Vivimos en tiempos decisivos, en la “hora undécima” de la historia.
Cada vez más profecías se están cumpliendo, lo cual debería despertar en nosotros un sentido de urgencia y anticipación. ¿Cómo deberíamos sentirnos al respecto como miembros de la Iglesia de Jesucristo?
“Y se predicará el evangelio a los pobres y a los mansos, y estarán esperando la hora de mi venida, porque ya está próxima”. (DyC 35: 15 – 16)
El Salvador nos enseñó que los humildes y los necesitados recibirán el evangelio y anhelarán Su venida.
Estamos viendo los signos y las señales que nos indican que el momento está cerca. Pero, ¿cómo podemos prepararnos adecuadamente?
1. No obsesionarnos con la segunda venida
En lugar de obsesionarnos con fechas y horas específicas, preparemos nuestras almas para Su regreso. Imagen: Canva
En lugar de obsesionarnos con fechas y horas específicas, debemos centrarnos en preparar nuestras almas para Su regreso.
Debemos estudiar las Escrituras y meditar al respecto para comprender lo que está por venir.
2. Hacer cambios en nuestra vida
No se trata solo de estar listos para Su venida, sino de vivir vidas justas en todo momento. Imagen: Canva
Debemos preguntarnos, ¿qué acciones podemos tomar hoy para estar listos mañana? ¿qué aspectos de nuestras vidas necesitamos cambiar para alcanzar una mayor iluminación espiritual en estos últimos días?
Mateo 25 nos señala cosas específicas que podemos hacer para prepararnos mejor a nosotros mismos, a nuestras familias y a quienes estén a nuestro cargo para recibir al Señor.
No se trata solo de estar listos para Su venida, sino de vivir vidas justas en todo momento.
3. Tener una perspectiva eterna
“Comienza con el fin en la mente”. Foto: Canva
La perspectiva eterna es fundamental en nuestra preparación.
Saber que nuestras familias están destinadas a trascender la muerte y que podemos vivir con ellas eternamente, nos motiva a construir relaciones sólidas y duraderas.
Stephen R. Covey enseñó: “Comienza con el fin en la mente”.
Necesitamos perdonar, asumir lo mejor de los demás y esforzarnos por hacer de nuestro hogar un pedazo de cielo en la tierra.
4. Estar vigilantes
Debemos estar atentos y vigilantes en todo momento. Imagen: “His life”
El Salvador nos enseñó:
“Pues, he aquí, él viene a la primera vigilia de la noche, y también vendrá a la segunda vigilia, y vendrá otra vez a la tercera vigilia.
Y de cierto os digo: Él ya ha venido, como se ha escrito de él; y también cuando venga a la segunda vigilia, o [cuando] venga a la tercera vigilia, bienaventurados son aquellos siervos a los que, cuando él venga, los halle haciendo así”. (TJS Lucas 12: 41 – 42)
Esto nos muestra que debemos estar atentos y vigilantes en todo momento.
La segunda venida de Jesucristo es un evento que debemos esperar con gozo. Imagen: Pinterest
Podemos leer lo siguiente en 2 Pedro 3: 11 – 12:
“Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¿qué clase de personas habéis de ser en santa conducta y en piedad, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, siendo encendidos, serán deshechos, y los elementos se derretirán con calor abrasador?”
Debemos preparar nuestra alma adecuadamente, estudiar y meditar las Escrituras, y vivir fielmente para que cuando el Salvador llegue, podamos verlo tal como es y conocerlo plenamente.
La segunda venida de Jesucristo es un evento que debemos esperar con gozo.
Fuente: LDS Living
