En 1976, el élder Neal A. Maxwell pronunció un discurso histórico ante una sala llena de científicos del comportamiento Santos de los Últimos Días.
En ese discurso, extendió una invitación para exponer una perspectiva distintiva Santo de los Últimos Días en psicología y declaró que, como miembros del convenio de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, tenemos una lealtad primordial al reino y una misión de integrar el Evangelio en todo lo que hacemos.
El élder Maxwell dijo:
“Sugiero que los científicos del comportamiento Santos de los Últimos Días se conviertan más en un vínculo y un puente entre la verdad revelada y el mundo de la erudición.
Los eruditos Santos de los Últimos Días tienen su ciudadanía en el reino, pero llevan su pasaporte al mundo profesional, no al revés”.
Desde 1976, diferentes intelectuales y psicólogos Santos de los Últimos Días aceptaron la invitación del élder Maxwell. Cada uno a su manera y con un énfasis único, ofrecieron varias propuestas sobre cómo sería una perspectiva distintiva Santo de los Últimos Días en la psicología y lo que implicaría.
¡Estas son 12 formas en las que una perspectiva Santo de los Últimos Días influiría en la psicología!
1. La revelación de Dios es una fuente vital de sabiduría y conocimiento
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Esto nos invita a desafiar el cientificismo, la suposición de que los métodos empíricos pueden dar respuestas a todas las preguntas importantes de la vida.
La perspectiva de un Santo de los Últimos Días podría abarcar la sabiduría y la verdad de fuentes divinas, especialmente cuando se trata de nuestras suposiciones y cosmovisiones preempíricas.
En este proceso, podemos abrazar la humildad intelectual.
2. La acción humana está llena de posibilidad y significado
Esto nos lleva a desafiar el determinismo, la visión del mundo de que toda experiencia y comportamiento humanos pueden entenderse completamente en términos de causa y efecto.
La responsabilidad moral requiere posibilidad en la acción humana, por lo que los científicos sociales Santos de los Últimos Días podrían interesarse en enfoques que enfatizan y exploran el albedrío.
3. Vivimos y elegimos en un universo influenciado por la moral
Esto nos lleva a desafiar el relativismo moral y otras perspectivas que despojan al comportamiento y la experiencia humanos de su textura distintivamente moral.
Nuestra capacidad de respuesta moral tiene implicaciones psicológicas y sociales significativas y medibles.
4. Tenemos la capacidad de actuar a partir de una preocupación genuina por los demás
Esto nos lleva a desafiar el egoísmo psicológico, la suposición de que toda acción humana puede explicarse en términos de interés propio.
La mayoría no se da cuenta de que, desde Freud hasta Maslow. Especialmente, en la psicología evolutiva, ninguna acción aparentemente genuina se considera “explicada” a menos que pueda reducirse al interés propio.
Una perspectiva Santo de los Últimos Días podría ofrecer una alternativa valiosa y defendible al cinismo inherente a tal punto de vista.
5. Dios es real y fundamental para el progreso humano
Esto nos llevará a desafiar el secularismo y el naturalismo metafísico, enfoques que reducen las experiencias espirituales y religiosas a los efectos de la fisiología o las fuerzas sociales.
6. Nuestra encarnación es una parte vital del plan de Dios para nosotros
Debido a que el cuerpo “es el gran premio de la vida mortal”, podemos explorar las formas en que nuestra encarnación expande nuestras capacidades de pensamiento y acción.
Una trampa que hay que evitar en el camino es el materialismo o el reduccionismo, la suposición de que todas las experiencias humanas pueden reducirse a la química del cerebro, la genética u otras fuerzas físicas y mecánicas.
7. El gozo es uno de los propósitos de la vida
Podemos acoger esta verdad al mismo tiempo que cuestionamos cómo la psicología convencional influye en la felicidad en términos de satisfacción hedónica individual.
Algunas trampas que se deben evitar aquí incluyen lo que se ha denominado “deísmo terapéutico moralista”, una visión del mundo que trata a la religión principalmente como un medio para aumentar la satisfacción y realización personal, y que trata la satisfacción del mundo, en lugar de la santidad, como nuestra meta principal.
8. La buena vida se encuentra en el discipulado
Una perspectiva Santo de los Últimos Días en las ciencias sociales podría explorar cómo las normas inspiradas y los convenios sagrados pueden actuar como fundamento de nuestras intuiciones morales y proporcionarnos un propósito, significado e identidad.
9. La castidad es una norma esencial y habilitante
Una perspectiva Santo de los Últimos Días en las ciencias sociales podría abarcar las normas de castidad (tanto antes como dentro del matrimonio) y explorar el papel de la disciplina moral en la construcción de familias y comunidades fuertes.
10. La familia es la unidad fundamental de la sociedad
Una perspectiva Santo de los Últimos Días en las ciencias sociales abarcaría el papel central del matrimonio en comunidades sólidas. Además, celebraría las normas de fidelidad marital y la crianza de los hijos centrada en el Evangelio.
11. Todos somos hijos amados de Dios
Una perspectiva Santo de los Últimos Días en las ciencias sociales asumirá el llamado del presidente Nelson para liderar el fin de las actitudes de prejuicio y racismo. Asimismo, examinará vigorosamente las normas sociales y culturales relacionadas con la raza.
Esto también nos llevará a esforzarnos por encontrar un enfoque centrado en el Evangelio para abordar nuestras divisiones culturales y raciales actuales además de ser pacificadores en tiempos de conflicto social.
12. Tenemos la responsabilidad de ministrar a los vulnerables
Una perspectiva Santo de los Últimos Días en las ciencias sociales asumiría la preocupación de la disciplina por los vulnerables y infrarrepresentados al explorar y desarrollar alternativas infundidas por el Evangelio.
¿De qué otra manera una perspectiva Santo de los Últimos Días influiría en la psicología? ¡Cuéntanos en los comentarios!
Fuente: Public Square Magazine