Salir en citas nunca ha sido fácil, y para muchos solteros Santos de los Últimos Días, las citas se han vuelto cada vez más complicadas.
Es cierto que enfrentamos muchos desafíos y conceptos modernos que pueden obstaculizarnos, sin embargo, también es cierto que el Señor cree en las relaciones eternas y está dispuesto a ayudarnos si mostramos verdadera intención y fe.
El élder ElRay L. Christiansen enseñó una vez:
“El amor verdadero no es terrenal, es tan eterno como nuestros espíritus, nunca mueren. Es un compañerismo constante tanto en esta vida como en la venidera con aquellos a quienes amamos. Este debe ser el gran deseo de cada persona, el primordial. Es el propósito de la vida mortal”.
Si has tenido problemas al salir en citas, estos principios pueden parecer abrumadores e incluso desgarradores. Es posible que no hayas tenido una cita desde hace bastante tiempo o que sientas que no tienes opciones buenas como para hacer que una relación progrese.
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Las circunstancias de todos serán diferentes y cada uno de nosotros deberá someterse a la voluntad de nuestro amoroso Padre Celestial. Esto no significa que estaremos solos o que seremos desdichados para siempre.
Todos podemos comenzar por reflexionar sobre las personas que pasan por nuestra vida y pedir Su ayuda divina mientras nos esforzamos por descubrir con quién debemos salir y conocer mejor.
Es por eso que hemos creado una lista de diez preguntas, inspiradas en las enseñanzas de los profetas modernos, que puedes hacerte a ti mismo.
Se basan en las cualidades de Cristo que deben tener las personas con las que sales. Busca estas cualidades en los demás, pero sobre todo, en ti mismo.
Si alguien te viene a la mente después de leer estas preguntas, considera desarrollar tu amistar y relación con ellos además de fortalecer la personas que deseas ser para tu futuro cónyuge.
1. ¿Quién posee las mismas convicciones y creencias religiosas?
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El élder Henry D. Taylor dio este consejo en su discurso de la Conferencia General de octubre de 1973.
“Jóvenes, elijan con oración y cuidado. No se apresuren a casarse. Determinen qué objetivos e intereses tienen en común, especialmente, asegúrense de que poseen las mismas convicciones y creencias religiosas”.
2. ¿Quién está comprometido a brillar y servir en su órbita designada?
El élder y apóstol Neal A. Maxwell dio este consejo en su discurso de la Conferencia General de octubre de 2002.
“¿Recuerdan la nueva estrella que anunció el nacimiento en Belén? Estaba en la órbita precisa mucho antes de brillar allí. Asimismo, a nosotros se nos ha colocado en órbitas humanas para iluminar. La correlación divina no funciona sólo en el cosmos, sino también en este planeta”.
3. ¿Quién te inspira a tener pensamientos más nobles, a hacer buenas obras y desear ser mejor de lo que eres ahora?
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El presidente Ezra Taft Benson dio este consejo en su discurso de la Conferencia General de abril de 1988.
“Que Dios les bendiga jóvenes adultos solteros de la Iglesia, que sus prioridades sean las correctas. He sugerido algunos consejos muy importantes esta noche, espero que las consideren y mediten seriamente”.
4. ¿A quién has sido llamado a ministrar y encuentras gozo al hacer de esta persona una prioridad? (fuente)
El élder James R. Faust dio este consejo en su discurso de la Conferencia General de octubre de 1977.
“¿Soy capaz de pensar en el interés de mi matrimonio y [futuro] cónyuge antes de pensar en mis propios deseos? ¿Qué tan profundo es mi compromiso con mi [futuro] cónyuge, aparte de cualquier otro interés? ¿Es él o ella mi mejor amigo?”
5. ¿Sientes preocupación por el bienestar de alguien en particular?
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El presidente Gordon B. Hinckley dio este consejo en su discurso de la Conferencia General de abril de 1971.
“El verdadero amor no es más un asunto de romance que un asunto de anhelosa preocupación por el bienestar de nuestro compañero eterno”.
6. ¿Quién tiene objetivos de vida compatibles con los tuyos?
El élder Robert D. Hales dio este consejo en su discurso de la Conferencia General de octubre de 2015.
“Mientras sean novios, traten de saber todo lo que puedan el uno del otro, y cuando sea posible, de conocer a la familia de ambos.
¿Tienen metas compatibles? ¿Piensan y sienten lo mismo sobre los mandamientos, el Salvador, el sacerdocio, el templo, la crianza de los hijos, los llamamientos de la Iglesia y el servicio a los demás?
¿Se han observado mutuamente en situaciones de tensión, al reaccionar frente al éxito o al fracaso, al resistir el enojo y al enfrentar contratiempos?
La persona con quien están saliendo, ¿menoscaba a los demás o los edifica? Su actitud, lenguaje y conducta, ¿es algo con lo que querrían convivir a diario?
A pesar de lo dicho, nadie se casa con la perfección, nos casamos con el potencial”.
7. ¿Con quién puedes tener conversaciones agradables y fáciles de llevar?
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La Iglesia compartió este consejo en la revista Ensign de febrero de 2014.
“Compartan sus intereses, sueños, pasiones, creencias y metas. También pueden compartir sus miedos e insuficiencias. Comunicar todos estos temas a la manera de Cristo es una forma en que las parejas se conectan y fortalecen la relación”.
8. ¿Quién posee comprensión bondadosa y desea perdonar?
El élder Robert D. Hales dio este consejo en su discurso de la Conferencia General de octubre de 2015.
“Los cimientos de un matrimonio eterno consisten en mucho más que una cara hermosa o una figura atractiva; es preciso considerar mucho más que la popularidad o la simpatía.
Al buscar un compañero eterno, considera a alguien que esté desarrollando los atributos esenciales que brindan felicidad amor profundo por el Señor y por Sus mandamientos, determinación de obedecerlos, comprensión bondadosa, deseo de perdonar y disposición a dar de sí, el deseo de tener una familia bendecida con hermosos hijos y la determinación de enseñarles los principios de verdad en el hogar”.
9. ¿Por quién sientes un afecto físico natural y saludable?
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El profesor Thomas B. Holman dio este consejo en devocional de BYU en agosto del años 2000.
“La primera cualidad que muchos jóvenes buscan en un futuro cónyuge es alguien de quien puedan “enamorarse”, lo que a menudo significa alguien por quien sienten una fuerte atracción física.
Aunque el amor es más que atracción física, sentirse atraído físicamente por un futuro cónyuge no es malo. De hecho, el élder Bruce R. McConkie expresó: “La persona adecuada es alguien por quien existe el afecto natural, íntegro y genuino””.
10. ¿Quién guarda sus convenios del templo y desea un matrimonio en el templo?
El presidente Gordon B. Hinckley dio este consejo en su mensaje de la revista Liahona en mayo de 1999.
“No existe nada que pueda substituir el casarse en el templo; es el único lugar bajo los cielos donde el matrimonio se solemniza por la eternidad. No se defrauden a sí mismos, ni defrauden a su compañero o compañera. No se conformen con otra cosa en la vida. Cásense con la persona apropiada en el lugar apropiado y en el tiempo apropiado”.
Cuando meditamos en estas preguntas, podemos llegar a tener una mejor comprensión de lo que es importante en un futuro cónyuge y buscar a alguien en tu entorno que posea estas cualidades.
Y tú, ¿qué preguntas agregarías a esta lista?
Fuente: LdsDaily
