¿Por qué mi Dios es apacible? Recibir revelación de Dios siempre ha sido difícil para mí. Pienso mucho, soy el tipo de persona que orará una y otra vez antes de tomar una decisión importante – Ayunaré, iré al templo, haré lo que sea necesario – Sin embargo, después de todo, casi siempre he sentido que recibí solo un poco de guía divina.
A veces, esa es una difícil realidad que afrontar. Especialmente, cuando las escrituras están colmadas de historias milagrosas de visiones, zarzas ardientes y apariciones angelicales. Quiero decir, sé que el Espíritu se manifiesta con una voz suave y calma. Pero, ¿por qué sucede? ¿Estoy haciendo algo mal? Seguramente, mis antenas espirituales están descompuestas porque la recepción no es muy buena.
Por eso, mi Dios es apacible
A medida que luchaba por entender el idioma del Espíritu, me reconcilié con algunos principios, no estoy muy entusiasmado por eso, pero Dios sí lo está.
Dios es apacible con el fin de aumentar la fe, el crecimiento, la confianza y el esfuerzo
En un mundo cada vez peor, la fe se vuelve cada vez más importante. No somos proyectos científicos de Dios, somos sus hijos. En cierto punto, los hijos tienen que empezar a tomar sus propias decisiones. Eso no quiere decir que no podamos/debamos pedir ayuda a nuestro Padre (debemos). Sin embargo, eso significa que a veces la respuesta será: “Bueno, ¿qué crees que sea mejor?”
Dios hizo esto con el hermano de Jared cuando le preguntó al Señor cómo podía solucionar el problema de la luz de los barcos:
“Y clamó de nuevo al Señor, diciendo: He aquí, oh Señor, he obrado según me lo has mandado; y he preparado los barcos para mi pueblo, y he aquí, no hay luz en ellos. ¿Vas a permitir, oh Señor, que crucemos estas grandes aguas en la obscuridad?
Y el Señor dijo al hermano de Jared: ¿Qué quieres que yo haga para que tengáis luz en vuestros barcos? Porque he aquí, no podéis tener ventanas, pues serían hechas pedazos; ni llevaréis fuego con vosotros, porque no os dirigiréis por la luz del fuego.”
De seguro, el Señor tenía una innumerable cantidad de posibles soluciones para ese problema y probablemente, hubiera sido más fácil para Él decirle al hermano de Jared lo que tenía que hacer – Pero, no lo hizo. Él dejó al hermano de Jared tomar las riendas.
A veces, no estamos dispuestos a hacer eso. Puede ser frustrante. Especialmente, cuando la decisión es muy importante. Recientemente, enfrenté una de esas decisiones cruciales de la vida. La conversación que mantuve con Dios durante meses fue algo así:
Yo: “Dios, esta es una gran decisión. Por favooor, ayúdame aquí. ¿Debo escoger el camino A o B?”
Dios: “Bueno, eso está difícil, hijo. ¿Qué crees tú?
Yo: “No no no, Dios. Creo que no entendiste. Ésta es una de las decisiones en la que necesito que me ayudes. No puedo tomar una decisión hasta que me digas cuál es el camino correcto.”
Dios: “Bueno, no te voy a decir cuál es el camino correcto hasta que tú elijas uno.”
Yo: “Está bien, pero trata de entender, confío más en tu juicio que en el mío. Yo puedo equivocarme pero tú no. Éste, soy yo, demostrando mi fe en ti. Apreciaría mucho, un poco de ayuda.”
Dios: “Aprecio tu esfuerzo. Sin embargo, también tengo fe en ti. Si tú confías en mí, confía en que sé lo que estoy haciendo.”
Yo: “¡Ay! Está bien. ¡El camino A! Elijo el camino A. ¿Eso está bien?
Dios: “No no no, David. Creo que no entendiste. Tú necesitas demostrarme que esto es lo que eliges. Si te equivocaste, haré que lo sepas de una u otra manera.”
*meses después*
Yo: “Está bien, Dios. Tomé los pasos 1, 2 y 3 por el camino A. Hasta aquí estoy muy bien. Salvo que me digas lo contrario, esto es lo que estoy escogiendo.”
Dios: ”Suena bien para mí.”
Voy a ser honesto, es un proceso frustrante. Sin embargo, puedo comprender por qué Dios trabajaría de esta manera. Uno de los regalos más valiosos que Dios nos ha dado es nuestra capacidad de elegir nuestro propio camino, nuestro libre albedrío. ¿Cuál sería el uso de este regalo si Él constantemente tomara decisiones por nosotros?
¿A veces elegiremos el camino equivocado? Por supuesto, pero la lección que aprenderemos de la inminente corrección del curso es más valiosa para nosotros que una divina trampa para el examen de vida. Además, habrá muchos caminos pero eso no significa que necesariamente haya un camino equivocado. Todas las opciones podrían ser buenas.
Dios nos está forjando. Quiere que algún día seamos como Él. Quiere que crezcamos, tengamos fe y aprendamos a hacer obras espirituales. Dios necesita que tengamos confianza en nuestro proceso de toma de decisiones basado en el Espíritu. Quiere que aprendamos cómo utilizar el Espíritu Santo como una herramienta, no como una bola 8 mágica.
Lo que esto no significa
Dios es relativamente apacible en mi vida. Sin embargo, existe una gran diferencia entre apacible y silencioso. Dios no es silencioso. El Espíritu Santo siempre está dispuesto a ayudarnos a lo largo de nuestro camino (o a volver al camino correcto). Dios quiere que lo incluyamos en nuestro proceso de toma de decisiones, pero para mí, Él tiene el papel importante de una voz apacible y confirmadora en vez de una voz clara de instrucción. La definición del Elder Richard G. Scott sobre la inspiración es mucho más común en mi vida que la definición de la revelación.
La revelación viene en “diversas formas y medios” incluso, son tantas que no las podemos contar.” Generalmente, Dios es apacible en mi vida pero Él puede ser muy claro en la tuya. O, posiblemente te pierdas en medio de esa luz. El punto es que Dios es nuestro amado Padre Celestial y Él, te hablará en la forma que más te beneficie. La parte difícil es descubrir qué forma es esa.
Los idiomas del Espíritu
Aprender idiomas extranjeros es difícil. Algunas pronunciaciones podrían emplear partes de tu boca que ni siquiera sabias que existían. La estructura de las oraciones es diferente, los sonidos son diferentes, las expresiones son diferentes. Esto requiere de mucha práctica y dedicación para ser fluido. Ahora, imagina aprender un idioma extranjero que emplea más los sentimientos que las expresiones del habla. Ese es el idioma del Espíritu y toma una vida (o más) para aprenderlo.
Para hacer el problema incluso más complicado, cada uno de nosotros habla un dialecto ligeramente diferente. Algunos podrían parecerse a mi experiencia con la revelación, algunos podrían discordar completamente.
Sin embargo, si también sientes que Dios es apacible en tu vida, no te preocupes mucho. Eso necesariamente no significa que estés haciendo las cosas mal. De hecho, podría significar que estás haciendo todo bien.
Este artículo originalmente fue escrito por David Snell y publicado en mormonhub.com con el título “Why My God is Quiet.”