Entre el COVID y la situación política en muchos países, estos últimos meses han sido muy preocupantes. Solo necesitamos ver las noticias para sentirnos un tanto perturbados, preguntándonos qué más podrá suceder.
Parece que vivimos en tiempos similares a los del Libro de Mormón. Ya sea que creamos que personas con combinaciones secretas se encuentren a nuestro alrededor, gobernando nuestros países o en diferentes posiciones de poder, sabemos que este tipo de personas siempre procurará obtener más poder.
Moroni, al traducir y resumir el registro de los jareditas, advirtió a las personas de nuestra dispensación sobre el tipo de combinaciones secretas que existirían en nuestros tiempos.
También te puede interesar: “Los cielos no están cerrados, hay ángeles caminando a nuestro alrededor“
“El señor os mande que cuando veáis surgir estas cosas entre vosotros, que despertéis a un conocimiento de vuestra terrible situación, por motivo de esta combinación secreta que existirá entre vosotros”. -Éter 8:24.
La solución de Moroni para combatir estas combinaciones secretas y evitar que tomen el control de todo es muy sencilla, es el arrepentimiento.
“Está en la sabiduría de Dios que se os muestren estas cosas, a fin de que así os arrepintáis de vuestros pecados, y no permitáis que os dominen estas combinaciones asesinas, que se instituyen para adquirir poder y riquezas”. -Éter 8:23.
Pero aparentemente si permitimos que estas combinaciones secretas crezcan entre nosotros, el antídoto no será tan sencillo cono antes. Moroni vio la autodestrucción de su propio pueblo y leyó los registros de su padre sobre lo que sucedió. Él observó:
“Y aconteció, por otra parte, que los nefitas los reforzaron y los apoyaron, empezando por los más perversos de entre ellos, hasta que se hubieron extendido por toda la tierra de los nefitas, y hubieron seducido a la mayor parte de los justos, hasta que hubieron llegado a creer en sus obras, y participar de su botín, y unirse a ellos en sus secretos asesinatos y combinaciones.
Y de este modo lograron la administración exclusiva del gobierno, al grado de que hollaron con los pies, e hirieron y maltrataron y volvieron la espalda a los pobres y a los mansos, y a los humildes discípulos de Dios”. -Helamán 6: 38-39
A pesar de la situación en que vivimos, las diferencias de poderes y riquezas, y las desigualdades, todavía hay tiempo para arrepentirnos como nación y de manera personal.
Aun así, Moroni sintió que el arma secreta para combatir tal mal sería el registro que estaba a punto de terminar:
“Por lo tanto, se me manda a mí, Moroni, escribir estas cosas, para que sea destruido el mal, y llegue el tiempo en que Satanás no tenga más poder en el corazón de los hijos de los hombres, sino que sean persuadidos a hacer el bien constantemente, a fin de que vengan a la fuente de toda rectitud y sean salvos”. –Éter 8:26.
Isaías también profetizó:
“Y en aquel día los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán de en medio de la obscuridad y de las tinieblas…Porque así como vive el Señor, verán que el violento es reducido a la nada, y es consumido el escarnecedor; y todos los que velan por la iniquidad son talados”. -2 Nefi 27:29, 31; Isaías 29
Pero, ¿cómo podemos hacer que el mundo lea el Libro de Mormón para que todos tengamos la posibilidad de arrepentirnos y dar fin a las combinaciones secretas?
El profeta José Smith profetizó:
“¿Cómo rescatará Dios a esta generación? Enviará a Elías el Profeta… [que] revelará los convenios para sellar el corazón de los padres a los hijos, y el de los hijos a los padres”. -“José Smith, Enseñanzas del profeta José Smith”, capítulo 26
¿Cómo será este rescate? Nuestros hijos y seres queridos parecen estar en un peligro cada vez mayor, y ¿se supone que hacer nuestra historia familiar?.
Cuando Elías se encontró rodeado por el ejército sirio, oró por su siervo, Giezi, para que pudiera ver lo que él veía en aquel momento, él descubrió que era más los que estaban con ellos que los del ejército enemigo.
“Existen más personas en aquel otro mundo que en este. Existe más poder y fuerza de ese lado del que tenemos aquí en la tierra…. No nos equivocamos al convertirnos en colaboradores de la poderosa obra del Señor a favor de la redención del género humano”. -John A. Witdsoe “El camino de la salvación”.
Él sabía de la interrelación entre las grandes huestes de Jehová y Sus siervos aquí en la tierra.
“Quien procure asistir a aquellos que se encuentran del otro lado [del velo], recibirá a cambio ayuda en todo aspecto de su vida… La ayuda que proviene del otro lado nos llegará a medida que asistamos a quienes han cruzado el velo”. –Élder John A. Widstoe, “Utah Genealogical and Historical Magazine”
No es de extrañar que el presidente Nelson hiciera eco de las palabras de José Smith al decirnos que la obra más importante que tenemos ahora es recoger a Israel en ambos lados del velo.
“Cuando hablamos de recoger a Israel a ambos lados del velo, nos referimos, por supuesto, a la obra misional, del templo y de historia familiar… Cada vez que hacemos algo que ayude a alguien, en cualquier lado del velo, a hacer y guardar sus convenios con Dios, estamos ayudando a recoger a Israel”.- Russell M. Nelson, “Que Dios prevalezca”
El profeta José resaltó la importancia de compartir el evangelio con las personas fallecidas al decir:
“Dios ha puesto sobre nosotros la gran responsabilidad de ocuparnos de nuestros muertos”. –“José Smith, Enseñanzas del profeta José Smith”, capítulo 41.
Se avecinan días mejores. Al unir nuestras fuerzas para compartir la herramienta más grande que el Señor nos ha dado, el Libro de Mormón, e involucrar primero a aquellos que ya no están con nosotros, que necesitan las ordenanzas salvadoras, los estaremos preparando para la última gran batalla.
“¿Y qué está dispuesto a hacer el Señor por Israel? El Señor ha prometido que “pelear[á] [nuestras] batallas, y las batallas de [nuestros] hijos, y de los hijos de sus hijos…
Mis queridos hermanos y hermanas, si eligen dejar que Dios prevalezca en sus vidas, experimentarán por ustedes mismos que nuestro Dios es “un Dios de milagros””. Russell M. Nelson, “Que Dios prevalezca”
Fuente: Meridian Magazine