En DyC 19: 15-20 se establece que si no nos arrepentimos entonces tendremos que sufrir. Mi pregunta es ¿por qué debemos ser obligados a “padecer dolorosamente” si no nos arrepentimos?
Cristo sufrió por nuestros pecados para que nosotros no tengamos que hacerlo. Estoy agradecido por esto. Pero si elegimos no arrepentirnos, ¿por qué tenemos que ser forzados a sufrir?
Al decir que podemos arrepentirnos o padecer si no hacemos, me hace sentir que realmente no tenemos otra opción sobre el asunto. Debes arrepentirte o sufrir. ¿Puedes ayudarme entender esto?
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Respuesta
Me parece que quizá no se entendió bien lo que Dios nos está tratando de decir en DyC 19: 15-20:
“Así que, te mando que te arrepientas; arrepiéntete, no sea que te hiera con la vara de mi boca, y con mi enojo, y con mi ira, y sean tus padecimientos dolorosos; cuán dolorosos no lo sabes; cuán intensos no lo sabes; sí, cuán difíciles de aguantar no lo sabes.
Porque he aquí, yo, Dios, he padecido estas cosas por todos, para que no padezcan, si se arrepienten; mas si no se arrepienten, tendrán que padecer así como yo.
Padecimiento que hizo que yo, Dios, el mayor de todos, temblara a causa del dolor y sangrara por cada poro y padeciera, tanto en el cuerpo como en el espíritu, y deseara no tener que beber la amarga copa y desmayar.
Sin embargo, gloria sea al Padre, bebí, y acabé mis preparativos para con los hijos de los hombres.
Por lo que otra vez te mando que te arrepientas, no sea que te humille con mi omnipotencia; y que confieses tus pecados para que no sufras estos castigos de que he hablado, los cuales en muy pequeño grado, sí, en grado mínimo probaste en la ocasión en que retiré mi Espíritu”.
Cuando nos dice que debemos padecer si no nos arrepentimos es como decir: “Si caminas por el borde de un acantilado, caerás” o “Si no manejas un automóvil con cuidado, te accidentarás” , o “Si no enciendes la luz, te quedarás en la oscuridad”.
En ninguno de estos casos, otra persona actúa sobre nosotros debido a lo que no hicimos o hicimos. Son simplemente las consecuencias de lo que elegimos hacer o no hacer.
Llegar a ser como Dios es como estar en un camino de paz y felicidad, cualquier desviación en este sendero nos llevará al sufrimiento; aquella es solo una consecuencia.
Nuestro Padre Celestial lo sabe. Él también sabe que no somos perfectos y, por consiguiente, pecaremos. Por eso envió a Jesucristo. Por esa razón Cristo sufrió por nuestros pecados.
El mensaje en esos versículos es como una advertencia de que nos alejemos del abismo, a que manejemos con cuidado, es un recordatorio de hay un interruptor que enciende la luz.
Lamentablemente, demasiadas personas caminan cerca del borde del precipicio, manejan con insensatez o viven en la oscuridad… y luego culpan a Dios por su sufrimiento.
Ignoran el simple hecho de que sus propias decisiones son las que los hacen sufrir. Si pecas, entonces sufrirás, esa es una consecuencia natural. En Su misericordia, Dios ha provisto una salida que requiere que elijamos usarla, que elijamos el arrepentimiento, pero la elección es nuestra.
Fuente: askgramps.org