como obreros del templo los sábados por la mañana, eso fortaleció nuestra relación.

Todo iba muy bien, así que un mes después de nuestra boda decidimos ampliar nuestra familia y tener hijos.

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El 22 de julio de 2018, pudimos anunciar la llegada de nuestro tan anhelado hijo, fueron momentos muy felices.

Tuvimos una reunión familiar, la excusa fue que Márcio había conseguido un trabajo en Alemania, porque había recibido una oferta para trabajar allí.

Compramos una caja de regalos y dijimos que sería un regalo de despedida, al abrir la caja mostramos el verdadero motivo de la reunión: la llegada de nuestro pequeño.

Toda la familia estaba muy emocionada, mi bebé era esperado con ansias por todos.

Sin embargo, un día sentí que algo andaba mal y decidí ir al hospital.

La doctora solicitó una ecografía, que hice el mismo día. Fue entonces que durante la ecografía descubrí que el corazón de nuestro hijo ya no latía.

Cuando escuché eso, mi mundo se detuvo y la felicidad se desvaneció, la esperanza desapareció y fue el peor dolor que he sentido en mi vida.

Mi esposo, siendo un hombre muy inspirado, me preguntó si quería ir al templo y acepté, no tenía mi recomendación para el templo en mis manos en ese momento, pero con mucho cariño, me dejaron entrar.

En este lugar sagrado, mi esposo y yo oramos, pedimos fortaleza y agradecimos al Padre Celestial por darnos un hijo. Pude entender que con frecuencia hay propósitos más grandes de los que podemos entender.

antes de nacer

En repetidas ocasiones reflexioné sobre las palabras del presidente Thomas S. Monson:

“Cuando pienso en los templos, recuerdo las muchas bendiciones que allí recibimos. Al entrar por las puertas del templo, dejamos atrás las distracciones y la confusión del mundo.

En el interior de ese santuario sagrado hallamos belleza y orden; allí hay reposo para nuestra alma y descanso de los afanes de la vida.

Cuando asistimos al templo, podemos recibir un nivel de espiritualidad y un sentimiento de paz que superarán cualquier otro sentimiento que podría penetrar el corazón humano.

Comprendemos el verdadero significado de las palabras del Salvador cuando dijo: ‘La paz os dejo, mi paz os doy… No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo’.

Esa paz puede penetrar cualquier corazón, ya sea que esté atribulado, abrumado por la aflicción, se sienta confundido o esté clamando por ayuda”.

Con frecuencia, me preguntaba de dónde venía tanta fuerza y sentí claramente que el Señor me respondía que la fuerza provenía de Él.

perder un bebé

Después de la pérdida, vivimos años difíciles. Lloré mucho, sentí mucho dolor y me sentí culpable varias veces. Sin embargo, con el apoyo de mi esposo y líderes inspirados, pude aprender a estar agradecida. La gratitud me devolvió la esperanza.

Tuve que hacer algunos tratamientos e incluso hubo médicos que dijeron que no podría quedar embarazada sin ayuda. Oramos mucho al Señor y a través de una oración en el templo, pude sanar, tanto física como emocionalmente y, en el mismo mes, recibimos la noticia de que estábamos esperando a nuestra segunda hija.

Debido a la pandemia de COVID-19, ya estábamos en cuarentena, así que hicimos una sorpresa virtual para la familia.

bebés nacidos en Templos Mormones

Hoy tenemos a nuestra hija Marjorie. Elegimos ese nombre para ella en honor a la esposa del presidente Hinckley, por la gran mujer que fue. Nuestra hija es nuestro arcoíris, la calma después de la tormenta, ella es mi alegría.

Me siento agradecida por tener un templo tan cerca, un matrimonio eterno y me siento eternamente agradecida con el Señor por darnos este gran regalo de poder tener nuestra familia para siempre.

Agradezco saber que mi ángel Adam es mi hijo para siempre, él me da la fuerza para perseverar a fin de que algún día pueda reunirme con él y ser un ejemplo de perseverancia y fe para Marjorie.

Fuente: Mais Fe

Comentarios
Estas historias nos dan paz, esperanza ,fe y nos ayuda para reflexionar acerca de las dificultades cotidianas..que todos podemos vivir.
Lizbeth Aguirre Carballo

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