Perder un ser querido es algo sumamente difícil, incluso para aquellos que saben de la plenitud del Evangelio de Jesucristo y Sus promesas para cada uno de nosotros.
Tratamos de buscar consuelo y paz, pero a veces la pérdida se siente tan real que parece imposible de superar.
Las palabras de aliento y esperanza en ocasiones se pueden sentir tan vacías. ¿Cómo podemos tener certeza de que nuestros seres queridos que han fallecido estarán bien?
Cuando el profeta José Smith perdió a uno de sus amigos más cercanos, muchos, entre parientes y amigos, le pidieron que por favor diera algunas palabras que pudieran llegar a su corazón.
El profeta pidió ser inspirado por el Espíritu Santo para que le diera las palabras exactas. Él le recordó a los presentes que esta separación era temporal.
“Yo sé que mi testimonio es verdadero; por tanto, al referirme a éstos que hoy lloran, les pregunto ¿qué han perdido?
Los parientes y amigos de ellos solamente quedan separados del cuerpo por un corto tiempo, y sus espíritus, que existieron con Dios, han salido del tabernáculo de barro tan sólo por un momento, por decirlo así; y ahora ellos existen en un lugar donde pueden conversar juntos, tal como lo hacemos nosotros en la tierra.”- Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: José Smith
Él resaltó que hay motivos para sentir consuelo con respecto al futuro:
“¿Qué tenemos para consolarnos, con relación a los muertos? Tenemos motivo para abrigar mayor esperanza y consuelo, respecto de nuestros muertos, más que cualquier otro pueblo sobre la tierra, porque los hemos visto conducirse rectamente entre nosotros, y los hemos visto quedarse dormidos en los brazos de Jesús”.- Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: José Smith
Dijo que aquellos que se lamentan, tienen razón para regocijarse porque nuestros seres queridos esperan por nosotros, y esperarán también el tiempo de la resurrección de los muertos; porque al llegar la resurrección, cada uno de ellos se levantará con felicidad perfecta.
Además, José Smith declaró:
“Estoy facultado para declarar, por la autoridad del Espíritu Santo, que no tienen razón para temer… No se lamenten ni lloren. Lo sé por el testimonio del Espíritu Santo que hay dentro de mí; y ustedes podrán esperar que sus amigos [y seres queridos] salgan para recibirlos en la mañana del mundo celestial”.- Enseñanzas de los presidentes de la Iglesia: José Smith
Un día todos nos volveremos a ver como parte del plan de Dios. Tenemos este periodo de prueba en la tierra para generar lazos de amistad, hermandad y de familia. Sin embargo, sobre todo, podemos elegir seguir al Salvador.
“Pronto llegará el tiempo en que sonará la trompeta. Cuando salgamos de aquí, saludaremos a nuestra madre, padre, amigos y a todos aquellos a quienes amamos, que han dormido en Jesús. No habrá temor de chusmas, ni persecuciones, ni litigios perversos, ni arrestos, sino que todo será una eternidad de dicha” – History of the Church
Tener este conocimiento y la fe de que Jesús resucitó y venció la muerte, nos recuerda que nosotros también podemos hacer lo mismo.
“La esperanza de ver a mis amigos en la mañana de la resurrección da ánimo a mi alma, y me permite soportar los afanes de la vida. Es como si ellos emprendieran un viaje largo, y al volver los recibiéramos con mayor gozo”.
Aunque lloramos cuando mueren nuestros seres queridos, podemos confiar en que “el Dios de toda la tierra hará lo justo”.
Es difícil, nadie puede decir lo contrario, pero podemos cultivar esa esperanza de que hay algo más, que en verdad las familias son eternas.
Entender la voluntad de Dios no es fácil. No obstante, sé que debemos aceptarla y reconocer que viene de Dios y que Su plan es mucho más grande de lo que imaginamos.
Antes de que pase mucho tiempo, todos de igual manera seremos llevados: bien puedo ser yo, bien pueden ser ustedes.
Lo único que importa ahora es amar y demostrar amor, no sabemos cuánto tiempo tenemos. Por último, sigamos los mandamientos de Dios por más difíciles que sean. Apoyémonos en Él, que sea Él nuestra fuerza y fortaleza.
Y si tienes miedo de no saber qué decir a aquellos que lloran la pérdida de alguien, recuerda estas sencillas palabras:
1. Ojalá tuviera las palabras más adecuadas para este momento, pero quiero que sepa lo mucho que me importa.
2. No sé cómo te sientes, pero estoy aquí para ayudarte en todo lo que pueda.
3. Ustedes estarán siempre en mis pensamientos y oraciones.
4. Mi recuerdo favorito de tu ser querido es…
5. Estoy a solo una llamada de distancia.
6. Todos necesitamos ayuda en momentos como este, estoy aquí para ti.
7. Si necesitas algo, cuenta conmigo.
8. Puedes dar un abrazo en lugar de decir algo.
9. Lamento mucho su pérdida.
En caso de que hayas sufrido la pérdida de un ser querido, recuerda lo siguiente: En el plan de Dios no hay verdaderos finales, sólo comienzos eternos.