Cuando pensamos en la noche de Navidad, la mayoría suele pensar en la tierna escena que cambió el mundo: al Niño Jesús en el pesebre; a María, su madre que lo mira con amor; a José, su padre terrenal; a los pastores, que siguieron la estrella en el firmamento; y a los magos, quienes le llevaban presentes al Salvador.
Reconocemos la humildad de Su nacimiento y la trascendencia de ese momento. Sin embargo, hay un elemento esencial de la Natividad que, a menudo, pasamos por alto: la presencia y ayuda de ángeles.
En un conmovedor mensaje compartido en redes sociales el jueves 19 de diciembre, el presidente Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, nos invita a reflexionar sobre el papel continuo de los ángeles no solo en la vida del Salvador, sino también en la nuestra.
El presidente Holland destaca que, en los relatos del nacimiento y la infancia de Jesús, hay algunas referencias directas a la intervención de ángeles. Desde el anuncio a María y José, hasta la guía para huir a Egipto y evitar el peligro, los ángeles estuvieron presentes en momentos clave para proteger y ministrar al Salvador y a Su familia.
Más allá de la escena de la Natividad, el presidente Holland menciona que a lo largo de la vida de Cristo hay al menos diez referencias a ángeles ministrantes visibles, sin contar las innumerables veces en que Su ayuda pudo haber sido invisible.
Aquella “certeza” de que existe ayuda celestial en nuestro mundo es muy significativo para el presidente Holland, sobre todo porque tenemos la promesa del Salvador:
“De cierto, de cierto os digo: De aquí en adelante veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios que ascienden y descienden sobre el Hijo del Hombre”. (Juan 1: 51)
Ahora bien, esta promesa no a Jesucristo, a causa del infinito amor del Padre para todos Sus hijos e hijas, cada uno de nosotros tiene acceso a esta ayuda de lo alto, a la compañía de ángeles.
La invitación del presidente Holland no es solo a reconocer el papel de los ángeles en la historia del Salvador, sino a creer en su influencia en nuestra vida cotidiana.
“Debemos creer en ángeles. Debemos creer en milagros. Debemos creer en la obra de aquellos que están al otro lado del velo”, afirmó.
Nos recuerda que estos seres ministrantes, ya sean familiares, antepasados o espíritus enviados por Dios, están velando por nosotros, protegiéndonos y guiándonos.
Su ayuda no se limita a la Navidad, sino que está disponible siempre que la busquemos con fe, devoción y compromiso.
“Creo que hay una multitud de ángeles, sus familiares, sus antepasados, sus progenitores, que están velando por ustedes, ministrándolos y brindándoles protección angelical, cuidándolos, nutriéndolos…
Por favor, en esta Navidad, crean en los ángeles y crean en ellos siempre, porque están trabajando con nosotros”.
Finalmente, el presidente Holland nos invita a confiar más en la obra divina que ocurre tras el velo y a buscar la mano de los ángeles en nuestras vidas.
“Ellos están ahí y necesitamos confiar, creer e invitarlos a estar ahí”.
En esta temporada navideña, al contemplar la sagrada escena de la Natividad, recordemos que los ángeles no solo estuvieron presentes esa noche, sino que siguen trabajando con nosotros y por nosotros.
“No podemos ser negligentes, no podemos ser insensibles, no debemos ser ajenos al hecho de que Dios envía ángeles para dirigir nuestras vidas, bendecir nuestras vidas y cuidar nuestras vidas, especialmente en Navidad, y para siempre”.
Que podamos fortalecer nuestra fe y sentir su influencia, no solo en Navidad, sino todos los días de nuestras vidas.