En la Iglesia de Jesucristo creemos en un Dios que tiene grandes planes y propósitos específicos, sin embargo, también sabemos que nuestra capacidad para elegir está por encima de casi todo lo demás.
La preordenación es un principio específico del Evangelio que va en armonía con nuestro albedrío y difiere de lo que muchos en el mundo creen que es el control supremo que Dios tiene sobre nuestras vidas.
¿Qué es la preordenación?
En la Guía para el Estudio de las Escrituras, la preordenación se define como “la ordenación preterrenal de Dios a Sus hijos en espíritu que fueron valientes, para que cumplieran ciertas misiones durante su vida terrenal”.
La ordenación generalmente hace referencia al poder o la autoridad para actuar que reciben los hijos de Dios.
Las Escrituras nos brindan múltiples ejemplos de preordenación.
El Señor le dijo al profeta Jeremías:
“Antes que te formase en el vientre, te conocí; y antes que nacieses, te santifiqué; te di por profeta a las naciones”. —Jeremías 1: 5
A Abraham se le dijo “fuiste escogido antes de nacer” (Abraham 3: 22) y como siempre, el Salvador es nuestro máximo ejemplo.
Las Escrituras dicen que Jesús fue “ya ordenado antes de la fundación del mundo” (1 Pedro 1: 20).
Estos son ejemplos poderosos, sin embargo, personas como tú y yo también hemos sido preordenados a ciertos llamamientos, deberes y responsabilidades.
La preordenación vs. la predestinación
Algunas religiones creen en la idea de la predestinación, donde la voluntad y la salvación de Dios han sido predeterminadas y no podemos cambiar el curso de los acontecimientos en nuestras vidas.
Si alguien está destinado a ser profeta, lo será. Si alguien está destinado a fallar, fracasará.
A diferencia de la predestinación, la preordenación permite que podamos usar nuestro albedrío. En el manual “Leales a la Fe” se nos enseña:
“La preordenación no garantiza que esas personas reciban ciertos llamamientos o responsabilidades, sino que esas oportunidades se reciben en esta vida como resultado de ejercer con rectitud el albedrío, así como la preordenación fue el resultado de la rectitud en la existencia preterrenal”.
A esto, podemos agregar la declaración del élder Neal A. Maxwell:
“Que hayamos sido elegidos ‘allá y en ese entonces’ no significa que seamos indiferentes ‘aquí y ahora’”.
Lo que los profetas han enseñado
Aquí te compartimos algunas citas de los líderes de la Iglesia sobre la preordenación.
El presidente Russell M. Nelson enseñó:
“Su Padre Celestial los ha conocido por mucho tiempo. Ustedes, como Sus hijos o hijas, fueron escogidos por Él para venir a la tierra precisamente en esta época, para ser líderes en Su gran obra sobre la tierra.
Se los escogió, no por sus características corporales, sino por sus atributos espirituales, tales como la valentía, la intrepidez, la integridad de corazón, la sed de la verdad, el hambre de sabiduría y el deseo de servir a los demás”.
El élder Bruce R. McConkie expresó:
“El Todopoderoso escoge a los profetas y apóstoles que ministran en Su nombre y comparten su mensaje al mundo en cada época y dispensación.
Él elige y preordena a Sus ministros y los envía a la tierra en la época previamente escogida. Él guía y dirige su preparación terrenal continua, y luego los llama a las posiciones a las que fueron preordenados a recibir desde antes de la fundación del mundo”.
El élder Robert C. Oaks dijo:
“Qué agradable bendición es llegar a saber, obtener un testimonio por el poder del Espíritu Santo, que hay un Dios y que Él tiene un plan con un propósito exaltado para cada uno de Sus hijos.
De la misma manera, un factor personal muy poderoso que nos motiva es aceptar que cada uno de nosotros puede llegar a tener y llevar a cabo un rol especifico en este plan.
Se deben a sí mismos hacer el esfuerzo adicional para descubrir, con todos los detalles posibles, quiénes son realmente y su potencial eterno en el plan de Dios”.
*Imagen de portada: Greg Rakozy, Unsplash
Fuente: LdsDaily